
Llegó el día 27 de enero de 2015 y se cumplieron siete años desde que creara este modesto blog. No tenía nada preparado para la ocasión, ningún especial como las colaboraciones de 2013, así que, ¿qué menos que intentar darle un poco de nueva vida? No sé cuánto durará, si estamos ante el último aliento de la bitácora o si de verdad ha vuelto para quedarse. Por el momento, comencemos con un repaso a las películas, los cómics y las series que he podido disfrutar durante los meses de inactividad bloguera:

·El niño: Los responsables de la recomendable Celda 211, hito del cine español, regresan con una nueva película de género policíaco. Daniel Monzón y su equipo nos cuentan una historia de ambición enmarcada en un contexto conocido por todos pero del que no le gusta hablar a nadie, como es el narcotráfico en el estrecho de Gibraltar. La película cuenta dos historias entrelazadas, la de un policía tenaz y la de un joven que quiere hacerse un nombre pasando droga. Esta última resulta bastante tediosa, en buena parte por la nula experiencia de los jóvenes actores protagonistas y por su historia repleta de topicazos. Compensa con la trama policíaca, protagonizada por el gran Luis Tosar (a quien le han calzado un inexplicable peluquín), y con su desenlace.

·La entrega: Nueva adaptación de una obra de Dennis Lehane a la gran pantalla, que nos brinda resultados excelentes. La narrativa del escritor de Boston nos ha dejado joyas cinematográficas como Mystic River, Shutter Island y Adiós, pequeña, adiós y La entrega se alza como un diamante en bruto. Nos cuenta la historia de cuatro personajes relacionados con los trapicheos de la mafia rusa de Brooklyn, un retrato preciso que guarda un par de sorpresas finales y un desarrollo de personajes creíbles y humanos. Las casi dos horas de metraje hacen que se resienta un poco el resultado final, pero la película compensa con una puesta en escena austera y con el sólido trabajo de Tom Hardy, Noomi Rapace y el último papel del gran James Gandolfini.

·Perdida: La última sensación de la novela negra llega al cine de la mano de un experto. David Fincher se basa en el guion de la propia novelista, Gillian Flynn, para narrarnos una retorcida historia de crimen, celos, control, venganza y también de amor. Nos deja una puesta en escena brillante, con secuencias oscuras como las protagonizadas por Neil Patrick Harris o por los medios de comunicación, una nueva banda sonora de Atticus Ross y Trent Reznor para nuestro disfrute y nos redescubre a la actriz Rosamund Pike.

·Las tortugas ninja: En mayo de 2014 se cumplieron treinta años del nacimientos de estos iconos de la cultura popular, que ahora viven un nuevo renacer gracias a sus cómics y serie de animación. No podía faltar la adaptación cinematográfica de turno, que mezcla la pirotecnia desmedida de la factoría de Michael Bay con el humor y el heroísmo de Los Vengadores (hasta el malo se sube a una torre neoyorkina para ejecutar su plan final). La película en sí apenas vale un pimiento, pero funciona como entretenimiento y, sobre todo, como homenaje a las creaciones de Peter Laird y Kevin Eastman y su mitología, que aquí lucen cuerpos hipermusculados.

·The Equalizer (El protector): Denzel Washington se reúne con el director Antoine Fuqua años después de Training Day y juntos filman un bodrio de proporciones cósmicas. Se trata de la adaptación de una antigua serie de televisión acerca de una especie de Castigador que arregla entuertos a tiros en su pequeña comunidad de Boston. Lo que empieza como una película desenfada y violenta da paso a un rollo absurdo de dos horas y media.

·La isla mínima: Tras la acción policíaca de Grupo 7 (que por desgracia sufrió los rebuznos de Mario Casas), Alberto Rodríguez se atreve con un thriller negro ambientado en la cuenca del Guadalquivir. Una película absorbente, negra, retorcida y ambigua que ofrece interesantes reflexiones acerca de la España rural, del poder y de la naturaleza de la maldad. Consigue mantener en vilo y aterrar. La mejor película española que he visto en años.

·Interstellar: Tras rematar la trilogía de Batman con un pestiño, Christopher Nolan vuelve con una odisea de ciencia ficción acerca de los últimos días de la humanidad en la Tierra y de la búsqueda de nuevos mundos que habitar. Se agradece que escriba su propia historia y que resulte entretenida durante sus casi tres horas de duración, pero se queda lejos de sus obras más redondas hasta la fecha y tampoco ofrece la catarsis que muchos de sus seguidores acérrimos esperaban. Se trata de una historia de ciencia ficción espacial digna, sin más, que homenajea al 2001 de Kubrick en varios aspectos y que peca de grandilocuente. Se agradece ver por la pantalla a unos correctos Matthew McConaughey, Jessica Chastain y Matt Damon. Ojalá Nolan apueste por un proyecto más comedido y redondo que le vuelva a sus orígenes, tipo Memento.
¿Y qué hago yo metido en esto?
·El Hobbit: La batalla de los cinco ejércitos: Un despropósito de principio a fin difícil de digerir. La primera parte de la trilogía de las precuelas de ESDLA resultó entretenida y nos ganó por la nostalgia de la saga madre, la segunda ya se hacía bastante infumable con tantas escenas sacadas de la manga, como la basura de la ciudad del lago o de los enanos volando por el interior de la Montaña Solitaria. Guardaba la esperanza de que la última entrega supusiera un cierre digno, pero duele ver una película repleta de escenas intrascendentes, de personajes que desparecen, de otros recién salidos de la chistera a los que se les da protagonismo porque sí y de un exceso de efectos digitales que da vergüenza ajena y que incluso reemplazan a actores de carne y hueso, como Billy Connolly. Partimos de un error de concepto, pues para adaptar una amable y entrañable novela de fantasía, Peter Jackson y su equipo han optado por una saga de tres películas larguísimas que busca a tientas la trascendencia de la trilogía original. Tenemos a un nuevo George Lucas, capaz de pervertir la emblemática saga que lo encumbró. Hasta cuenta con su propio Jar Jar Brinks, un tal Alfrid que ni se asomaba por la novela de Tolkien.
·Big Hero Six: Recordemos que, en su afán por conquistar el mundo del entretenimiento, Disney se hizo con los derechos de Marvel y de Lucasfilm. Ahora han rescatado a un pseudoequipo de superhéroes japoneses que nació en la oscura Marvel de los noventa y lo han adaptado para conseguir una versión animada de Los Vengadores. No en vano, la película mezcla el tono de la película de Joss Whedon (el villano comparte la fascinación de Loki por los portales interdimensionales y tenemos una especie de Iron Man) con el estilo de ¡Rompe Ralph!, con cameo de Stan Lee mediante. La fórmula funciona y nos brinda un entretenimiento digno y apto para todos los públicos.
Próximamente, cómics.