Revista Coaching

Cómo saber qué cambio profesional te conviene

Por Coach De La Profesional @scientistcoach

>> Puedes escuchar este artículo aquí –> Cómo saber qué cambio profesional te conviene
Cómo saber qué cambio profesional te conviene
¿Te sientes insatisfecha, estancada o agobiada y te planteas hacer algún cambio?
Quizá tengas dudas sobre qué es exactamente lo que necesitas. ¿Bastaría con cambiar de trabajo, o más bien te vendría bien cambiar completamente de profesión? Y ¿cómo lo haces?

Si estás en esta situación hay algo fundamental que tienes que tener en cuenta antes de lanzarte a hacer cambios. Asegurarte de que la insatisfacción proviene realmente de tu trabajo y no de otros factores u otras áreas de tu vida. No sea que te equivoques de objetivo y pierdas el tiempo, ya escribí sobre eso en este artículo.

Una vez tengas eso claro, el siguiente paso sería determinar concretamente qué es lo que no te gusta, lo que falla en tu situación actual, lo que te falta. Puede ser algo externo, como el ambiente de trabajo, tu jefe, el sueldo, tus compañeros, la política de la empresa, los horarios. O bien tener una causa intrínseca, cuando ya no encuentras motivación, te aburres, no hay desafíos, no te apetece hacer tu trabajo ni un solo día más. O quizá una combinación de ambas. Por ejemplo, puede que te encante el día a día de tu trabajo, pero que estés harta de  las condiciones de trabajo o de tu jefe. Que ya no soportes trabajar en una oficina minúscula sin luz natural o tener que verle la cara a un compañero en particular, o tener que pasar medio día en el coche para llegar al trabajo. O puede que, aunque estés bien en tu lugar de trabajo, lo que antes te parecía interesante e incluso apasionante ya no te diga nada, le has perdido el gusto.

Son cosas muy distintas y tienes que tener muy claro qué es exactamente lo que te afecta. ¿Por qué? Porque la solución es diferente según el caso. Ambas situaciones son normales, como nuestras circunstancias y prioridades van cambiando, lo que antes te parecía aceptable o incluso estupendo, a lo mejor ahora mismo ya no te satisface en absoluto. Esto es frecuente, por ejemplo, cuando llevas mucho tiempo dedicándote a lo mismo o cuando hay algún cambio importante en tu vida, como tener un hijo.

Entonces, ¿cuál sería la solución? Como siempre digo, cada persona es un mundo y lo que le sirve a una no tiene por qué serle útil a la de al lado, aunque sus casos parezcan similares. Además, hay una gran variedad de situaciones pero, en general, si el problema reside en causas externas (el lugar de trabajo, tus compañeros, jefe, etc), un cambio de trabajo podría ser la solución. Irte a otro sitio donde hagas lo que te gusta pero con distintas condiciones. Otra opción, en este caso, es mejorar esas condiciones que no te gustan. Lo que te podría ahorrar todo el proceso de cambio de trabajo. ¿Qué tendría que cambiar para que te sintieras otra vez a gusto? ¿Qué puedes hacer tú para cambiarlo? Muchas veces está en tu mano cambiar las cosas o, al menos, mejorarlas.

Si, por el contrario, es tu trabajo en sí lo que ya no te aporta nada, si ya no tienes desafíos y te aburres, hay dos opciones: buscar un puesto de mayor responsabilidad en tu mismo campo, que incluya nuevos desafíos y retos; o directamente cambiar de carrera o establecerte por tu cuenta. Estas dos últimas opciones requieren más tiempo (muchas veces tienes que volver a formarte) y dan más miedo, pero quizá sea lo que necesitas. ¿Tú que crees?

A veces te dejas llevar por una situación que no te gusta y te resignas pensando que no hay alternativas, pero siempre las hay, aunque algunas supongan un gran riesgo o cambio. No tienes por qué estar insatisfecha en tu trabajo, piensa en las alternativas (mejorar tu situación, cambiar de trabajo  o de carrera) y toma una decisión, la que tú consideres conveniente. Quizá para ti sea imposible hacer cambios ahora mismo debido a alguna situación particular, en ese caso no te dejes atrapar por la inercia y que vayan pasando meses y meses sin hacer nada. Hay momentos y situaciones temporales en las que, a lo mejor, no puedes hacer cambios drásticos, pero hay otros momentos en los que sí, todo es cuestión de prioridades. Si decides quedarte, que sea por decisión propia y bien meditada y, en ese caso, se acabaron las quejas. Si no, empieza a pensar qué puedes cambiar y cómo vas a hacerlo. Por ejemplo, como ya he mencionado otras veces, puedes ir aprovechando tus circunstancias actuales para prepararte para un cambio futuro o puedes compaginar varias cosas aunque eso suponga un sacrificio económico y de tiempo a corto plazo. Pero si estás insatisfecha y no haces nada, sinceramente eres la única culpable.

Y no, no es nada fácil, claro que no. Ni para ti ni para nadie, todos hemos tenido que pasar momentos duros, miedo e inseguridad para estar donde estamos. Todos. Es ley de vida y si quieres hacer un cambio importante tienes que aceptarlo y seguir adelante.

¿Qué te parece? Déjame tu comentario más abajo y no olvides suscribirte a mi boletín semanal gratuito para no perderte el siguiente artículo.

Foto de Piotr Bizior.

 


Volver a la Portada de Logo Paperblog