Como buen cantante, tienes que sentir la música mientras cantas.
No vale con ir a tu rollo mientras la música va sonando.
Tiene que haber una simbiosis entre música y voz para que el público cuando te escuche perciba que el resultado es homogéneo.
Lo más importante es que no sólo oigas la música, sino que también la escuches, que la sientas.
Te parecerá algo enormemente lógico, pero a muchos cantantes les cuesta estar atentos a los demás instrumentos durante la actuación y de hecho, si lo hacen se distraen de su parte.
Es algo que hay que entrenar de igual forma que entrenas tu voz.
¿Sabes lo que hacen los demás instrumentos?
¿Podrías tararear la línea instrumental de la guitarra o el piano?
¿Podrías marcar los golpes de la batería?
Cuando lo pruebes, te darás cuenta de la riqueza que adquiere la canción para ti.
Escuchando a los demás instrumentos tienes la ventaja de añadir a la canción el feeling de tus compañeros de grupo, no sólo el tuyo propio.
Observa mientras tocan y déjate llevar por sus emociones, ¡deja que te contagien!
Simplemente con escuchar la música no lo tienes todo hecho, aunque te ayudará un montón en todo lo demás.
Tres aspectos básicos que te ayudarán a cuadrar tu voz con la música
Escuchar lo que están haciendo tus compañeros es vital y sin lugar a dudas te va a ayudar un montón, pero hay tres cosas en las que tienes que poner especial atención cuando trabajes en cuadrar la música con tu voz.
Cuando una de ellas falla, tú eres el primero que siente que algo no marcha bien y que hay algo que no encaja.
Afinación
Si tus compañeros tocan en un tono y tú cantas en otro, algo está mal.
No te preocupes, pues no serás ni el primero ni el último cantante al que le pasa esto.
Aunque afines perfectamente cuando haces tus ejercicios de canto y tengas un oído impecable, te puede pasar alguna vez o con alguna canción que tengas cruzada.
En ese momento, tú mismo notas que algo no va bien.
Si estás en un ensayo no pasa nada, paras y se repite.
Si te pasa en un concierto tienes que intentar volver al tono correcto lo antes posible.
Es probable que el público ni siquiera se de cuenta, pero tú sí lo vas a notar y tus compañeros también.
Cuando ensayas muchísimo con tus compañeros, seguro que detectarás antes del concierto si tienes un problema de este estilo en alguna canción.
Es necesario que la practiquéis juntos un millón de veces para evitar que te vuelva a pasar.
A parte de practicarla juntos, te recomiendo que la grabes cuando estés en un ensayo para practicarla en casa tal y como la escuchas en los ensayos.
Otra cosa muy diferente es que tengas problemas de afinación con cualquier canción e incluso con los ejercicios.
Si ese es tu caso, te recomiendo que leas este artículo sobre cómo cantar afinado.
Aunque he de decir, que también te aconsejo escuchar muy bien la música aunque tengas este problema incluso con ejercicios.
Muchos casos de desafinación se deben a que el cantante se anticipa al instrumento.
Ritmo
Tienes que seguir el tempo.
Ir a tempo es una de las asignaturas pendientes de muchos cantantes y es de las cosas que más pueden llegar a desentonar en una canción.
Para los demás músicos también es algo a lo que lleva tiempo acostumbrarse y que han de trabajar, pero cuando todos van a tempo y sincronizados, es cuando se produce la magia.
Los grupos con más horas de ensayo son los que mejor llevan esta parte, siempre que todos pongan de su parte y se entiendan.
Si a ti te cuesta seguir el tempo, te recomiendo que prestes especial atención a lo que hace la batería.
La batería es un metrónomo humano. Puede que toque con metrónomo o puede que no y también depende del nivel que tenga puede ser que siga mejor o peor el tempo.
De cualquier modo, la batería es el metrónomo que tú tienes que seguir.
Si él cambia el tempo en mitad de un tema, tú tienes que acompañar ese cambio, no puedes seguir el mismo tempo que había, porque la cosa se va a descuadrar.
Así que por mucho que ensayes con metrónomo y entrenes tu voz para que suene al tempo, por quien te tienes que dejar guiar es por el batería.
Si quieres saber más sobre cómo seguir el tempo, lee este artículo.
Humor
No puedes poner voz alegre cuando la música es muy triste ni cantar con una voz triste una canción alegre.
¡Ojo! Esto no tiene nada que ver con la letra.
Es el sonido de la música.
Una canción puede tener una letra de lo más triste y ser alegre (aunque es raro).
A eso se le llama humor negro.
Es como dar una mala noticia con una sonrisa, un poco raro y deshumanizado, pero existe y hay a quien le gusta como queda ese contraste.
Tener en cuenta el humor de la canción es muy importante cuando estás componiendo la melodía de voz.
Quizás al principio te cueste un poco dar con la adecuada, al final te saldrán solas escuchando un poquito la música.
Escucha bien la canción.
Si tiene partes muy diferenciadas, quédate con cada una de ellas y trabájalas por separado.
Piensa en qué te inspira cada parte, ¿qué sientes al escuchar la música?
Y canta en función de eso.
Si necesitas más ayuda para componer una melodía de voz, échale un ojo a este artículo.
Y para acabar… ¡Un truquillo!
Prueba a cerrar los ojos.
Privarte de un sentido te hará agudizar los demás y el que más se va a agudizar en este caso será el oído.
Piénsalo, el gusto no lo vas a utilizar porque no estarás comiendo, al tacto te habrás acostumbrado si llevas un rato sosteniendo el micrófono y al olfato igual si llevas un rato oliendo el ambientador (por decir algo agradable!)
Cerrar los ojos te ayudará a concentrarte mucho más en lo que estás escuchando y a sentir la música mientras cantas.
¡Ayúdame a llenar el mundo de emociones musicales compartiendo este artículo!
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