Hay muchos tipos de portabebés (mochilas, slings, mei-tais, paños africanos…), pero podemos definir algunas reglas de uso común a todos ellos. La seguridad en el uso del portabebé es esencial, y este aspecto depende tanto del fabricante como de los usuarios, los padres.
Una regla útil y sencilla de memorizar es que el bebé debe quedar en una posición “tan cerca como para besarlo”. La distancia entre el bebé y nuestro pecho y cara debe ser similar a la que hay cuando lo sostenemos en brazos.
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- Asegúrate de que el bebé puede respirar sin dificultad. Los portabebés tipo sling (hamaca) pueden quedar en una posición en el que la tela cubra la nariz y boca del bebé; es necesario prestar atención a que esto no ocurra. También otros portabebés permiten cubrir la cara del bebé, especialmente diseñados para zonas muy frías, y conviene recordar que siempre debe circular el aire, pues en caso contrario el bebé respira constantemente el aire que él mismo ha expulsado, y eso es peligroso.
- Evita siempre que la barbilla de tu bebé quede apoyada sobre su pecho, pues puede obstruir las vías de aire. Esta advertencia es válida tanto para portabebés, como para sillas infantiles o para cuando se le sostiene en brazos. Esta posición puede disminuir su capacidad para respirar y provocar la asfixia. Los recién nacidos, sobre todo, carecen del control muscular para abrir estas vídas de respiración.
- Establece contacto visual con el bebé frecuentemente. Si lo llevas a la espalda, o su cara queda cubierta por la tela, no podrás comprobar que el bebé está bien. Piensa que el bebé también busca el contacto visual con sus padres. Aprovecha el reflejo en los escaparates o en los espejos de los automóviles para comprobar que llevas correctamente al bebé.
- Nunca corras, saltes ni realices ninguna actividad física agitada con el bebé a cuestas. El bebé puede sufrir daños en la columna vertebral, el cuello o la cabeza.
- Respeta siempre las indicaciones del fabricante del portabebés sobre el peso soportado y la edad de uso. Los recién nacidos no se pueden portear en determinados portabebés. Tampoco pueden usarse las mochilas de montaña, diseñadas para llevar bebés en un armazón metálico, hasta que el bebé tenga una edad en que pueda sentarse correctamente. Compara y elige bien el portabebé en función de tus necesidades, antes de comprarlo.
- Examina ocasionalmente el portabebé: que no tenga desgarros en las costuras, que las anillas y hebillas estén bien…
- Protege al bebé de los elementos: En invierno, un poncho específico para portabebés es una buena idea, en verano la crema solar protectora y unas ropitas ligeras serán buenas aliadas. En el mercado se pueden encontrar incluso protectores de lluvia para portabebés.
- Cocinar es una actividad de riesgo con el portabebés, por las posibles quemaduras, salpicaduras y golpes al prestar la atención en una tarea para la que ya tenemos unas rutinas (quizá encendemos la campana extractora de humos demasiado cerca del bebé, o tenemos armarios colgados de la pared con esquinas peligrosas). También son peligrosas otras tareas como usar el cortacésped (puede lanzar piedras sin control), subir a una escalera o taburete para hacer limpieza, o subir en una moto o bicicleta.
- Si llevas al bebé en la espalda, vigila su distancia respecto a otros objetos: con qué se puede dañar, qué puede agarrar con las manos, qué fuentes de calor, luz o sonido pueden afectarle…
publicado el 09 julio a las 19:44
Gracias por este artículo informativo! Lo que me gustaría añadir es que los portabebés deberían tener un puente ancho entre las piernas del bebé. Así el bebé queda más bien sentado (y no colgado). También es importante que la espalda quede un poco encurvada y no totalmente recta. Esta "posición de la ranita" (con las piernas agachadas y la espalda encorvada) ayuda al desarrollo sano de la cadera y evita la presión en los genitales.
Un saludo Celia (instructora de porteo)