Antes de comentar los problemas emocionales y conductuales de los niños, voy a explicar cuáles son los problemas psicológicos infantojuveniles. Se clasifican en cuatro grandes géneros:
- Problemas de conducta: oposición desafiante, TDHA (trastorno con déficit de atención con o sin hiperactividad) y socialización. Se da un 10-15% de la población infantojuvenil.
- Problemas emocionales: ansiedad y depresión. 10-21%.
- Problemas de nivel intelectual y desarrollo: retraso mental, autismo... 1-2%
- Psicosis. 1%
La mayor parte de los trastornos, aunque no todos, se incrementan con la edad y la etapa más prevalente es la adolescencia, en donde se agudizan todos ellos. Muchos problemas aparecen desde el nacimiento, como el retraso mental, el autismo o el TDAH, y otros van apareciendo en distintas etapas de la vida como la depresión, la ansiedad o los problemas de alimentación.
La mejor manera de prevenir los problemas psicológicos es conocerlos lo más precozmente posible y preparar al niño para que sus condiciones personales le fortalezcan emocionalmente a fin de controlar aquellos factores de riesgo del contexto que aumentan la probabilidad de que aparezcan desajustes.
Las siguientes pautas de relación nos pueden ayudar a prevenir que desarrollen problemas en la infancia y que prevalezcan hasta la edad adulta:
- Juego diario (1-20 minutos), Juego del hijo con padre y madre por separado y/o juntos, dejar que niño escoja el tipo de juego, promover la concentración en el juego (evitar distracciones, no atender al móvil etcétera). Si el niño quiere jugar solo, estar presente comentando su actividad. Evitar dar órdenes al niño en el periodo de juego, si el niño comienza a hacer cosas inconvenientes alejarse o abandonar el lugar diciendo que se continuará cuando se tranquilice,
- Procurar hablar todos los días de las cosas que han sucedido en la escuela.
- Conocer a los amigos de los hijos para integrarlos. Promover la participación en grupos de compañeros y amigos, actividades colaborativas y comportamientos prosociales. Atender al posible rechazo o aislamiento del grupo.
- Instaurar aficiones, actividades lúdicas y placenteras.
- Estar atentos a alabar sus aciertos y a corregir sus errores.
- Procurar fomentar la propia iniciativa.
- Salud psicológica de los educadores. Padres y profesores deben cuidar su salud, promover su bienestar emocional, regular sus niveles de estrés y ansiedad, entrenar sus habilidades emocionales e interpersonales, buscar apoyo social y equilibrio personal.
- Estilo educativo familiar y escolar adecuado. Promover un estilo educativo democrático responsable que combina de forma equilibrada el amor y el control. Establecer reglas y límites mediante control positivo desde el cariño, el afecto y la comunicación positiva. Evitar el autoritarismo, la sobreprotección, la permisividad y la negligencia.
- Favorecer un contexto amoroso, empático, colaborador, pacífico, que evite la hostilidad y maneje el conflicto sin violencia. Un ambiente responsivo a las necesidades de los niños y atento a sus peticiones. Un contexto que sepa poner y mantener límites y reglas de forma consistente y razonada
- Estar atentos a los indicadores emocionales y funcionales del niño para buscar ayuda profesional en caso necesario.
Como padres, madres, educadores tenemos mucho más poder del que imaginamos en el bienestar emocional de nuestros hijos. Los recursos que les ofrezcamos y las habilidades que les ayudemos a desarrollar en su personalidad serán herramientas vitales de prevención de problemas psicológicos a lo largo de sus vidas.