Si no tienes tus ingresos y gastos bajo control es muy probable que acabes teniendo problemas financieros serios. Y por supuesto, olvídate de conseguir el ahorro suficiente para generar nuevos ingresos pasivos.
Conocer cómo se distribuyen tus ingresos y gastos es un paso necesario en la aventura de mejorar tu economía personal. Este conocimiento te permitirá:
- Ser consciente de tus fuentes de ingreso.
- Conocer tu tope de gasto.
- Distinguir que gastos son necesarios y cuales prescindibles.
- Realizar simulaciones de diferentes situaciones que puedan presentarse en tu vida.
Puedes guardar cada ticket de cada compra que hagas. Puedes apuntar en una libretita cada gasto para hacer un análisis profundo de todo a final de mes. Se convertirá en algo tedioso y, a menos que tengas una fuerza de voluntad resistente, acabarás abandonando.
Agotador, ¿verdad? Si además tienes que contar con tu pareja, tú solo te imaginas la complejidad que este ejercicio puede alcanzar. Créeme, lo he probado.
La buena noticia es que es suficiente con que generes un esquema general de los ingresos y gastos. Una especie de mapa que te de la información necesaria para tomar el control de tus finanzas personales.
El objetivo es ver como entra y cómo sale el dinero de tu “caja”, asegurándonos de que no sale más de lo que entra.
Tu mapa de ingresos y gastos paso a paso.
Para construir tu mapa de ingresos y gastos tienes que centrarte en 4 bloques imprescindibles que verás a continuación.
En cada bloque haz un listado de los diferentes ingresos o gastos y su cantidad correspondiente.
1. Ingresos.
Cada una de las cantidades de dinero que entran mensualmente en tu “caja”.
Salario, rentas de alquiler y cualquier otro ingreso predecible de forma recurrente.
Por ejemplo, los dividendos al no ser cobrados con una frecuencia regular, una misma cantidad cada mes, no es aconsejable incluirlos. Aunque existen trucos para que puedas incluirlos y convertirlos en un ingreso recurrente.
2. Ahorro.
Como buen ahorrador sabes que tienes que pagarte a ti mismo primero. En esta categoría tienes que incluir todos los conceptos relacionados con el ahorro y la inversión.
Cantidades que destinas al fondo de emergencia, a invertir en un fondo, a un plan de pensiones, a la compra de acciones, etc.
Puedes poner las cantidades destinadas a hipotecas de inmuebles, aunque la parte de la letra que destinas a amortizar el capital puede ser considerado como ahorro y , siendo purista, el interés sería más bien gasto.
3. Gastos fijos.
Todos los meses hay una serie de gastos que se repiten en tu cuenta corriente y que tienen el mismo importe. Se trata de gastos fijos, gastos que ocurren pase lo que pase, a menos que te des de baja del servicio y en muchos casos a lo máximo a lo que puedes aspirar es a cambiar de proveedor.
Los ejemplos más comunes son los gastos de teléfono e internet, la comunidad, la cuota del gimnasio, el alquiler del garaje, las clases de inglés de los niños, la cuota de Netflix, etc.
Algunos gastos de suministros, electricidad o gas, no son fijos ya que el importe depende del consumo, pero existen compañías que te permiten tener un cobro homogéneo a lo largo del año.
No todos los gastos a los que haces frente son mensuales, muchos de ello ocurren a lo largo del año, en una fecha determinada y te obligan a hacer un desembolso de dinero especial. Puedes incluirlos haciendo un prorrateo mensual de las cantidades.
4. Cash o resto de gastos en metálico.
Finalmente tienes todos esos gastos que son difíciles de controlar, ya que no corresponden al pago de una cuota o servicio. Son los gastos del día a día, los que pagas con el dinero en metálico que llevas en la cartera o que vas retirando poco a poco del cajero automático.
La compra del supermercado, las manzanas de la frutería, las piezas de pan que llevas a casa cada día, las cañas al salir del trabajo el viernes, una caja de aspirinas en la farmacia o las tapas del sábado son buenos ejemplos de ello.
En general, puede decirse que en esta sección se engloba los gastos de alimentación, hogar y ocio.
Y sí, podrías controlarlos al detalle, como hemos comentado antes, guardando cada ticket y agrupándolos a final de mes para saber que gasto corresponde a cada concepto, pero:
- Es probable que los gastos no sean iguales todos los meses: hay meses donde sales a tomar cañas más veces, y otros donde comes más en casa, con lo cual las cantidades variarán de mes a mes significativamente.
- El esfuerzo que tendrás que dedicar será importante para obtener unos resultados poco exactos.
Lo más práctico es que asignes una cantidad para este bloque que englobe todas las categorías (alimentación, hogar, ocio) y que tengas en mente que esta cantidad es para agotarla en el mes. Al fin y al cabo ya has planificado tu ahorro antes.
¿Y ahora qué?
Una vez que dispones de un listado completo de todos los ingresos y gastos con sus cantidades asociadas tienes que comprobar que el total de los ingresos es mayor o igual a la suma de los ahorros y gastos.
Si no es así, ajusta algunas partidas para que ambas cantidades se igualen.
Se trata de tener una visión general de tu flujo de caja mensual. No de pasar horas y horas recopilando datos.
Es un sistema que puedes ajustar mes a mes, hasta que llegas a una situación estable que describa las entradas y salidas de dinero de tu cuenta.
Si tienes algún cambio sustancial sólo tienes que crear una nueva versión y ver cómo el cambio afecta a tu mapa de ingresos y gastos.
Así que adelante, ponte manos a la obra y comienza a crear tu mapa de ingresos y gastos para tener bajo control tus finanzas personales.
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