Revista Cultura y Ocio

Compartir lecturas

Publicado el 23 abril 2013 por Molinos @molinos1282

COMPARTIR LECTURAS.“Es hermoso ver a alguien que lee para varios, o a dos que leen juntos, tal vez el mismo libro o libros diferentes” (Darse a la lectura. Angela Gabilondo)
Cuando te gusta leer, cuando te apasionan los libros, cuando no concibes tu casa sin libros por todas partes, cuando eres incapaz de no ralentizar el paso cuando ves el escaparate de una librería o un puesto callejero de libros, cuando no te planteas acostarte sin leer aunque sea media página por muy cansado, borracho o enfermo que estés…necesitas compartir ese vicio, ese placer con los demás.
Es tanto lo que significa para ti leer y los libros que no puedes guardártelo. Quieres contarlo, compartirlo, enseñarle a los demás la maravilla que es y lo que se están perdiendo en caso de no leer o los tesoros que has descubierto en caso de que los otros sean lectores como tú.
Intentas controlar tu entusiasmo, la delgada línea que separa un entusiasta molón de un puto brasas es muy fina y sabes que si caes del lado del brasismo nadie nunca jamás volverá a hacerte caso. Te muerdes la lengua, te controlas y dices “solo hablo si me preguntan”. …
Compartir lecturas con tus hijos.
Uno de los momentos más increíbles de ser padres (solo superado por el momentazo control de esfínteres) es cuando ves como tus hijos aprenden a leer. Tú no te acuerdas de cómo aprendiste, del proceso mágico por el que las letras dejaron de ser meros símbolos para tener un sonido y luego unirse formando palabras y frases y de ahí historias enteras. Los ves aprendiendo, repitiendo y casi sin darte cuenta aprenden a leer y alucinas.
Hasta ese momento, les has leído cuentos con más o menos éxito, pero lo divertido y excitante de verdad empieza cuando ellos pueden leer y al sentarte con ellos a leer meten sus cabecitas entre tus brazos y dicen: ¿por dónde vas? Uno podría pensar que el placer de leerles un cuento es el mismo cuando no saben leer, pero no. Cuando ya saben, cuando saben que esa historia maravillosa que les estás contando está ahí, que podrán releerla ellos solos si quieren, que saben el secreto para disfrutarla…es muchísimo mejor. Es ahora cuando compartes la lectura con ellos…antes sólo se la enseñabas.
Compartir lectura con tus hermanos.
Si creces en una casa con libros y todos los hermanos son lectores (como es mi caso) la lucha por los libros es feroz. Cada libro que se descubre pasa de mano en mano hasta que ya nadie recuerda quien lo trajo o de dónde salió o quien fue el primero en leerlo. Luchas por los Asterix a la hora de la merienda, por los de Zane Grey para tumbarte a la piscina o por el kindle para seguir devorando Juego de Tronos. Con tus hermanos compartes la voracidad lectora pero no necesariamente los gustos, pero es esa gente con la que puedes estar tirado cada uno en un sofá o en la playa, sentado a la mesa desayunando o metidos en la cama por la noche cada uno enfrascado en su lectura compartiendo ese hábito convertido en vicio familiar.
Compartir lecturas con desconocidos.
Puedes compartir el momento de leer con completos desconocidos: en el metro, en el bus, en el avión, en una sala de espera, en el banco del parque, en la playa, en la piscina, en una biblioteca, brujuleando por una librería y sacando libros y leyendo las primeras páginas para ver si nos “llaman”. En todos esos casos, se comparte el vicio de leer pero no la lectura, uno se pregunta qué estará leyendo el otro, ¿me gustaría eso que está leyendo? O “ni de coña me leo yo eso” o lo mejor de todo “ Yo he leído ese libro…y le va a flipar”.
También puedes compartir lecturas con completos desconocidos abriendo un blog y escribiendo de los libros que te gustan o de los que te horrorizan. Aquí no compartes el momento sino las lecturas.
Compartir lecturas con conocidos.
Cuando quieres regalar un libro a un amigo o cuando un amigo te pide que le recomiendes un libro, buceas en tu memoria, piensas en esa persona y valoras que libro regalarle o recomendarle. Hay libros que se pueden recomendar tranquilamente, los divertidos, los amenos, esos libros que sabes que gustarán casi a cualquiera, pero hay otros…otros que a ti te fascinaron, que te dejaron “marca”y que manejas con cuidado. Te mueres por hablar de ellos pero no quieres que nada los “manche”, por una parte si la otra persona es amigo cercano tienes tentaciones de hablarle de ese libro pero ¿y si no le gusta? ¿Podrás soportar que te destroce ese libro especial? O peor..¿Cambiará tu percepción sobre tu amigo si no ve lo que tú viste en ese libro?
Compartir lecturas y libros con alguien a quien quieres.
Hay libros que forman parte de nuestras vidas. En cierto sentido, cada cual a su modo, cuantos hemos ojeado, consultado o leído. Pero algunos, aunque no tantos, se tejen con nuestra identidad, logrando precisamente que no sea tan idéntica..Y quizá consideramos que cierto libro es el libro sin el cual todo sería distinto. No siempre pensamos que habría de serlo para los demás. Decir su título es prácticamente una confesión, y no descartamos que lleguemos a contarlo, pero sería ya una confidencia. Nuestra relación con él es literalmente amorosa o más precisamente, erótica. Es querido, próximo y siempre nos dice algo. Y nos gusta”. (Darse a la lectura. Angela Gabilondo)

Compartes el momento. Leer tirados en un sofá, en la playa, en un avión, en donde sea. Cada uno un libro. Leer, levantar la mirada y decir: cuando leas esto te va a flipar o te va a horrorizar esto que acabo de leer. En este caso se comparte el momento de leer pero no la lectura, como mucho la lectura será sucesiva…uno lee primero un libro y le dice al otro: tienes que leerlo. El primer lector estará impaciente porque el otro termine, se morderá la lengua para no decir cosas como ¿a qué te está flipando? ¿Cuándo terminas? ¿Terminas ya? ¿Terminas ya?? Pero terminaaaaa para que podamos hablarlo.
Si los dos son muy lectores y muy impacientes…de vez en cuando se puede compartir momento de lectura y libro. Es lectura simultánea, el mismo libro leído a la vez..o casi. Avanzando y pensando..¿le habrá molado esto como a mí? ¿se habrá dado cuenta de esta errata? ¿ se acordará de que el libro que aparece mencionado se lo recomendé yo? Y todo tipo de preguntas.
Lo bueno de estas lecturas es que se comparte el momento, el libro y luego da para horas de charla.
Hoy comparto además de este post sobre lecturas, un post muy especial que he escrito para Una docena de, y que reune una docena de citas que demuestran que todo está en los libros. 
Hoy es el día del libro, salid y comprad un libro. Volved a casa y disfrutadlo.
 PS: recuerdo que hoy de 18 a 20 horas estaré en la librería Gaztambide, en la calle Gaztambide 6 firmando Una madre SIN superpoderes por si a alguien le apetece el plan.


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