Written by valedeoro // 18/10/2012 // felicidad // No comments
Me va super bien: me lo merezco
En el fondo sé que me irá bien. No es la primera vez que cambio de país para construir algo nuevo. Conoceré gente nueva, encontraré ideas nuevas, abriré puertas nuevas. Compartiré lo aprendido, sabiendo que el esfuerzo (con una buena pizca de positivismo) valió la pena. Y quizás me preguntaré, por qué tardé tanto en tomar esta decisión.
Me va regular: volviendo a la felicidad base
O quizás la vida en otro lugar es igual de buena que aquí. Después de las primeras semanas de exaltación, el día a día se instala, independientemente de donde esté. Gracias a la resiliencia, el nivel de felicidad volverá a su base y seré igual de feliz que aquí, con el valor añadido de haber hecho de otro lugar mi casa.
Me va mal: experiencias educativas
O tal vez me siento miserable. Las cosas no salen como me imaginaba.
La gente me cae mal, las oportunidades laborales desaparecen, y encima llueve todo el tiempo. Después de unas semanas o meses tiro la toalla y vuelvo a mi vieja vida, con un nuevo aprecio por lo que tengo aquí. La experiencia servirá para volver a apreciar lo que quizás en este momento doy por hecho.
¿Cómo sabes, cómo te salió?
Falta decidir cuáles son los parámetros para saber si la aventura ha salido bien, mal o regular. La gran ventaja es que yo soy quién decide mis propios parámetros. Yo puedo decidir cuando me voy y también cuando vuelvo.
- Puedo darme una fecha límite: si en tres meses sigo extrañando Barcelona, volveré.
- Puedo definirlo a nivel de trabajo: si en tres meses no he conseguido ningún proyecto interesante, volveré.
- Puedo definirlo a nivel personal: si en tres meses no me siento como en casa (tengo un hogar, amigos, actividades regulares), volveré.
Cada uno de estos parámetros se puede definir más y más específicamente para tranquilizar a la duda que quiere mantener el status quo bajo cualquier circunstancia. Es verdad que no puedo predecir ni controlar como me irá en esta nueva aventura. Pero sí sé que la evaluación de cómo me ha ido, dependerá de mi.
Así que: ¡Me irá bien!