Como pez en el árbol de Lynda Mullaly Hunt
Editorial Nube de Tinta, Penguin Random House Grupo Editorial Fecha de publicación 2016
Páginas: 256
Formato: Paperback
Obtenido en: Editorial
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Ally es una maestra en el arte del engaño. Cada vez que llega a un nuevo colegio, esconde su incapacidad de leer creando inteligentes pero extrañas distracciones a su alrededor. Tiene miedo de pedir ayuda. Y, además, ¿se puede curar la estupidez? Pero su nuevo profesor ha visto el brillo y la creatividad ocultas tras su aire problemático. Con su ayuda, Ally aprenderá que la dislexia no es algo de lo que avergonzarse, mientras se abre ante ella un mundo lleno de posibilidades. Porque cada uno de nosotros llevamos un océano dentro, y las grandes mentes no suelen pensar como lo hacen los demás.
Desde que supe de la llegada de este libro a México tuve unas ganas enormes de leerlo. No había leído nada sobre él, sólo lo que la editorial comentó en la Quedada Bloguera, y ya, con eso tuve para morir de ganas.
Este libro cuenta la historia de Ally, una niña que tiene dislexia pero nadie parece darse cuenta de su problema. Por el contrario, todos ven en ella a una niña que se mete en muchos líos pero no hay ni una sola persona que intente llegar al meollo del asunto.
Yo entiendo esta parte porque a veces, como docentes, estamos tan metidos en los rollos administrativos con el que nos cargan, o tenemos dificultades personales que no deberíamos llevar con nosotros al salón de clase pero no lo podemos evitar, y en ocasiones, también el desconocimiento de este tipo de situaciones pueden llevarnos a no actuar correctamente, somos humanos, después de todo.
En este libro se ve de todo, desde los maestros que etiquetan al alumno de inmediato, los que regañan antes de preguntarse la razón del comportamiento, los que se dan por rendidos a la menos provocación, los que no tienen ni un poco de tacto para tratar a sus alumnos y hasta los que su verdadera vocación es la enseñanza y buscan descubrir qué es lo que les sucede y cómo apoyarlos.
A mí me gustó mucho la manera en que la autora retrató a cada uno de los chicos, aunque estén muy estereotipados, eso no me importó porque siento que todos ellos siempre estuvieron muy en su papel y me gustaba la manera en que se apoyaban.
Si bien son tres niños los principales, la manera en que va creciendo su amistad me encantó, incluso el hecho de que entre ellos pudieran verse de verdad, tal y como eran, fue algo que amé.
Leer sobre el bullying es ya de lo más normal en los libros y es lógico que nos aparezca un personaje así, aunque puede que a algunos les resulte demasiado cliché, yo no tuve problema alguno con ello y siento que eso también ayudó a que se forjara la amistad entre Albert, Keisha y Ally.
Con diálogos increíbles y fantásticos...
La manera en que la novela está narrada, con capítulos cortos y voces frescas, sin tantas descripciones pero sin dejar de lado los aspectos fundamentales, han hecho que esta historia me enamorara.
Aunque suelo ser muy chillona, la verdad es que yo no podía evitar llorar con algunas de las situaciones. Ally es una chica muy fuerte, muy valiente, muuuy inteligente y podía sentir sus frustración saliendo de las páginas y tocando mi corazón.
Me hacía pensar en cómo de ciegos podemos estar como profesores o como padres para obviar este tipo de situaciones. Yo no podía evitar pensar en cuántos niños podrían estar sufriendo lo mismo en este momento y eso me partía el corazón.
Sobre todo porque hace unos meses asistí a una capacitación en Oaxaca, y uno de los chicos que llegó, representando al Papalote Museo del Niño, nos contó cómo fue para él enfrentarse a la dislexia y nos contó la historia de la maestra mala y la maestra buena, la que no sólo descubrió qué tenía sino que decidió ayudarlo.. y así fue que él llegó a estudiar robótica...
Pero créanme, la historia no es triste en sí misma. Creo que Como pez en el árbol es un libro que invita a muchas cosas, como educadores, como padres, como hermanos... Es una novela que nos muestra que muchos héroes no llevan capa y que no necesitamos superpoderes para conseguirlo. Sólo necesitamos amor por lo que hacemos, mucho compromiso y determinación, y recordar que todos somos fantásticos, cada quién a su manera y que todos podemos brillar.
Espero que lean esta novela y me cuenten cómo les fue con ella. A mí me hizo reír, me hizo llorar, me hizo reflexionar... y ya con eso, tiene para convertirse en mi novela de ficción realista del año.