Este mediodía ya me vaticinó mi amiga – sí, mujer, la de la vocecita en mi cabeza- que algo iba mal en este país, sociedad o como quieras llamarlo (¿has visto lo educada que he sido, que no le he metido ningún “coño” ni nada?). Lo siento, es que en esta entrada toda despotricar como mejor pueda, porque hay veces que no le encuentro sentido a lo maravilloso de la vida, como puede ser un anuncio de Navidad o una peli de Almodóvar.
¿Qué tienen en común? Muy fácil: los dos los he visto por primera vez hoy y los dos me han provocado demasiadas dosis de “ridículo-pena-admiración-¡qué está sucediendo!-¿me estás tomando el pelo?” por sentimiento cuadrado.
Vayamos por partes, (chistes apartes): el anuncio de de la lotería es de total burla, lo conforman una serie de profesionales que no tienen nada que ver y que se encuentran en lo más insulso de su carrera. Ese final de Raphael, ese… Yo qué sé, ¿en serio? Pondría la mano en el fuego a que quien lo hiciera lo ha hecho totalmente a conciencia, pensando en la “fama” que cogería por ser tan… indescriptible… y por caracterizar a la España de 2013: una insulsa, con gran potencial y personas que un día fueron ¿alguien?, pero que ahora se encuentran perdidos entre tanto… ¿sueño? “Juntemos a estos, que canten un poquito y que los demás los tuiteen y les hagan parodias y nos agranden la saca mientras con los chistecitos…”. Me he reído, no he podido cerrar la boca en un par de minutos y, sobre todo, me ha dado pena. Sí, en resumen.
Esto es una parodia light, la única que he visto, porque regocijarme en la vergüenza ajena no tenía ganas hoy…
Y la otra incredulidad del día ha sido “Los amantes pasajeros”. No puedo describirla con una palabra, pero la ida de olla del Almodóvar es innombrable. No sé lo que ha pretendido, la verdad. No sé si puedo decir que no me ha gustado, porque la he vivido hasta el final, esperando algún atisbo, eso sí, de inteligencia en alguna parte del guion… Es muy fuerte, es absurda, vacía y prácticamente todos sus actores conforman el panorama estrella por excelencia del cine español. Que yo recuerde, no sale el plato estrella -la teta- pero es aun peor… Es ser explícito por ser explícito, gratuitamente sin más. No es mala, es… de esas películas que tienes que ver para valorar tu vida: sin duda, mucho mejor que un guion de la última de Almodóvar… No sé lo que se fumó, bebió o tiró, hablando en su almodovariano, pero debió de ser muy heavy.
Lo siento, esta entrada tenía que contener blasfemias y desenfados, porque la vida no es solo Pablo Alborán o el nuevo anuncio del George Cloney, con sus sonrisitas medio pillinas o sus canciones que levantan los suspiros de jovencitas en masa. La vida es absurdez, vergüenza ajena, incredulidad y resoplidos constantes. La vida es saber que Javier Cámara seguirá siendo mi Paco Jimeno y seguiré masoqueándome viendo a Almodóvar, por si vuelve a “Todo sobre mi madre”. La vida es recordar la carpetas de Bustamante o las cajitas de caramelos que con tanta ilusión llevaba a todas partes con su foto y ese olor a forro en las manos. La vida es soñar que algún día seremos tan viejitos como la Caballé y que, aun así, seguiremos teniendo ese vozarrón de pelos de punta. La vida es esta noche, con estos cascos y estas gafas medio sucias que me obligan a acabar esta entrada desenfadada y sin sentido, como todo.