
- Empieza por utilizar una cacerola o flanera de aluminio, pero cerciórate de que no tenga restos quemados porque entonces el caramelo adquirirá ese sabor.
- Vacía toda el azúcar y de inmediato distribúyela por todo el fondo del recipiente.
- Cocina a fuego medio y espera a que el azúcar se funda de manera uniforme; ladea suavemente el recipiente y con una pala de madera mueve el contenido.
- Quita de la estufa cuando el azúcar tome color castaño dorado.
- Prepara el caramelo unos cuantos minutos antes de utilizarlo, ya que se endurece rápidamente.
- Prueba añadir unas gotas de aceite en cuanto el azúcar tome color para que no se queme y el caramelo se conserve dorado.
