El otro día Joseph Blatter sorprendió a los medios con unas declaraciones un poco desafortunadas, no tanto en su contenido cuya opinión tampoco es nada del otro mundo, sino por proceder del Presidente mismo de la F.I.F.A, máximo organismo mundial del fútbol. Entre otras cosas hizo referencia al gasto en peluqueros de Cristiano Ronaldo. Y razón no le falta la verdad, lo que hizo que recordase una vez más mi especial devoción por el fútbol auténtico, ese que se perdió hace ya quince años más o menos y que incluía al género de jugadores que yo denomino específicamente “Tato Abadía style”.
El bueno de Agustín “Tato” Abadía, inspirador del nombre, nunca pasará a la historia por ser un jugador técnico, creador, o desequilibrante pero fue un verdadero ídolo allá donde jugó. Y hay que decir que jugó en varios equipos: Logroñés, Compostela e incluso Atlético de Madrid. Todo un derroche de sacrificio y valentía enfundado en una estética alopécica prematura, frondoso bigote y físico poco atlético. Seria imposible ver hoy día a un jugador de Primera División con un aspecto así. ¡Vamos, que eso eran verdaderos futbolistas! O por ejemplo también la figura del robusto Carmelo Navarro, defensa y capitán del Cádiz C.F que a punto estuvo de dejar el fútbol tras dos lesiones de rodilla consecutivas que le mantuvieron en blanco casi dos años. El Recreativo de Huelva, entonces su Club, le dio incluso por desahuciado para el fútbol pero salió adelante y se convirtió en el “Beckenbauer de la Bahía” para la afición gaditana.
En el lado opuesto, cuando la alopecia respetaba al jugador aparecían las melenas al viento. Y una de ellas en concreto sigue siendo muy querida por Pucela, ¡cómo olvidarla!. El gran Carlos “Pibe” Valderrama que recaló en el Valladolid a principios de los noventa, miembro además de aquella prolífica generación de jugadores colombianos que dio grandes cracks como Faustino Asprilla o René Higuita (También jugador pucelano en su momento) y que dejó una gran huella en España principalmente por su peinado científicamente imposible que aún hoy luce orgulloso y por la tocada de genitales, literal, recibida por parte del madridista Michel en la disputa de un córner durante un partido de Liga.El otro protagonista elegido por mí, casi al azar porque se me ocurren una barbaridad de ejemplos que darán más de un artículo, es ni más ni menos que Juan José Jiménez Collar, que dicho así a bote pronto no nos sonaría pero si se le añade su superlativo apodo “Sandokán” todo cobra sentido. Con su frondosa melena y barba, este gaditano de los pies a la cabeza dejó años de buen fútbol en la Tacita de Plata y pasó a la historia por su look melenudo que le valió merecidamente ese apodo. En sus años de apogeo jugó en el Real Madrid e incluso debutó con la Selección española. Por desgracia, la vida post futbolística no le deparó tanta suerte cayendo en el anonimato y debiendo trabajar en los astilleros o repartiendo correo.
Habrá nuevas entregas de los “Tato Abadía Style” pero ojo, muchos otros lo harán porque futbolísticamente también se lo ganaron, porque no siempre se trata de limitarse a esbozar una media risa viendo el aspecto de estos jugadores de antaño sino que se debe recordar por un segundo al menos, que acuñaron su fama también en el terreno de juego.No obstante, para qué negarlo, hay algunos que deben ser recordados (ya lo son en muchos foros de internet), los Atila Kasas y compañía porque ¡hay que ver! En tantos años desfilaron algunos jugadores que sólo por su aspecto ya dieron de qué hablar. Para que luego nos quejemos de los peinados de Cristiano Ronaldo y compañía… Entonces no existían convenciones estéticas y se jugaba al fútbol sin más. No era necesario un espejo en el vestuario. ¿Para qué? Preguntarían entonces…
DAVID ABELLÁN FERNÁNDEZ