Antes que nada quisiera desearos a todos un feliz año nuevo. Disculpad que no lo haya hecho antes. Espero que hayáis tenido unas buenas fiestas navideñas y que este año se presente, en todos los aspectos, mucho mejor que el anterior. Que tengamos salud y que se nos cumplan, al menos, algunos de nuestros deseos. Yo, por mi parte... ¡intentaré actualizar más a menudo el blog!
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El pasado mes de agosto decidí mostraros los últimos libros que había comprado o me habían regalado. Como me gustó la experiencia, quiero continuarla. Así que hoy os traigo los libros que han engrosado mis estanterías en los últimos cuatro meses. Intento moderarme tanto como puedo, y cada vez soy más selectiva. No me gusta tener una pila considerable de libros sin leer, aunque al final siempre resulta inevitable. En esta pequeña selección vuelven a predominar los clásicos. Por ejemplo, los clásicos alemanes: Penas del joven Werther es un título imprescindible que quería tener desde hace tiempo. Me entusiasmó la primera vez que lo leí, y quiero releerlo en cuanto pueda. Es una novela que influenció considerablemente en la literatura del Romanticismo y en la sociedad de su época. Y para entender mejor este movimiento, he comprado La escuela romántica, un ensayo escrito por Heinrich Heine -considerado el último poeta alemán del Romanticismo-.
- Penas del joven Werther, de J. W. Goethe: las trágicas desventuras de Werther inspiraron toda una moda juvenil: el modo de amar y de expresarse, trajes y complementos a imitación de los que llevaban los protagonistas, objetos de adorno e incluso perfumes supuestamente cautivadores; pero también llevó a algunos jóvenes al suicidio, desengañados por amores imposibles. Desde el momento de su publicación se convirtió en un superventas y en un clásico entre la juventud europea, tan ávida de rebeldía y libertad, provocando un gran escándalo al proclamar la supremacía de los sentimientos sobre la razón, así como de la pasión erótica idealizada sobre el sagrado vínculo matrimonial. Con esta obra, Goethe alcanzó en vida la inmortalidad del artista, del genio.
- La escuela romántica, de Heinrich Heine: es un texto combativo y de elevado tono polémico. Imbricado de forma inequívoca con la agitada situación política europea del primer tercio del siglo XIX, este libro escrito en una prosa moderna, directa y casi periodística, caracterizada por un estilo incisivo e impregnado de humor, supuso un acertado análisis de este movimiento por parte de quien se declaraba «su último poeta». Como primer moderno, sin embargo, y espoleado por su excepcional clarividencia, Heine adoptó asimismo en esta obra un lúcido posicionamiento en contra del mismo en cuanto corriente reaccionaria y conservadora, valedora del absolutismo, y en favor de una literatura y un arte comprometidos con el espíritu de su época.
Émile Zola es un escritor que me encanta. Ya había leído su artículo Yo, acuso, escrito para el diario L'Aurore en 1898, en el que defendía al capitán Alfred Dreyfus de unas falsas acusaciones. Pero no fue hasta que leí El paraíso de las damas que me cautivó totalmente. Además, ese sentimiento se incrementó al ver la serie de la BBC, The Paradise, estrenada a finales del año pasado y basada ligeramente en esta novela de Zola, quizá la más rosa de la serie Los Rougon-Macquart. Zola volvió a cautivarme hace poco con Naná, su obra maestra; una novela extraordinaria, la mejor representante del naturalismo literario. Así que, indudablemente, voy a sumergirme aún más en la prosa de este gran escritor francés; y por ello, empezaré por el principio, con el primer volumen de la serie Los Rougon-Macquart: La fortuna de los Rougon.
También es sabida la afiliación de Zola con el movimiento impresionista y, sobre todo, con el pintor Édouard Manet, uno de sus precursores. Manet siempre buscó el reconocimiento oficial, pero su pintura, por transgresora para la época, no era aceptada en los Salones de París que organizaba la Academia de Bellas Artes. Émile Zola quiso defender a su amigo de las duras críticas que recibía. Esta edición de la editorial Abada recopila los escritos que Zola dedicó a la defensa pública de Manet.
- La fortuna de los Rougon, de Émile Zola: situada en los revueltos tiempos que marcaron la efímera experiencia de la III República francesa, «La fortuna de los Rougon», primer volumen de la extensa serie conocida como «Los Rougon-Macquart», establece el origen de esta frondosa saga y narra el ascenso social de la rama de los Rougon a favor de los vendavales políticos y la instauración del imperio.
- Escritos sobre Manet, de Émile Zola: los escritos que Émile Zola dedica a la defensa pública del pintor Manet se extienden desde 1866 hasta 1884, constituyéndose en una atalaya privilegiada para apreciar en todos sus matices cómo el pintor va introduciéndose en «el mundo del arte» y cómo éste va transformándose a lo largo del siglo XIX.
