Articulo de www.centrolandia.com/blog/
Quién más, quién menos posee una casa de pueblo a la que acudir para desconectar del frenético ritmo urbano y pasar unos días en el campo, sin gases contaminantes del tráfico de la ciudad, con aire puro y un horario mucho más descansado.
El problema es que la decoración de las casas viejas suelen ser algo antiguas y con frecuencia nos parece que todo está decadente y que lo mejor es tirar todo y ponerla nueva.
Olvida esa idea tan drástica y opta por una intermedia de usar lo que aún sea bonito o útil, darle un lavado de cara a otros objetos tal vez pasados de moda y compra sólo lo imprescindible para sustituir piezas rotas o ya inútiles, pero sin desentonar.
Fíjate por ejemplo en la siguiente imagen:
Si observas, al suelo se le ha dado un “lavado de cara” al aplicar en las juntas esa pintura blanca que venden en cómodos lapiceros para ese fin, en tiendas de bricolaje.
Las paredes se han dejado tal cual, al igual que la cocina. Algunas alacenas, en madera sólida y resistente se han conservado, cambiándose otras rotas y desgastadas por estanterías también en madera, del mismo tono.
Los utensilios bonitos pero viejos, tales como chocolateras, fuentes, … se han usado como vistosos floreros o elementos decorativos y la antigua puerta se ha pintado en un tono que realza alegremente toda la habitación, añadiéndole un ramillete de flores de espliego (lavanda silvestre) decorativo.
En otros casos más drásticos, donde se requiere una mayor inversión, seguimos apostando por el disimulo, tratando de integrar los nuevos aportes con los antiguos de manera que pasen desapercibidos y se confundan. Observemos la siguiente imagen:
En este caso, tanto la fontanería como la cocina y nevera se han sustituido por una vitrocerámica y un frigorífico de dos cuerpos, alto. Sin embargo y para no desentonar con el resto de los muebles, se ha procurado poner el recubrimiento del frigorífico en madera u orgánico del tono más parecido a la madera predominante. La grifería se ha añadido en color acero, que combina con todo y el resto se ha respetado.
Veamos un tercer caso de vieja cocina de pueblo redecorada de manera disimulada y respetando el antiguo estilo inicial:
En este caso el frigorífico y las repisas y alacenas se han conservado, así como la cocina y horno. Sin embargo su aspecto otrora blanco, se presenta ahora ligeramente marfil. Para arreglarlo, se han retirado en algunas partes de la pared los azulejos blancos, añadiéndose un tono beis claro o marfil similar.
En el centro de la habitación se ha optado por un bonito conjunto de mesa y taburetes de cocina de madera maciza, de estilo rústico, que además de añadir espacio (la encimera es escasa), da un toque de modernidad y color, así como nuevos puntos de luz eliminando todas las cortinas.
Como detalle curioso, fíjate en el reloj que se ha añadido taponando y disimulando la antigua salida del extractor de gases de cocina. La campana del extractor también se ha retirado, dando más espacio a la cocina. En su lugar, se han añadido a la pared los azulejos blancos similares a los de la parte baja de la habitación.