La inflamación crónica puede ser responsable de enfermedades tan graves como el cáncer. También de otras como la diabetes y las alergias. Por ello, al reducir esta inflamación se reduce proporcionalmente el riesgo de sufrir alguna de estas enfermedades.
El proceso de inflamación es una respuesta autoinmune del propio organismo para defenderse de algún ataque tóxico, microbiológico (gérmenes) o traumático (zonas dañadas por traumatismos). Ésta puede ser sistémica o localizada, según sea el agente que la ha causado.
La inflamación crónica suele preceder a la formación de tumores malignos y puede producirse en piel, órganos o cualquier parte de nuestro cuerpo. Sin inflamación previa, el cáncer no puede desarrollarse.
Reducir la inflamación como primer paso para prevenir el cáncer.
Los tres frentes de protección contra el cáncer son:
- Reducción de la inflamación, crónica o local.
- Dificultar la angiogénesis (red de capilares que alimentan los tumores)
- Estimulación del sistema inmunitario. Este es el encargado de eliminar directamente las células cancerígenas.
En todos ellos, la nutrición saludable puede jugar un papel determinante, así como en el propio suicidio de las células malignas.
Asimismo, al eliminar la inflamación, es posible reducir los riesgos de diabetes. También de alergias, hinchazón abdominal, obesidad y problemas de piel entre otras enfermedades.
Hablamos de la pandemia del sigo XXI, pero se puede revertir mediante una alimentación antiinflamatoria y unos hábitos de vida saludables (ejercicio y reducción del estrés emocional, sobre todo).
Alimentos que juegan un papel esencial en la inflamación crónica.
Los alimentos que promueven la inflamación son los siguientes:
- Azúcar (dulces y postres azucarados)
- Carbohidratos refinados (harinas blancas, arroz blanco, patatas)
- Gluten (presente en trigo, cebada y centeno)
- Maíz
- Caseína y lactosa (todos los lácteos son potentes inflamatorios)
- Grasas saturadas (mantequilla, embutidos grasos, patés…)
- Grasas trans o hidrogenadas (margarina, bollería industrial y precocinados)
- Aceites vegetales (girasol, soja, maíz, mayonesas, aderezos de ensalada)
- Carnes de distintos tipo
- rojas (grasientas y magras)
- procesadas (salchichas, adobos, marinados)
- curadas (embutidos)
- Alcohol
- Cacahuetes
- Aditivos alimentarios (glutamato, aspartamo)
Los alimentos que combaten la inflamación, es decir, que actúan como antiinflamatorios naturales son:
- Frutas (todas, y sobre todo la piña, que contiene bromelina, una enzima con eficaz acción antiinflamatoria)
- Verduras y hortalizas (especialmente ajo y cebolla)
- Bayas (frambuesas, moras, arándanos y fresas, contienen antocianina, poderoso flavonoide antioxidante, también presente en las cerezas)
- Pescados azules (salmón, sardinas, atún anchoas, todos ricos en grasas omega 3)
- Legumbres
- Cereales integrales sin gluten (arroz, avena, trigo sarraceno)
- Nueces, almendras
- Aceite de oliva virgen extra (contiene oleocantol)
- Soja no modificada genéticamente (posee isoflavonas)
- Té verde (especialmente el Sencha orgánico, muy rico en catequinas)
- Cúrcuma (potente antiinflamatorio)
- Jengibre, Canela, Clavo de olor, Pimienta de cayena (contiene capsaicina)
- Aguacate y tomates (licopeno)
- Cacao negro 100%
- Romero, orégano (ricos en polifenoles)
- Carne blanca orgánica y huevos ecológicos (de animales alimentados a base de pastos)
- Crucíferas (col, brócoli)
- Vino tinto con mucha moderación (posee resveratrol, pero sólo debe tomarse una copa al día y siempre en una de las comidas)
- Estevia como endulzante
Diagnóstico de la infamación crónica.
La inflamación crónica se diagnostica mediante la detección de la proteína C reactiva, segregada por el hígado, y que indica el nivel de inflamación en la sangre. Ésta se adhiere a la superficie de los gérmenes o tóxicos y los “marca” así como agentes extraños al organismo, para que el sistema inmunitario pueda actuar contra ellos. En muchos casos, de esta manera se logrará una curación completa de la lesión. En otros se producirá un proceso de inflamación crónica, que puede anteceder en muchos casos, a la formación de un tumor maligno. A posteriori podrá incluso extenderse a otras zonas del cuerpo.
Reduciendo la inflamación crónica, al modificar en este sentido nuestros hábitos alimentarios, podemos sentar las bases de una vida saludable en el presente y en el futuro.
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