Se acerca el verano, y como todos los años empezamos a preocuparnos por los temidos rayos del sol. Los bebés son los más sensibles y los que más problemas pueden tener al estar expuestos al sol. Por eso es importante que conozcamos que sistemas tenemos para proteger a los bebés del sol durante el temido verano.
El sol y los bebés.
En España por desgracia, hasta hace muy pocos años, no existía una cultura sobre la protección solar. Aunque el gran crecimiento de las enfermedades de la piel, han conseguido que los españoles nos vayamos concienciando un poco más de todos los peligros que conlleva el sol.
Viviendo en un país, donde el sol es uno de los grandes protagonistas. Pensamos que tan solo debemos proteger nuestras pieles cuando estamos en la playa o en la piscina. Nada más lejos de la realidad. Ya que el efecto del sol en verano puede ser perjudicial incluso en días nublados.
Si el sol es capaz de afectar a nuestras pieles maduras, pensemos en la piel de un bebé recién nacido. Por ello debemos prestar una especial atención a los más pequeños de la casa cuando salimos a la calle o vamos a la piscina.
Consejos para un verano con bebés.
Uno de lo primordial es que un niño de menos de 3 años no debe exponerse al sol como un adulto. Debe estar controlado en todo momento.
Recordemos que las peores horas a las que se puede estar debajo del sol son de 12 a 4 de la tarde. Con lo que intentaremos evitar que el sol les de en este periodo del día.
Los complementos son ideales para combatir el sol. Así por ejemplo, una gorrita siempre es un buen método para proteger la cabeza del calor, actualmente podemos encontrar un gran número de gafas de sol que podrán adecuarse a las necesidades de cualquier niño. Si va a estar un rato en una zona con sol, debemos ponerle camiseta, a poder ser blanca.
Otro de los efectos negativos del sol en los niños, es la deshidratación, por ello debemos ocuparnos de que el niño beba cantidades de agua cada poco tiempo, así también reduciremos el riesgo de un golpe de calor.
La crema solar, no solo es para la playa. También debemos aplicarla en los niños si vamos a dar una vuelta en una hora de sol. Además tengamos en cuenta que la crema tarda un ratito en hacer efecto desde que se aplica y absorbe parte el cuerpo del niño. Además en cuanto veamos que ya no tiene crema debemos volver a aplicar una capa.
No todas las partes son iguales de sensible a las radiaciones del sol. Así por ejemplo las partes que están más salientes o con una mayor superficie son las más perjudicadas. Así por ejemplo la nariz, los hombros, la espalda… En estas zonas debemos prestar más atención y aplicar un poco más de crema solar.