Trencadis o no Trencadis, esa es la cuestión! Llevo 16 años como restauradora, artesana y profesora del Trencadis de Antonio Gaudí en Barcelona. He conocido mucha gente a lo largo de estos años, durante mis cursos, que se han quedado muy sorprendidos al comprobar que el Trencadís de Gaudí no tenía nada que ver con lo que les habían enseñado otros profesores.
En este post intentaré mostrar y explicar las diferencias entre el auténtico Trencadis de Gaudí y lo que se hace actualmente, mosaicos que se hacen con la mejor intención pero, que no deberían llamarse Trencadís.
El Trencadís que “inventó” Antonio Gaudí pertenece a la familia del mosaico. La razón del origen del mosaico fue en un primer momento buscar una solución a una problemática arquitectónica y más adelante, se desarrolló y evolucionó como técnica artística y decorativa. Se tiene constancia de los primeros mosaicos en la época Sumeria, Acadia y Persia, las Primeras civilizaciones, sobre el 2400 al2200 AC. Su esplendor lo alcanza en la Grecia Clásica y la Roma Imperial.
En sus inicios, el Mosaico se basaba en la repetición de formas, dibujos y colores: las denominadas cenefas. Su evolución posterior llevó a elaborar mosaicos considerados, casi, obras pictóricas llenas de detalles y coloridos. Hemos de tener en cuenta 2 datos: 1. siempre había un diseño previo al que se ceñían los trabajadores o tessellarius y 2. las piezas o teselas que se utilizaron, se elaboraban con formas geométricas exactas: cuadrados y triángulos.Antonio Gaudí también empezó realizando mosaico clásico en varias parroquias y viviendas en Barcelona durante sus primeros años. Es digna de ver, por ejemplo, la parroquia de San Pacià en el barrio de Sant Andreu.
Sin embargo, Gaudí vivió durante una época artística, literaria y política muy importante, particular y única que se dio en Cataluña: EL Modernismo. Este período fue influido e influyente de otros movimientos que se desarrollaron al mismo tiempo en diferentes países. Cada uno tiene unas características propias que los hace únicos: Art Noveau en Francia, Arti Fiorali en Italia, el Jugendstyl en Alemania o el Art Decó en EE.UU
La atracción que la naturaleza ejercía sobre los artistas del Modernismo, los llevó a investigar sin descanso. De esta forma consiguieron con éxito plasmar las características principales de la naturaleza en cada una de sus diferentes disciplinas. El vigor, el movimiento, la transformación, el colorido, la fuerza de la naturaleza se ve reflejada en el vidrio, la forja, el mosaico, la pintura, la escultura y como no en la arquitectura. En esta última, se llevó hasta las últimas consecuencias el atrevimiento y la originalidad de los arquitectos: nuevas estructuras en tejados, fachadas, columnas, paredes, escaleras, etc..
Este movimiento, esta búsqueda de la línea curva, provocó la creación de nuevos recursos arquitectónicos como el del gran maestro y arquitecto Antonio Gaudí: Una nueva versión del mosaico, El universalmente conocido “Trencadis”.
El Trencadís se realiza con fragmentos irregulares y desiguales de cerámica vidriada, unidos entre sí por la argamasa. Los fragmentos se han de fraccionar de forma aleatoria y no debe alterarse su forma, aspecto o desperfectos, salvo que afecten a la zona vidriada. Con esos pedazos, se han de elaborar formas o siluetas que reconozcamos, dando como resultado: flores, peces, astros, etc. No se realizan diseños previos, es decir que es una técnica espontánea y creativa. Los materiales utilizados eran la cerámica cotidiana que se desechaba: baldosas en mayor proporción y algunas vasijas, platos o botellas ocasionalmente. Actualmente se hacen exclusivamente de baldosas si se hacen obras u objetos de pequeñas dimensiones.
Las obras donde se observen piezas geométricamente regulares como algunos fondos hechos de círculos, triángulos o rectángulos o bien figuras hechas de una sola pieza, como los pétales de una flor, corresponden a variantes modernas de Trencadis o mosaico, pero no podemos referirnos a él como Trencadis de Gaudí o Mosaico Catalán. Tampoco se puede denominar así a las obras que se realizan sobre una fotocopia, fotografía o diseño previo. Este hecho altera la esencia que Gaudí buscaba en el trencadís. Tampoco puede considerarse Trencadis las obras realizadas actualmente con arena, conchas, maderas, botones, juguetes. Estos materiales son muy creativos y dan plasticidad a una obra, pero entonces debemos hablar de mosaico y no de Trencadis.
No voy a poner ejemplos para que nadie se moleste o se desilusione. Pero si voy a poner una foto que encontré un día sobre cortes. Es muy clara y explícita: únicamente las dos primeras columnas de los cortes irregulares, pueden considerarse Trencadis. No recuerdo de quien es, hace años que tengo la foto. En el caso de que su autor/a la vea, por favor, contacta conmigo para poner tu nombre en el pie de foto.
A Antonio Gaudí le interesaba el trencadís por varias razones:
1.Su efecto óptico: El reflejo del sol sobre las baldosas hacía que parecieran estar vivas o en movimiento, que pareciera una naturaleza viva. Y por otro lado los vivos colores ofrecían una imagen más alegre de la ciudad a principios del siglo XX.
2.Su improvisación: el trencadís es un proceso espontáneo y creativo que no requiere de la existencia previa de un dibujo o diseño. Una frase de Gaudí era: “A puñados se tienen que poner, si no, no acabaremos nunca”.