Muchas veces tiramos de productos precocinados porque ni siquiera nos hemos planteado cómo hacerlo de forma casera. La masa brisa es uno de esos, pese a ser fácil de preparar en casa y con unos ingredientes mínimos y muy fáciles de conseguir.
Podemos usarla en quiches, tartas... ¡y la versión casera es muuuucho más rica!
Nosotros hemos adaptado la receta del libro The Art of French Baking, de Phaidon.
¡Manos a la masa!
Ingredientes para unos 400 gramos de masa brisa:
250 gramos de harina + extra para espolvorear
1 cucharada de aceite de girasol o de oliva suave
1/2 cucharadita de sal
125 gramos de mantequilla sin sal + extra para engrasar
Agua fría
Preparación:
1. En un bol amplio, colocamos la harina. Hacemos un hueco en el centro, en el que colocamos la mantequilla fría y cortada en dados pequeños y el aceite.
2. Con las yemas de los dedos, vamos mezclando los ingredientes hasta que conseguir una textura parecida a migas de pan.
3. Añadimos un par de cucharadas de agua fría y seguimos mezclando con las manos.
4. Formamos un bola y tapamos con papel film. Si la mezcla aún está seca y al intentar hacer una bola, ésta se rompe, añade una cucharada más de agua fría. La cantidad de agua que necesites dependerá de la harina que estés usando.
5. Una vez cubierta la masa, refrigera entre media y 24 horas.
6. La masa brisa suele usarse como base para tartas dulces o saladas, y para ello, necesitamos estirarla. Para ello, enharina ligeramente la superficie sobre la que vayas a trabajar y estira poco a poco con el rodillo (también enharinado) hasta conseguir una lámina de unos 5mm de grosor.
En épocas de mucho calor, puedes sustituir el rodillo por un bote de cristal o una botella llena de hielos, cuidando secar la superficie de cristal cada poco tiempo.
7. Para hornearla, precalienta el horno a 200º , engrasa y forra el molde con papel de horno, y pincha la base con un tenedor para que la masa no suba. Con 10 o 15 minutos basta para que la superficie adquiera color dorado.