La information overloading addiction ( dependencia por sobrecarga de información) lleva a una búsqueda extenuante y prolongada en el tiempo de información, a menudo inútil, en el intento de alcanzar la mejor puesta al día a través del web surfing, es decir pasando de un sitio a otro o a través de indagaciones sobre materiales contenidos en diversos bancos de datos.
La agencia Reuters realizó en 1997 una investigación ya mítica sobre una muestra de miles de personas de distintos países:
El 50% de los entrevistados declaró que buscaba información de manera frenética en la red y que experimentaba cierta euforia al hacerlo. La velocidad con la que es posible obtener información o acceder a noticias en internet es excitante porque genera una sensación de poder ilimitado en cuanto a acceder en poco tiempo a datos que de otra forma sería imposible de obtener.
La persona avanza en su extenuante búsqueda haciendo clic en los enlaces o usando motores de búsqueda.
Las horas en el ordenador nunca son suficientes, el tiempo libre y a veces también el laborable es absorbido por esta actividad.Las personas que empiezan a pensar que quizás tengan “un problema”,intentan “resistir” imponiéndose períodos de abstinencia forzosa del ordenador al que suelen seguir verdaderos “atracones” informáticos.
En un caso como éste, en el que el aspecto del placer ligado a la búsqueda es determinante, de nada sirve el intento de limitar la actividad compulsiva.
Una intervención posible desde la psicoterapia pasa por apoyar la lógica del “adicto” guiándolo a ritualizar y puntualizar todavía más su búsqueda.
La prescripción eserá entonces esforzarse por entrar en la red a cada hora en punto y durante 5 minutos exactos pasar revista a todas las info que se desee; transcurridos esos 5 minutos, hay que dejarlo hasta la hora siguiente y así sucesivamente.
La respuesta habitual a esta prescripción es que la persona que normalmente permanecía en la red mucho tiempo, consigue mantenerse dentro de los espacios convenidos, sin el deseo de utilizar Internet en otros momentos.
De forma paralela, el hecho de “tener que” controlar cada hora las novedades durante cinco minutos induce a sentir la búsqueda ya no como una agradable compulsión sino como una obligación hacia el terapeuta y como tal no tan deseable.
En este punto cambiamos la prescripción : ” entrar a la red cada DOS horas”.
De este modo vamos guiando al paciente para que reduzca cada vez más la cantidad de tiempo que dedica a internet mientras va cambiando su manera de entender la cuestión: la búsqueda de informaciones pasa de ser un hábito agradable a ser una aburrida tortura de la que hay que apartarse.Como resultado aparece más tiempo libre y se redescubren placeres ligados al estar con los demás o dedicarse a otras actividades.
Al decir de Nardone: “se hace subir el enemigo al desván y se le quita la escalera”
Bibliografía.
Nardone, G & Cagnoni, F: “Perversiones en la red” RBA libros, 2003
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