A fin de preservar la movilidad de las articulaciones y prevenir la atrofia de los músculos, es necesario practicar ejercicio fisico. El paciente que padece alguna enfermedad reumática, como artrosis, debe mantenerse activo, evitando la inmovilización prolongada ( lo cual favorece la osteoporosis).
El calor local que se aplica con ayuda de una manta eléctrica también puede ayudar al paciente artrósico, mientras que las compresas de agua caliente pueden ser útiles para aliviar las contracturas musculares y la rigidez articular motivadas por el dolor.
En toda afección reumática es importante evitar cargar peso y la adopción de posturas inadecuadas.
Las personas que sufren procesos articulares en sus manos deberían emplear una serie de auxiliares para las tareas domésticas, como los abrelatas eléctricos, atriles para libros, etc.