Revista En Femenino

Cómo limpiar y conservar las perlas

Publicado el 21 marzo 2013 por Aranchawp @MeigayCaldero


Las perlas son regalos de la NaturalezaLas perlas son auténticas joyas que nos brinda la naturaleza que, a diferencia de los minerales, son materia orgánica. Y son perfectas ya desde que son extraidas de su concha, puesto que no necesitan ser cortadas o pulidas.
Precisamente por su calidad orgánica, debemos ser más cuidadosas con su conservación. Las perlas cuando pierden su brillo natural, se dice que pierden el oriente y es imposible de recuperar. Cuando la perla pierde su oriente, empieza a morir: pierde su precioso lustre poco a poco, después comienzan a aparecer grietas en el nácar y, por último, termina por desconcharse. Una verdadera lástima. 
Así que vamos a ver cómo limpiarlas y conservarlas como se merecen:
 

Temperatura y humedad


Ostra con su perla
Las perlas se deben conservar a temperatura constante, huyendo de los cambios bruscos. Es necesario evitar a toda costa el contacto con fuentes de calor. La perla está recubierta por materia orgánica, por lo que es imprescindible impedir que se deseque. Haceos a la idea de que la perla es como vuestra piel: los cambios bruscos de temperatura y humedad la dañan.
Conservación y almacenaje
Guardadlas en una bolsa de gamuza, terciopelo o seda muy suaves, evitando ponerlas directamente junto con otras joyas para evitar que se rayen al rozarse unas con otras. Para protegerlas más, podéis poner algodón en la bolsita donde las guardéis.
Una bolsa de terciopelo rellena de algodón es un almacenaje perfecto
También es conveniente tener en cuenta que las perlas deben respirar, por lo que no se deben guardar en cajas o recipientes estancos.
En el caso de los collares y pulseras, revisad periódicamente el hilo de pasado o de enfilado para ver si está en buenas condiciones. Si no es así, es conveniente llevad el collar a la joyería para que vuelvan a enfilarlas (enhebrar de nuevo las perlas). Recordad que el pasado siempre debe ser con nudos entre perla y perla; con ello conseguiremos que las perlas no se pierdan si el collar se rompe y que no se rocen entre sí.
Si tenéis la suerte de tener una joya con perlas que sea muy valiosa y queréis guardarla en una caja fuerte, no os olvidéis de meter un recipiente con agua para que mantenga la humedad y no se deseque.
Limpieza
Es conveniente limpiar las perlas después de cada uso para eliminar restos de maquillaje o de grasa de la piel. Para ello servirá con pasarles una gamuza seca (las de limpiar las gafas son ideales) o, en caso de que estén muy sucias, usando el paño ligeramente humedecido. Si las perlas están muy, muy manchadas, le podéis incorporar una mínima cantidad de detergente neutro.
Las perlas necesitan humedad para evitar que se desequen aunque, cuando se trata de collares y pulseras, es importante evitar que se moje su hilo de pasado porque se daña fácilmente con el agua. Si se moja, evitad por todos los medios dejarlo colgado para que se seque; mejor dejadlo sobre un paño o toalla estirado y en posición horizontal.
Es necesario revisar los engarces para asegurarse de que las perlas están sujetas
Si váis a limpiar pendientes o anillos con perlas, revisad si éstas están bien sujetas por su engarce antes de pasarles un paño suave. El pegamento con el que se adhieren a los engarces de las piezas se acaba degradando, por lo que hay que comprobar de forma periódica que están bien sujetas; si están sueltas, llevadlas al joyero para que las vuelva a pegar (él sabrá cómo hacerlo para que no estropearlas). 
Si váis a lavar piezas pequeñas con perlas en el cuarto de baño, no os olvidéis de poner una rejila o tapa, por si las perlas se desprendiesen con la limpieza; así no se irán por el desagüe. 

Es importante que os olvidéis de los cepillos a la hora de limpiar vuestras joyas con perlas. Se rayan con mucha facilidad.


Productos agresivos
 
Evitad que entren en contacto con perfumes, alcoholes, detergentes, cremas, maquillajes y lacas.
No entréis en la ducha con ellas puestas y, en caso de que se trate de sortijas, quitáoslas antes de lavaros las manos. Y, por supuesto, dejad las perlas en el vestuario antes de bañaros en la piscina. El agua caliente, los jabones y el cloro estropean las perlas.
Desde luego, no tenéis que renunciar a perfumes, cremas, maquillaje o laca; sólo debéis aplicarlos antes de poneros vuestras perlas.


Llevarlas...


Joven de la Perla - Johannes Vermeer

Joven de la Perla - Johannes Vermeer

Para que las perlas conseven toda su belleza, hay que llevarlas puestas con regularidad. La propia humedad de la piel ayuda a conservar su brillo.
En el caso de los collares conviene que, cuando los llevemos a enfilar de nuevo, den la vuelta a las perlas para que se desgasten por igual.
Mitos
Habréis oido que lavando las perlas con agua de mar se conservan mejor, pues es un mito. El tipo de agua no influye en su conservación, sí lo hace el evitar detergentes agresivos y que se moje el hilo.

Vestidos de novia
Otro falso mito es el de aplicarles aceite o crema de manos para mantenerlas hidratadas. Efectivamente mantienen la humedad pero también las manchan.
Y otra leyenda urbana que, aunque no tenga que ver con su conservación, quiero mencionarla por la mala fama injustificada de las perlas en las bodas: las perlas son consideradas las lágrimas del mar, en el sentido poético, no en el literal. Así que no hay ninguna base para considerarlas de mal agüero para una novia, las famosas lágrimas en el matrimonio. De hecho, en muchas culturas milenarias simbolizan la suerte y la abundancia


Aquí os dejo un vídeo sobre la limpieza de las perlas:


Si no puedes visualizar el vídeo, por favor, pincha aquí.
Si queréis saber más:
Historia de las perlas
La historia de la perla y la ostra (cuento)


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