Comporta puede (o de hecho lo hace) recordar al Cadaqués de hace (muchos) años. Menos concurrido, sin descubrir, con casi prácticamente habitado y diariamente pisado por las personas de siempre, de toda la vida, los que veranearon ahí siempre y los hijos-nietos que les siguieron, es un pueblo todavía pequeño pero que poco a poco, desde hace dos años, está viviendo una auténtica revolución. En este lugar de la zona del Alenteixo, Portugal, Comporta empieza a levantarse como lugar turístico, visitado por franceses, españoles y los portugueses de siempre. Un pueblecito pequeño, de casas bajas blancas y azules, con nidos de cigüeñas en las casas más altas y una playa maravillosa, hoy todavía bastante tranquila. Un pueblo que desde hace dos años está empezando a cambiar por el (boom) turístico que está recibiendo. De ahí su crecimiento en cuanto a negocios. Tiendas de decoración y nuevos locales de restauración que se suman a los de siempre. Entre estos nuevos, Colmo Bar, perfectamente ubicado en el epicentro, justo en el camino de acceso a todos los otros lugares, mi gran enamorado, pero... hay mucho más. ¡Os hablo al fin de ello y es que... sin duda tras este viaje puedo afirmar: Comporta, el paraíso está en Portugal.
Comporta, zona y rincones.Zonas para perderse caminando por las dunas.
¡Precioso! Sin duda una de mis playas preferidas. La lástima es que no fuimos allí hasta el último día (por como nos organizamos el viaje) pero si hubiéramos ido antes, seguro que habríamos tratado de repetir y volver a tostarnos frente a ese delicioso mar, en esa arena, en ese entorno, con esas vistas, restaurantes bonitos... Sencillamente es idílico y me gustó mucho el Restaurante Sal, bonito en cuanto a estilo, decoración, a pie de playa, vistas ideales, comida muy rica y la vajilla, impresionantemente hermosa....
Aunque llegar hasta este lugar nos supusiera casi una hora desde nuestro alojamiento, mereció la pena. La playa, muy bonita, nos conseguimos un rincón entre las rocas y estuvimos divinamente. El pueblo, pequeño, con una zona más antigua, con mucho encanto, diminuta, esa zona, pero encantadora. Luego, más hacia la zona de los supermercados, demasiado masificado y turístico, ahí se han perdido un poco pero la otra parte merece la pena.
Enamorada. No sé deciros bien bien porque, analizándolo quizá se pueda pensar que no es gran cosa puesto que es pequeño y en 15 minutos puedes tenerlo visto pero... Me pareció encantador. Por sus casas bajitas, cuidadas, los negocios de decoración y detalles bonitos, por la zona del foodtruck de venta de mojitos y porciones de pizza, justo en el punto central del pueblo... y por supuesto, el Comporta Café de quien hablé para Plateselector. Desayuno, merienda, café de media tarde (¡ ice latte delicioso!), zumos, los bowls de la mañana, tostadas con salmón... Se me vuelve a hacer la boca agua... Maravilloso además de muy cuco y ellos encantadores. Para más inri, Colmo comparte espacio con la bonita tienda de decoración y lifestyle, Lavanda. Otras tiendas con encanto: Rice, Cote Sud, La Loja del Museo, TM Collection, Trendy Pillows, con almohadones y cojines fantásticos, la Casa de Cultura y el atelier y galeríaa Puracal, un negocio que vi en Comporta pero también en nuestra visita a Lisboa.
Para comer, en la zona de la playa están el Comporta Café y Ilha do Arroz. Comimos en el primero, delicioso, muy bueno y el lugar bonito y agradable, buenas vistas, a pie de playa, buena música... ¡Lo recomiendo!
En el pueblo: O Folha, O Zé, San Joao. En todos se come bien, fresco, pescado delicioso... Y el precio suele ser aproximadamente el mismo, buenos precios en la mayoría de ellos. Sin duda en Portugal se come de maravilla (pescado, delicioso) y nada caro. Una gozada...
