Un equipo de investigadores del Instituto de Biología Clínica Molecular (IKMB) de la Universidad de Kiel en Alemania (CAU) ha descubierto un mecanismo que, entre otros factores, puede haber contribuido a frenar las ultimas pandemias.
Anteriormente un grupo de científicos llevaron a cabo un estudio genómico en el que investigaron restos humanos de dos cementerios en Riga, Letonia, que se utilizaron como cementerio para las víctimas de la peste del siglo XVII. Extrajeron ADN y lo sometieron a secuenciación y pudieron detectar rastros del patógeno Y. pestis y resultó que los genomas diferían en un aspecto esencial de los genomas de la época de la peste negra ya que tenían un número menor de un gen específico, el gen Pla. Pla es un factor de virulencia, que es crucial para la transmisión de la bacteria.
Otro estudio más reciente publicado en la revista Scientific Reports , volvió a analizar las secuencias de ADN previamente examinadas de estas cepas que habían ocurrido después de la Peste Negra y encontró el mismo patrón. Todas estaban agotadas en pla y por lo tanto, menos infecciosas para los humanos . Esto planteo la pregunta de porqué las bacterias redujeron el número de sus genes pla durante el curso de la segunda pandemia. Una posibilidad es que las bacterias tuvieran que adaptarse a un nuevo entorno después de la Peste Negra. El agotamiento de pla podría haber dado lugar a una ventaja de aptitud al infectar roedores, el huésped natural de Y. pestis.
La propagación de las cepas empobrecidas y, por lo tanto menos virulentas, podría explicar al menos parcialmente el declive y en última instancia, la desaparición de la peste de Europa. La aplicación de tecnologías modernas de secuenciación del genoma puede ayudar a desenmascarar los procesos adaptativos de patógenos durante una pandemia y así lograr explicar el curso de la enfermedad.