¿Atormentada porque tienes una decisión importante que tomar? La toma de decisiones es uno de los procesos que más angustia a muchas personas, especialmente si hablamos de una decisión importante que puede suponer grandes cambios en tu vida personal o profesional. De hecho, es algo que te puede mantener paralizada mucho tiempo y por eso es un tema que me interesa especialmente porque mientras estés paralizada e insatisfecha tu vida sigue pasando…
Aunque ya he escrito varios artículos sobre el tema (por ejemplo, este y este), la semana pasada vi un vídeo en el blog de Maria Brilaki donde entrevistaba a la doctora Tracy Thomas sobre ese tema, y me han parecido muy interesantes los 4 pasos que menciona para tomar una decisión importante, así que los comparto contigo junto con mis reflexiones personales.
Uno de los problemas a la hora de tomar decisiones importantes, como un cambio de carrera por ejemplo, es el miedo a que las cosas vayan mal, a las críticas de los demás, a arrepentirte etc.
El miedo hace que no pienses con claridad y que , aunque en el fondo sí sepas lo que quieres (de hecho tengo comprobado que la mayoría de mis clientas normalmente saben lo que quieren, y cuando se sienten escuchadas y en confianza lo descubren), sigas paralizada. Por eso, el primer paso es deshacerte de ese miedo. ¿Y cómo? Contestando a la primera pregunta:
1. Esta decisión, este cambio, ¿conlleva un peligro de vida o muerte?
Eso es lo verdaderamente importante y ya sabes que en la gran mayoría de los casos la respuesta es NO. No, no va a peligrar tu vida ni la de los tuyos y no, no vas a acabar viviendo debajo de un puente. (Si es que sí, obviamente la respuesta a la decisión sería que no, no hace falta ni decirlo.)
Eso debería centrarte un poco. Y sí, puede que tengas que hacer cambios importantes en tu vida y tus rutinas, y que tengas que salir de tu zona de confort, y que tengas que hacer cosas fuera de lo habitual, pero tu vida no peligra.
Una vez tengas eso claro, pasamos al siguiente punto. ¿Qué pasa si, aunque tu vida no peligre, sigues sin tener ni idea de qué hacer, de qué decisión tomar? Pasamos a la siguiente pregunta (que me encanta):
2. ¿Cual de las opciones sientes que es un sí?
No nos engañemos, muchas veces en el fondo hay una opción que te emociona, que sientes que es un sí, que eso es lo que quieres (antes de que aparezcan los mil peros de después). Me dan igual los peros por ahora, ¿qué decisión te emociona y sientes tuya? Y sí, en la gran mayoría de los casos lo sabes, sé sincera contigo misma.
Y ¿qué pasa si no hay ninguna opción que te parezca un SÍ bien grande? Entonces pasamos a la 3º pregunta…
3. ¿Qué es un SÍ para ti?
Volvemos a lo de siempre, si no sabes lo que quieres, te resultará muy complicado tomar una decisión. Así que si la pregunta anterior te ha dejado igual de confusa, es hora de concretar. ¿Qué es un sí clarísimo para ti?
O qué sería un sí, qué haría que una de las opciones fuera un sí. Porque una cosa está clara, lo que no es un sí es un no, al menos por el momento (pincha aquí para tuitear esta frase). Así que piensa qué es un sí para ti.
Y por favor sé realista, estamos buscando una solución lo suficientemente buena para tu satisfacción personal o profesional, no la solución perfecta. Ya he hablado de que buscar lo perfecto te deja exactamente donde estás, sin hacer avances de ningún tipo. Así que no me vale, sería un sí si tuviera un millón de euros. Piensa en tu situación y circunstancias actuales, que son las que cuentan.
Además esta pregunta es importante porque a lo mejor estabas considerando ciertas opciones y al pensar así se te abren nuevas posibilidades que no habías tenido en cuenta. O porque a lo mejor te has dado cuenta de que va a ser que no pero por fin has aprendido cuál sería el sí. Por fin has aprendido qué es lo que quieres, ahora que te has parado a pensarlo. Porque es muy frecuente saber lo que no quieres pero no lo que quieres, ¿verdad?
Y ¿qué hacer en ese caso? Cuando sabes que no es un sí del todo, que vas por buen camino pero falta algo o simplemente que no estás segura… En ese caso:
4. Haz lo que esté más cerca del SÍ.
Hasta que consigas más datos o más experiencia y puedas modificar tu trayectoria si es necesario. No tengas miedo de tomar una decisión que te acerque a tu SÍ, ya sabes que no puedes corregir el camino si no estás en marcha, y mejor estar cerca que seguir estancada, especialmente si la respuesta a la primera pregunta era un no…
Así que si esta es tu situación piensa detenidamente cada pregunta y cuéntame en los comentarios cuál de los 4 puntos te ha ayudado más…