Hace poco más de un año proponía referirme al Sistema Público de Servicios Sociales como "El innombrable". En esta entrada con ese nombre daba las razones para ello al tiempo que denunciaba una estrategia de invisibilización del sistema que no tenía otro objeto que su sustitución por prácticas asistenciales y prestacionistas.
Pues bien, he de reconocer que estaba equivocado. Ese tipo de prácticas benéfico-asistenciales están tan arraigadas, extendidas e implantadas en el Sistema que lo han colonizado casi por completo, por lo que no hacen falta más estrategias para el desarrollo de las mismas.
El problema en realidad es cómo denominar a los departamentos encargados de gestionar unos servicios sociales que han renunciado a un objeto propio intentando intervenir con lo que el resto de sistemas no quieren abordar, mediante unas prácticas dirigidas fundamentalmente a paliar las situaciones sin que los verdaderos problemas de la gente se solucionen, al tiempo que se asumen las funciones de control social y de liberar de responsabilidades a ese resto de sistemas y actores.
Claro, volver a denominaciones antiguas como "Beneficencia" o "Asistencia Social", (que reflejan mucho mejor lo que hacemos en el Sistema) es algo que no nos podemos permitir. Hablar de pobreza nos resulta tan incómodo que le tenemos que poner apellidos (infantil, energética...) para poder hacerlo.
Así que lo mejor es ponerles a esos departamentos (Ministerios, Consejerías, Concejalías o Delegaciones...) nombres rimbombantes donde no se nombre a los Servicios Sociales (identificados con esas prácticas que describo) y referirnos a unos génericos, por ejemplo "Bienestar Social", o "Derechos Sociales", cuya inconcreción nos permite desarrollar cualquier tipo de política, por rancia, anticuada o ineficaz que resulte.
Aquí tenéis por ejemplo un mapa, elaborado por el compañero Rafael Arredondo, recogiendo todas las recientes denominaciones del Sistema en las distintas Comunidades Autónomas. No deja de sorprender la ausencia de la denominación de "Servicios Sociales" cuando todas las Leyes Autonómicas de Servicios Sociales sí que se denominan de esta manera.
Arredondo Quijada, R. "El Trabajo Social, de la austeridad a la invisibilidad", en Revista de Servicios Sociales y Política Social nº 113, Consejo General del Trabajo Social. Pg. 114. (Enlace)
La deriva en el sentido de ocultar la denominación es imparable. Así, recientemente, las compañeras del Colegio Oficial de Trabajo Social de Asturias han sacado un comunicado (enlace) oponiéndose al cambio de denominación reciente en su Consejería, que pasa a denominarse "de Derechos Sociales y Bienestar".
La confusión terminológica es tal que, naturalmente, impide que podamos hablar de Sistema de Servicios Sociales.
Y como primicia, os dejo un pequeño diálogo de cómo se generan estas denominaciones. Uno piensa que estas denominaciones surgen tras sesudos debates entre políticos asesorados por una pléyade de técnicos que argumentan los diferentes matices que las mismas tienen de manera que reflejen lo mejor posible la realidad social concreta y el aparato político-administrativo que se diseña para gestionarla.
Os sorprenderá que os diga que no, pero la cosa viene a ser más o menos así. Imaginad una reunión en cualquiera de los Ayuntamientos recién constituidos. El Alcalde, con los concejales de su equipo de gobierno, discuten sobre la próximas delegaciones: (con las adaptaciones oportunas, diaólogos parecidos se dan en las Comunidades Autónomas y entre Presidente y Consejeros)
Un concejal cualquiera, llamémosle Mariano, a punto de terminar la reunión:
- Alcalde, que nos hemos olvidao de los Servicios Sociales.
- ¿Pero qué dices, Mariano? ¿No te acuerdas que hemos dicho que tú te ibas a ocupar de los asuntos de la Tercera Edad y la Susana de la Asociación de las Amas de Casa?
- Eso son políticas sectoriales, creo que Mariano se refiere a lo de las asistentas, las que dan las ayudas y tramitan la dependencia...
- (Mariano) Justo a eso me refiero.
- (Alcalde). Pues cógelo tu también. Apunta, para Mariano el Cementerio, las Basuras, Mayores y Servicios Sociales.
- (Mariano) Pues yo creo que esas cosas de los asuntos sociales se les dan mejor a las mujeres. ¿Por qué no lo coges tú, Susana?
- (Jaime). Sí, es verdad. Yo creo que lo puede llevar Susana y de paso, aprovechamos para cambiar el nombre a su delegación. Es que Servicios Sociales está ya muy visto y suena un poco anticuao. Como lleva también la Asociación esa podemos llamarla "Participación ciudadana y derechos sociales".
- (Susana) Lo que digáis. El nombre mola.
- (Mariano). Pero aunque yo no lleve los Servicios Sociales, cobraré lo mismo ¿no?
- (Alcalde). Que sí Mariano, no seas pesao con las perras....