Cómo mantenerse a los 40

La dichosa frasecita de “los 40 son los nuevos 20” ya no engaña a nadie (si es que alguna vez lo hizo). No queremos decir con esto que cumplir años no tenga ventajas, porque las tiene. Pero si existe una verdad incontestable sobre el paso de los años es que la gravedad no perdona. Y del cuerpo que teníamos con 20 años, ya no suelen quedar más que recuerdos conforme pasamos la treintena. Así que aquí van algunos trucos para mantenerse a los 40 y no echar tanto de menos la época de veinteañero

¿Es posible mantenerse a los 40?

Rotundamente, sí.

Con la edad (y generalmente a partir de los 40) nuestro metabolismo se ralentiza y comenzamos a producir menores cantidades de testosterona de forma paulatina. Esto se traduce, entre otras cosas, en una mayor tendencia a engordar y dificultad para mantener y/o desarrollar nuestros músculos.

Pero que no cunda el pánico, porque todo esto no quiere decir que no sea posible mantenerse en forma a esta edad. En cambio, significa que para conseguirlo necesitaremos hacer algunos ajustes de objetivos, rutinas y alimentación.

Cómo mantenerse a los 40

Para acometer esta misión con éxito, debemos entender lo siguiente: el entorno hormonal de nuestro cuerpo es distinto a como era hace años y, por tanto, mantener el músculo es más difícil, ¡pero no imposible!

1.- El ejercicio físico

En este nuevo entorno hormonal, nuestros músculos han dejado de soportar bien el estrés. Si les sometemos a la misma cantidad e intensidad de ejercicio que antaño, será contraproductivo puesto que el músculo duplicará su tiempo de recuperación y se dañará.

Al contrario, en esta etapa de la vida, la clave reside en realizar la misma cantidad de ejercicio pero procurando que este sea de menor intensidad. De esta manera estaremos ajustando la cantidad e intensidad del ejercicio a lo que nuestro cuerpo puede soportar. Solo así nos aseguraremos de que nuestros músculos trabajan y se recuperan adecuadamente.

2.- La alimentación

Dado que el metabolismo ahora funciona más despacio, nuestro cuerpo necesita un aporte calórico mucho menor que cuando éramos más jóvenes.

Por otra parte y por descontado, ya no quemamos las grasas como antes, por lo que también es recomendable reducir la ingesta de alimentos con alto contenido graso.

3.- La salud mental

Aunque no solemos darle la importancia que le corresponde, este es un factor también determinante a la hora de mantenernos saludables. Y es que aunque no lo parezca, la estabilidad mental también se ve reflejada en nuestro exterior.

Por eso, te aconsejamos que seas realista en cuanto a tus metas y objetivos físicos. Además, si sufres de estrés, te recomendamos que aprendas a regularlo: el estrés es el peor enemigo de la salud mental. ¡Tampoco a las relaciones de pareja les sienta bien!

Ya sabes lo que dicen: ¡mens sana in corpore sano!

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