Desde Psicólgos Depresión Málaga, os animamos a reflexionar acerca de la importancia de nuestro estilo particular de comunicación, y su relación con estados depresivos.
Los síntomas más comunes cuando nos referimos a un episodio depresivo son la tristeza, la apatía o ausencia de interés por las actividades que solíamos disfrutar. También el llanto, la falta de iniciativa, dificultad en la toma de decisiones… Un conjunto de experiencias que se manifiestan de forma diferente en cada persona. Y que coinciden en reducir la posibilidad de enriquecerse de nuevas experiencias.
En este sentido, el aislamiento social es una manifestación de la depresión. A pesar de ofrecernos una aparente sensación de seguridad, reduce la posibilidad de intercambio de experiencias con el medio que nos rodea. De esta forma, romper con el círculo vicioso de pensamientos y emociones displacenteras será más difícil.
Pero el aislamiento no se produce únicamente de manera física.
En situaciones sociales también aparece este fenómeno. La persona puede sentirse rodeada de gente y sin embargo, no establecer una comunicación abierta. Más bien, bajo el estado depresivo la persona deja de producir intercambio con aquello que le rodea. Si adquiere un estilo de comunicación pasivo, donde aparece dificultad a la hora de expresar su opinión, y sin pedir aquello que necesita, sin darse cuenta estará favoreciendo el “aislamiento” al que nos referimos. Como consecuencia, es habitual una sensación de irritabilidad y sensación de decepción hacia los demás que confirmará su experiencia negativa del entorno y de sí mismo.
Con ayuda de un profesional es posible tomar conciencia de cómo nos comunicamos, así como adquirir nuevas estrategias comunicativas que permitan mejorar nuestra manera de relacionarnos. De esta manera cambiará la percepción del problema, y con ello recuperar la confianza en uno mismo y el entorno.
Paula Castrillo Ramírez
Psicóloga Colaboradora en Psicólogos Málaga PsicoAbreu