Hace mucho tiempo que quería leer a Fernando Pessoa. Empecé a tener el gusanillo por su obra a medida que iba leyendo una serie de cómics -que os recomiendo encarecidamente- de Dupuy y Berberian, El señor Jean. El protagonista era un entusiasta de este escritor portugués. Así que poco a poco tuve ganas de leer algo suyo. La oportunidad la tuve hace escasos meses, cuando la editorial Austral empezó a publicar unas nuevas ediciones en bolsillo, baratísimas, de algunos clásicos de la literatura. Entre ellas, esta antología de Pessoa, muy recomendable para los que quieran iniciarse en su prosa poética.
- Antología poética, de Fernando Pessoa: nacido en Lisboa en 1888 y muerto en la misma ciudad en 1935, Fernando Pessoa es el mayor exponente de la poesía portuguesa contemporánea. La presente antología ha sido traducida y presentada por el poeta y profesor Ángel Crespo, cuyas versiones del italiano y del portugués han alcanzado gran reconocimiento. Su introducción ahonda en la increíble personalidad intelectual de Pessoa, y su selección de poemas ofrece lo mejor de este gran poeta.
En esta ocasión, he comprado un libro de historia en inglés, muy relacionado con mi reciente entusiasmo por Émile Zola y la serie de la BBC, The Paradise. Este libro trata la creación de los primeros grandes almacenes de París, Au Bon Marché, a mediados del siglo XIX. Nos cuenta quienes eran sus propietarios -los Boucicaut- o cómo influenciaron en la cultura burguesa de su tiempo. A pesar de que es un libro interesantísimo, al menos desde mi punto de vista, la edición deja bastante que desear. Es un libro caro, en tapa blanda y papel reciclado, con algunas ilustraciones en blanco y negro.
- The Bon Marché. Bourgeois Culture and the Department Store, 1869-1920, de Michael B. Miller: Offering a comprehensive social history of the Bon Marche, the Parisian department store that was the largest in the world before 1914, this title explores the bourgeois identities, ambitions, and anxieties that the emporia so vividly dramatized
Martín de Riquer es toda una eminencia en literatura medieval, doctor en Filología Románica. Especialista en cantares de gesta, lírica trovadoresca o heráldica, es de obligada lectura para los amantes de la época medieval. Los trovadores ha llegado a convertirse en un clásico. Recopila las biografías de muchos de los trovadores del sur de Francia y una gran cantidad de poemas en su lengua original, el provenzal. Sin duda alguna, es uno de los mejores libros que tengo en mi biblioteca personal.
- Los trovadores, de Martín de Riquer: desde su aparición hace más de treinta años, «Los trovadores» se ha convertido en un libro de culto no sólo entre los especialistas en literatura medieval, también entre los amantes de la poesía y la cultura. La introducción al mundo de los trovadores, así como la presentación de los ciento veintidós seleccionados, nos adentran en un mundo medieval constituido por nobles, damas u obispos, entre otros. Al mismo tiempo, ofrece las herramientas culturales y lingüísticas necesarias para disfrutar de las trescientas sesenta y una composiciones recogidas.
Finalmente, quedan por comentar dos extraordinarios regalos navideños -no negaré que ya los había escogido yo previamente-. Como Los trovadores -que tiene la friolera de 1760 páginas-, estos dos libros también pasan de las mil páginas. No soy muy partidaria de los libros extensos. Sin embargo, en algunas ocasiones, como ésta, hago excepciones. La edición en tapa dura de El conde de Montecristo, publicado por Mondadori, es una maravilla. Me encanta Alexandre Dumas y ya estaba deseando leer este gran clásico de la literatura universal.
Después de París, Londres es, por ahora, mi otra gran ciudad favorita. Cuando supe que Peter Ackroyd le había escrito una biografía, no pude resistirme a añadirla inmediatamente a mi lista de deseados. El autor nos sumerge en la historia de esta ciudad, desde la prehistoria hasta el siglo XX, y la ameniza con anécdotas y diversas ilustraciones.
- El conde de Montecristo, de Alexandre Dumas: es un clásico de enorme poder de sugestión, a través de la figura del hombre solitario que, luego de sobrevivir a la injusta condena y la miserable prisión, regresa para hacer justicia. Retrato de época, romántico, crítico y social, por un genio del siglo XIX.
- Londres, de Peter Ackroyd: a través de un sorprendente recorrido por su historia, que no rehuye los episodios más negros, los barrios más peligrosos ni los aspectos más sombríos y menos conocidos, el genial escritor londinense arroja luz sobre una ciudad caracterizada por la bruma. Una obra original, detalladamente documentada y escrita con auténtico y genuino talento que nos descubre rincones insólitos, narra jugosas anécdotas y reconstruye acontecimientos memorables.