Las termitas suelen desplazarse a través de la propia celulosa que consumen, aunque cuando esto no es posible buscan vías alternativas a través de materiales blandos como yeso o polietileno que les permite introducirse a través de pequeñas fisuras entre el hormigón y los ladrillos de las paredes. Las termitas tienen especial predilección por las maderas, donde se hace difícil percatarse de su presencia a simple vista.