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Cómo se Desarrollaron el Caparazón de las Tortugas

Publicado el 19 junio 2013 por Ciencia
Cómo se Desarrollaron el Caparazón de las TortugasUn estudio publicado en la revista Current Biology añade nuevos datos sobre el elemento más característico de las tortugas: su caparazón. Un análisis concienzudo de los fósiles del reptil Eunotosaurus africanus, antecesor de las tortugas moderas, ha permitido a los investigadores rellenar el vacío de información existente entre ambos, de entre 30 y 55 millones de años, y completar la información existente sobre este curioso armazón.
«El caparazón de la tortuga es una estructura compleja, que comenzó a formarse hace unos 260 millones de años, durante el período Pérmico», afirma Tyler Lyson, investigador de la universidad de Yale y del Smithsonian y coordinador del estudio. «Tardó miles de años hasta obtener su forma actual», añade. 
Al contrario de lo que pueda parecer, el escudo de los quelonios no es una única pieza ósea, sino que está formada por aproximadamente unos cincuenta huesos. Además, las tortugas son el único animal cuyo caparazón está formado por la fusión de huesos y vértebras, ya que en el resto de animales que cuentan con algún tipo de escudo, éste está formado por escamas óseas en la superficie de la piel. 
«El motivo de que no haya más animales con este tipo de estructura formada a través del crecimiento y sutura de las costillas es que los mamíferos y lagartos las necesitan para ayudar a ventilar los pulmones», dijo Lyson.
«Si un animal incorpora las costillas en una concha protectora, entonces usted tiene que encontrar una nueva manera de respirar. Sin embargo, ¡las tortugas encontraron la forma de hacerlo!, con la ayuda de una serie de músculos.
Hasta hace pocos años, el caparazón de los fósiles de tortugas más antiguos conocidos —de hace unos 215 millones de años— estaba ya totalmente formado, lo que hacía difícil ver la secuencia evolutiva que había seguido. Esto cambió en 2008 con el descubrimiento de un fósil de Chinese Odontochelys, un reptil de hace 220 millones de años que tenía el caparazón a medio formar. 
Sin embargo, el hallazgo del Eunotosaurus, que vivió en Sudáfrica 40 millones de años antes, ha permitido añadir nuevos datos. El análisis de sus restos ha desvelado que tenía nueve costillas y los músculos intercostales similares a los de las actuales tortugas, aunque también importantes diferencias, como la ausencia de grandes espinas en sus vertebras.
Lyon afirma que de ahora en adelante su labor de investigación se centrará en descubrir nuevos detalles del complejo sistema respiratorio de las tortugas. «Queda claro que su mecanismo de ventilación está estrechamente ligado al origen de su caparazón», sentencia. 
Fuente: abc

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