Muchas cosas se pueden mejorar a través de la creación de sistemas inteligentes automatizados. Si tengo programada una transferencia automatizada cada mes a mi cuenta de vacaciones, no hace falta que lo recuerde cada mes y además tengo las vacaciones aseguradas. Si mi aportación a mi jubilación privada sale de mi cuenta cada mes de forma automática, es una cosa menos que necesito añadir a mi lista de acciones pendientes. Tan solo tengo revisar una vez al mes los extractos bancarios para ver que todo está en orden.
Incluye los caprichos en tu planificación – financiera y de horarios
Así que tienes una cuenta de ahorros para vacaciones, otra para gastos inesperados, otra para la jubilación, y otra más para la hipoteca. El resto del dinero queda en la cuenta corriente para cubrir los gastos diarios. ¿Y qué pasa con los caprichos?
No me refiero al capricho de invitar a tu pareja a una cena romántica al lugar más caro de la ciudad. Me refiero a decidir después de la cena que esta vez os quedéis en el hotel al lado del restaurante y disfrutéis de una noche en la suite presidencial.
No me refiero al capricho de ir de vacaciones a la Toscana durante un puente. Me refiero a decidir que te quedarás 3 semanas más para hacer un curso de cocina.
Los caprichos son acciones y actividades que suelen surgir más o menos de forma espontánea, aunque la idea ya estuviera en tu mente desde hace un tiempo. No encaja ni en el presupuesto para vacaciones, ni lo puedes declarar como un gasto inesperado. Al mismo tiempo te aportarán recuerdos que podrás contar a los nietos, aunque sea por lo absurdo de la situación de contárselo a tu pareja o a tu jefe.
Concedete un capricho con tranquilidad, pero hazlo!
Si el capricho es muy caro como para incluirlo en el presupuesto mensual, entonces vale la pena tener una cuenta de ahorro para los caprichos. Esta cuenta no recibe dinero mensual, sino los excedentes no gastados de otras cuentas. La mitad de la devolución de los impuestos, parte del dinero de los gastos inesperados que no llegaron hasta el final del año, lo que sobró de las vacaciones. Todo este dinero “sin finalidad ” lo puedes incluir en tu cuenta de caprichos y cuando se presente la oportunidad de hacer algo realmente fuera de lo común: concederte el capricho sin preocuparte de dónde saldrán los fondos.
Lo mismo pasa con el tiempo: reserva algo de tiempo para poder concederte un capricho. Reserva 3-5 días al año en tu planificación de vacaciones para “lo que sea” y sin fecha fija. Organízate de forma que puedas desaparecer durante tres días mañana sin que el mundo se desmorone. Te dará más tranquilidad en el día a día y te ofrecerá oportunidades para aprovechar una idea cuando se te presente.
Si eres el tipo de personas que tiene todo siempre controlado, a lo mejor tendrás que “obligarte” a concederte algún capricho. El dinero de la cuenta caprichos hay que gastarlo una vez al año. No es una cuenta de ahorros más, es una cuenta para hacer algo fuera de lo común y disfrutarlo sin remordimientos. Son los fondos necesarios para realizar estas pequeñas locuras que tu mente lógica quiere olvidar porque “no sirven para nada”. Ahora ya no tienes excusa: ¡Disfrútalos!
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La cuenta de caprichos es una adaptación del WTF-fund de Sam (Untemplater
Imagen: fotofreaks.de/flickr