Revista Religión
Mateo 17.14-21 | Nada es imposible para el Padre celestial. Pero, aunque sabemos que el Señor es soberano en todas las situaciones, se nos dificulta recordarlo, al igual que los discípulos en el pasaje de hoy. Muchas veces, cuando surgen dificultades, lo que hacemos es …
Experimentar un cambio de enfoque. Durante las pruebas, tendemos a quitar nuestros ojos del Señor y a ver solo nuestros problemas. Mientras más miremos nuestras circunstancias, más grandes parecerán. Cuando nos obsesionamos con ellas, nuestra manera de pensar puede volverse muy negativa. Aunque Dios todavía tiene una dirección que debemos seguir, dejamos de concentrarnos en sus propósitos.
Evaluar de manera equivocada los recursos. Cuando enfrentamos dificultades, comenzamos a hacer un inventario de nuestras fuerzas y habilidades, y cuando ellas resultan insuficientes nos desanimamos. La verdad es que no tenemos lo que se necesita para hacer frente a las pruebas de la vida, Jesús mismo nos lo dijo. (Vea Jn 15.5). Pero las capacidades de Dios son ilimitadas, su poder es infinito y su sabiduría es perfecta. Necesitamos hacer una evaluación de sus recursos, no de los nuestros.
Ver los obstáculos como barreras. Para el creyente, los impedimentos representan oportunidades, no problemas. El Señor puede demostrar su poder asombroso en nuestras dificultades. (Vea 2 Co 12.7-10). Si vemos las dificultades simplemente como problemas, entonces podemos perder demostraciones del amor, del poder y de la sabiduría de Dios.
Comience cada día con un enfoque centrado en Cristo y en la dependencia de sus recursos, y teniendo una mentalidad de “posibilidades”.
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