Dos astrónomos del Observatorio Astrofísico Smithsonian (SAO), Eric Keto y Zhang Qizhou, argumentan en un nuevo estudio que las estrellas masivas se forman igual que las más pequeñas, al menos con respecto a sus dotaciones y discos. Combinando las observaciones de gas molecular en una estrella joven y masiva con modelos generados por ordenador de formación estelar que se ampliaron para adaptarse a estrellas masivas, llegaron a la conclusión de que, al menos esto sucede en estrellas de hasta diez masas solares (en estrellas más masivas que estas, puede haber diferencias). Los resultados no sólo sugieren que los teóricos estaban en el camino correcto, sino que implica que en observaciones futuras de estrellas masivas jóvenes con nuevos instrumentos, podría de utilizarse los datos previstos para sus discos.
Las estrellas masivas – las de más de ocho veces la masa del sol – son sin duda unos de los más importantes protagonistas del universo. Mucho más calientes y más luminosas que el Sol, sólo viven cientos de millones de años antes de explotar en forma de supernovas, pero durante su vida, en sus hornos nucleares producen una amplia gama de elementos químicos pesados (el universo se creó principalmente tan sólo con hidrógeno y helio). Mientras este proceso sucede, sus vecindarios galácticos se calientan y dominan las propiedades de su entorno y su gas y polvo. En su dramática muerte, se halla la semilla del universo, esparciendo estos elementos y otros producidos durante el cataclismo, e interrumpiendo su entorno, y dejando atrás estrellas de neutrones o agujeros negros.
Las estrellas masivas son mucho menos comunes que las estrellas de tamaño similar al Sol, lo que representa un porcentaje muy pequeño, y los astrónomos se preguntan el porqué. No está claro si las ideas estándar sobre la formación de estrellas pueden aplicarse a estrellas masivas. ¿Crecen como pequeñas estrellas aumentando de tamaño mediante acreción, mientras que están rodeadas por un disco giratorio de material?
Las estrellas masivas maduran muy rápidamente, sin embargo mueren en menos de unos cientos de miles años, muy poco tiempo en comparación con los millones de años de vida de estrellas similares al Sol. Como resultado de su corta vida, no hay muchos ejemplares jóvenes de ellas con los que estudiar los procesos asociados a su nacimiento.
Enlace original: Making massive stars.