¡Ay, cómo pasa el tiempo! Unos aseguran que pasa muy rápido y otros dicen que pesa mucho. Hace años cuando a uno le daba un ataque de nostalgia abría un álbum de fotos, se ponía música “de aquella época” y se reía o emocionaba a medida que iba pasando sus páginas. Páginas de álbum ochentero que, dicho sea de paso, eran tan gruesas que bien podrías matar a un anciano de un golpe seco en la cabeza. Y es que en los ochenta y en los noventa todo era así: aparatoso.
Una se quedaba ensimismado viendo aquel documento. Yo creo que eso de la fotografía a mediados de los ochenta debía ser como ahora lo de los selfies. Mis padres fotografiaban todo. Así que hay un documento bastante exhaustivo de mi niñez y adolescencia. En ese momento la crónica para porque me salió y acné; me empecé a vestir de negro y me compré dos relojes de pulsera que lleva a la vez. Cosas de chiquillos. A otros les da por comprarse una katana y matar a sus padres, así que lo mío no es para tanto. Después me hice superfan de New Kids on the Block y eso hay gente que aún a día de hoy no me lo perdona y hace todo lo que puede para que no olvide. Me miran, me señalan y se ríen.
A lo que vamos.
Ahora, en pleno siglo XXI, los ataques de nostalgia y ese enfrentamiento con el pasado no son voluntarios. Vienen marcados por las redes sociales. Os pongo un ejemplo:
Es un día normal, estoy trabajando frente al ordenador cuando una notificación azul se ilumina en mi móvil. Pienso en el tío que inventó esa bombillita que me sorprende de vez en cuando con un nuevo color: verde, blanco, azul, rojo…esta es azul, lo que significa que es Facebook el que me reclama. Y esto es lo que me encuentro:
Al principio ni siquiera me reconocí. No entendía porque alguien podría haberme etiquetado en una gala de José Luis Moreno, pero enseguida me doy cuenta de mi error. Ese que estaba ahí, sonriendo desde mediados de los 90 era yo. Mi mente no da crédito. De izquierda a derecha repaso a estos seres de otro tiempo: Sara, yo, Montse y Bubi. Pero en realidad mi mente procesa otros nombres: Toñi, El Fari, Encarni y Julian Muñoz afeitado.
Varias preguntas me rondan la cabeza:
¿Cuánto tiempo ha pasado de todo esto?
¿Por qué en los noventa no había pantalones de mi talla?
¿Quién me engañó para salir así a la calle?
Y lo peor es que recuerdo aquel día.
5 de enero de 1995
Tengo 20 años y esta noche es el primer baile de Reyes al que voy. Me pongo el esmoquing y me va perfecto. Como un guante de seda en el precioso brazo de una mujer fatal. Bien de hombros, muy genial de cintura y perfecto de pantalones. En un rato he quedado con mis “colegas” y estoy seguro de que hoy va a ser, como diría Rafael: Mi gran noche. Estoy deseando que nos hagan una foto al llegar al local: pocas veces he ido tan de puta madre como hoy y quiero inmortalizarlo. Le lanzó un beso al espejo y me guiño un ojo. Después sonrío. Está claro que eres imparable tío. Eres un grande. LLamo a un taxi, le pago 400 pesetas (estoy forrado después de las fiestas, y eso, unido a la ropa, pues como que te da seguridad). Mi chófer me deja en la puerta del local y allí esta toda la gente molona. Vaya, pienso. Ellos también van de la hostia. Sara y Montse van a la moda. Siempre estilosas y sonrientes, a la última. Y Bubi está en su peso. Escucho que alguien dice que vamos a hacernos una foto y de repente un cosquilleo me recorre el cuerpo, como un sentido arácnido que me avisa de que algo va mal, creo que es una señal del futuro, pero ya es tarde. Un flash me ciega y…
Volvemos a 2015.
Es así la vida. Ahí estamos y siempre estaremos ahí, así. Un día en el año 3093 alguien se topará con esta reliquia vía Internet Anal (en el futuro todo será vía anal, llamadme loco) y dirá. ¿Qué es esto? ¿Así eran los humanos hace siglos?
Pues sí amigos del futuro. Y es que Sensación de vivir hizo mucho daño amigos. Aún así, como dice Montse, vergüenza ninguna y os reto a que dejéis caer por aquí vuestras fotos noventeras. En en lado positivo hay que reconocer que estar rodeado de tanta belleza gitana es una experiencia. Lo dicho: ¡Cómo pasa el tiempo!
¡Ah! Este soy yo ahora en 2015, he cambiado un poco a mejor, por el corte de pelo.
Salud hermanos