A veces cuando estoy en el supermercado comprando me paso por la sección de pescadería y si veo que hay mucha gente ni me paro, voy directa a las neveras de congelados y cojo algún paquete de pescado. A la hora de comprar pescado es una duda que me suele surgir ¿qué es mejor comprar pescado fresco o congelado?
Pues los dos tienen beneficios, pero hay que tener en cuenta una serie de recomendaciones para hacer una buena compra. La diferencía que hay una vez capturado el pescado, es que si es fresco es conservado en hielo hasta su venta, si por el contrario el pescado está destinado a la congelación, se limpiará y se congelará en el mismo barco.
En cuanto a las propiedades del pescado, es mucho mejor comer un pescado recién capturado que congelado, ya al ser sometido a tan bajas temperaturas puede perder algunas vitaminas aunque el resto de nutrientes se mantengan intactos. También decir que la textura y el sabor de un pescado fresco son diferentes a la de un pescado congelado.
Pero, ¿como sabemos si el pescado que nos venden es realmente fresco? Debemos fijarnos en los ojos que han de ser brillantes y el pescado en general debe tener un color vivo, de escamas también brillantes. Las agallas han de ser de color rojo fuerte y que cueste abrirlas. Nunca compremos un pescado el cuál huele a amoniaco y que la carne en vez de estar tersa esté blanda, es un claro indicador que no es fresco.
Si nos venden un pescado como fresco y resulta que no lo es, habremos pagado de más por un pescado que ha perdido parte de sus nutrientes.
Al comprarlo se bebe consumir al momento, si no lo vamos a consumir en uno o dos días máximo y optamos por congelarlo, es preferible comprar pescado ya congelado.
¿Cuales son los beneficios del pescado congelado? Uno de ellos es que al ser congelado nada más capturado mantendrá sus propiedades mucho mejor y evita el desarrollo de bacterias, al contrario que el pescado fresco que con el paso de los días va perdiendo calidad.
Otra de sus ventajas es que podemos encontrar una gran variedad de pescado congelado, sin embargo hay algunas especies que no son recomendables congelarlas porque pueden estropearse o perder propiedades, como el pescado azul de tamaño pequeño como la sardina, el boquerón o el jurel.
El pescado congelado es una buena opción al cocinar porque viene preparado de muchas maneras como a rodajas, filetes, troncos… y en algunos casos sin espinas lo que hace que nos facilite la preparación.
Para que este no pierda su valor nutricional lo ideal es mantener la cadena de frío. Es decir a la hora de comprarlo debemos llevarlo en una bolsa térmica y si no es posible, nada más llegar a casa hay que meterlo nuevamente en el congelador. Un paso muy importante es cuando llega la hora de descongelarlo, el mejor método será dejar el pescado dentro de la nevera hasta que el hielo se haya disuelto.
Si no hacemos estos pasos bien, podríamos encontrarnos que el pescado esté acuoso, blando y no tendría la misma calidad ni higiénica ni nutricional. Por ejemplo no se recomienda descongelarlo a temperatura ambiente, ya que esta temperatura puede ser favorable para el crecimiento de las bacterias. Ni tampoco se recomienda cocerlo directamente sin descongelar ya perdería calidad en sabor y textura.
Fuentes de información: Eroski Consumer, Vitónica, Euroresidentes