Revista Ciencia

Cómo no dar una noticia con números

Publicado el 15 mayo 2010 por José Luis Ferreira
Cómo no dar una noticia con números
Leo en Público una noticia sobre el último barómetro el CIS, no sobre las opiniones políticas, sino sobre las religiosas.
El barómetro nos trae la buena noticia de que ha disminuido la cantidad de personas que se tienen por creyentes de alguna religión y aumenta las que se reconocen como no creyentes o ateas, que llegan al 22,2%, frente al 20,7 de hace un año.
Público hace un análisis de los datos que va más allá, y nos dice que casi el 50% de los no creyentes o ateos tiene menos de 35 años. Esta es una mala manera de dar una noticia con números.
Hasta ahora los números de la noticia eran claros. Comparamos la proporción de gente que opina una cosa con la proporción que opina otra, y lo mismo para la gente que opina una cosa hoy y la que opinaba esa misma cosa hace un año. ¿Con qué tenemos que comparar ese 50%?
Una primera respuesta obvia será compararlo con el otro 50% que sí cree en alguna religión y que es mayor de 35 años. Está bien, pero eso sigue sin decirnos si es mucho o poco. Parece que la noticia quiere decir que la propensión a no creer en la superstición religiosa es mayor entre los más jóvenes. Seguramente sea cierto, pero no es fácil deducirlo de esos números.
Si los menores de 35 años fueran más de la mitad de la población, el número significaría lo contrario de lo que parece indicar la noticia, puesto que siendo menos numerosos aportarían el mismo número de creyentes. Si son más de la mitad, entonces será cierto. Necesitamos, por tanto, ese dato para poder hacernos una buena idea de las creencias religiosas y la edad.
Si uno se pone a buscar los datos de la población española encontrará que los menores de 35 años son, en números redondos, el 40% de la población. Los jóvenes tienden, efectivamente, a ser menos creyentes que sus mayores.
Pero he aquí que eso no es todo, puesto que en el barómetro sólo se pregunta a los mayores de 18 años, así que hay que saber qué proporción de población hay entre 18 y 35. La respuesta es que los comprendidos entre esas edades vienen a ser el 20% del total.
Ahora podemos saber lo que significaba aquel 50%. La mitad de los no creyentes son mayores de 35 años (60% de la población) y la otra mitad está entre 18 y 35 años (20% de la población). Esto quiere decir que la proporción de personas no creyentes entre los más jóvenes es el triple que entre los mayores.
-“Sí, pero, ¿cuántos?”, apremia el ya impaciente lector.
Para que salgan las cuentas, los no creyentes y ateos deben ser el 44% de los menores de 35 y algo menos del 15% entre los mayores. Esto hace aproximadamente el 22,2% entre no creyentes y ateos que se decía al principio.
¿No es esto último mucho más informativo? ¿Qué le costaba al articulista decirnos esto? Un poco de saber numérico, seguramente.
L

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