Hay algunas personas que son “compartidoras de experiencias ” por naturaleza. Se puede sintetizar su conducta en una actitud, muy común entre todos ellos, que se suele dar en Restaurantes. Es esa tipología de ser humano que prueba un postre, por ejemplo, y lo encuentra irresistible. En un acto de generosidad ( y normalmente, embargado por el entusiasmo) te dice, acercándote su plato: “Pruébalo, pruébalo que está de premio” y tú, que no puedes más, que no te cabe ni un alfiler , que no te gusta el chocolate (raro pero posible), que prefieres un café a pelo, dices que No, gracias.
El Compartidor de Experiencias, insiste e insiste hasta que le dices que NO, ya un poco irritado , o cedes a su demanda y compartes la experiencia…
Yo estuve haciendo de “Compartidora de experiencias-pesadita-plomazo” del Ballet, durante una semana.” Ya verás, cómo te va a gustar. Y Bla,bla,bla.” Tenía ,ya, medio convencido al auditorio por cansancio ( lo admito) pero ya se iba de buen grado a ver un espectáculo de danza. Vale. Había generado “grandes expectativas”.
Es el momento que vas a probar ese postre deliciosísimo porque te ha convencido el entusiasmo del Compartidor de Experiencias.
2 de Agosto : Gala Nureyev. English National Ballet (Festival de Peralada.)
La tarde en cuestión, en la zona del evento, cayó una tormenta de verano que en minutos se convirtió en un tormentón y después, se quedó en un tiempo inestable, lloviznando de vez en cuando. Descenso de temperatura a 17ºC que, en otro momento, es un alivio y una tregua al calor pero esa noche era una faena. Llegada al espectáculo y, sorpresa, nos dan unos chubasqueros. Mal asunto. Las sillas de plástico blanco ( para ser el Festival de Peralada, ahí podrían haber invertido un poco más. Lo dejo dicho) con un bonito cojín azul , húmedo. Yo diría que mojado… Todo el mundo, utilizando el plástico para ponérselo bajo el culo. Humedad muy alta. Sensación : desagradable.
A nuestro lado (y siento caer en el tópico pero es lo que vi) un grupo de turistas rusos. Las mujeres, guapísimas. Uno de ellos, por eso, muy perjudicado. Lo introduzco en este texto por algo que os explicaré más adelante.
El espectáculo es bueno y los bailarines son soberbios pero 1) Te ha de gustar mucho la danza y 2) Tienes que tener visión nocturna. Las piezas elegidas, sobre todo en danza contemporánea, eran…oscuras. El vestuario, la escenografía…Muy poca luz, o bien, coreografías matizadas con una luz rallada que me hacía imposible seguir perfectamente la evolución de los bailarines. Muy sombrío y triste…
Yo (que no es que sea una gran experta) tuve una sensación de decepción.
Este es el momento en que pruebas esa delicia de postre con tres mil orígenes de chocolate y no te gusta ( a pesar del entusiasmo previo del Compartidor de Experiencias)
Al día siguiente, me miré las críticas del espectáculo. Tan equivocada no podía estar (pensaba yo) pero, en la prensa, la actuación se consideraba un éxito descomunal. ¿? Es más, en una de las crónicas, el periodista relataba que el público había aplaudido espontáneamente y había coreado “Bravo” durante el espectáculo. Y aquí, interviene el señor ruso (perjudicado) que teníamos al lado. Os puedo asegurar que ese par de “Bravos” acallados por el público (que debía estar intentando enfocar la vista) fueron proferidos por ese señor. Y los aplausos a destiempo, también…
Mi labor de preparación (durante una semana) para compartir una experiencia fabulosa, se fue diluyendo al ritmo del espectáculo. Creo que no fue acertada la elección de piezas por la dimensión y el tipo de escenario. Además, el tiempo convirtió la experiencia magnífica, en un estado incómodo por el frío y la humedad.
Aunque quise organizar mi defensa con estos argumentos, me ha quedado claro que, en el futuro, tendré que buscar otra compañía para ir a ver un espectáculo de danza . Y que ,como “Compartidora de Experiencias” ,soy muy, muy torpe ; – )