Aquí hicimos surf, justo en la Praya do Carvalhal, en Surf in Comporta. Una experiencia estupenda, me encantó. Llevaba años queriendo practicar, era una de esas cosas que uno apunta en su lista imaginaria de "cosas que hacer en la vida" y de repente, un día tienes la oportunidad de ir a por ello. Realmente me encantó (¡y no se me dio nada mal, he de decir!) y sé que en cuanto pueda, ¡repetiré!
En la zona de la playa, comimos buen pescado en el Restaurante Por Do Sol. Nos habían recomendado también el Dos Pescadores, vecino del otro, por lo que, ¡ambas opciones serán acierto seguro!
En la carretera de acceso a Carvalhal, está la caravana del Restaurante Sal donde se pueden tomar hamburguesas, en Sal Burguer. Paramos a verla aunque no nos quedamos y aprovechamos para visitar el terreno contiguo con antigüedades, muebles y objetos varios de decoración (un poco estilo El Rastro o Els Encants).
El pueblo son tres casitas pero es increíble el Porto Palafítico. Parajes naturales, belleza pura tal cual así, de repente, sin esperártelo... Se trata de un estuario en el río Sado, con marismas, arrozales y salinas, formando un puerto pero antiguo, viejito, tal cual estuvo siempre... Es de esos lugares que sinceramente te ponen la piel de gallina.
Un pequeño pueblo de carretera, con únicamente las casas que ves al cruzarlo directamente por esa única carretera pero justo es ahí donde si quieres hacer yoga, ¡debes detenerte! El lugar es Yoga Comporta Portugal y se dan clases cada día a las 9.30 de la mañana en un lugar precioso, en medio del campo verde, parece que te encuentres en uno de esos lares de África (no he estado, pero por lo visto en fotos...) y sin duda desconectas y te vas lejos, con esas vistas, con ese entorno y con la clase, que algo más corta y menos intensa de lo que practico habitualmente pero interesante también.
También es bueno detenerse en el restaurante que hay, camino hacia el yoga, a mano izquierda, buenísimo, siento no recordar el nombre...
Visita exprés de un día, para nada suficiente si no conocéis la ciudad (no era mi caso) pero para recordarlo y volver a sumergirte en su encanto, fue perfecto. Lisboa me gusta por su decadencia, sus calles, sus "mosaicos", los lugares nuevos que encontré y esa perfecta zona que construyeron a la entrada de la ciudad, el LX Factory, impresionante. ¿Un lugar que podría ser quizá el futuro Poble Nou de Barcelona? Un espacio renovado y perfectamente aprovechado, con lugares de coworking, espacios de artesanos y artistas, sus tiendas, de diseño, cafés y restaurantes, zona de comer al aire libre, estudios de foto y cámara, librerías, galerías... Un lugar maravilloso, en ebullición, lleno de inputs interesantes y motivantes.
Para comer, precioso el restaurante (y hostel), The Decadent Restaurant & Bar, menú entre semana delicioso.
Si alguien necesita más tips de la ciudad, tengo un documento word, escribirme y os lo mando por email, ¡sin problema!
Aquí es donde estuvimos alojados. Es un pueblo pequeño, tipo pesquero, aunque no tiene playa pero si unos canales preciosos que con la puesta de sol son una maravilla... Las callejuelas, pequeñas, empedradas, estaban llenas de decoraciones festivas, banderolas de colores... Muy pintoresco, diminuto y familiar pero bien ubicado, de fácil aparcar y nuestro apartamento, perfecto, nuevo y cómodo. Además en 15-20 minutos se llega a Comporta y no está lejos del resto de lugares.
En general el aspecto de las carreteras me recordó a Soria, la tierra de mi familia materna. Carreteras pequeñas, estrechas, rodeadas de pinares. Una zona perfecta para alejarse de todo, estar tranquilo (muy tranquilo), sin aglomeraciones en la playa, pudiendo dejar todo en la arena y meterte en el agua o salir a andar sin preocuparte de robos... Un destino, sin duda, para desconectar y relajarse, no vivir el turismo excesivo, disfrutar de sol, clima perfecto y paisajes bonitos. Fue un viaje de última hora, improvisado, pero salió muy bien! Sin duda,