Revista Cultura y Ocio

'Con el corazón en la mano': Chris Cleave (Lectura conjunta)

Publicado el 06 junio 2011 por Carmina


Con el corazón en la mano. Chris Cleave. (Lectura conjunta)
Por primera vez me resulta muy difícil escribir mis impresiones sobre una novela, y es que Con el corazón en la mano, es una libro emotivo, de fuertes impresiones, con una fuerte carga realista, que sin embargo no llega a profundizar en temas que creo que son suficientemente importantes para darle un mayor protagonismo.
A pesar de no haberme resultado una novela redonda porque hubiera podido dar mucho más de sí, creo que es una obra que merece ser leída, reflexionada y en última instancia disfrutada. Quizá, esta apreciación se deba al momento en que lo he leído, necesito lecturas más ligeras, sin tanta reflexión, que no me dejen horas pensando, y que no me atraviesen con verdades como puños. O quizás me dé cuenta cuando lea otras impresiones que no ando tan desencaminada y que realmente si le falta algo para ser ese libro que debería y podría haber sido.
Me gustaría ir por partes a ver si soy capaz de ordenar mis pensamientos que se dispersan, queriendo adelantarse unos a otros en un torbellino de ideas, que me tiene exhausta.
Narración:
La novela está narrada por dos voces femeninas, provenientes de dos continentes distintos, con dos bagajes culturales e intelectuales diferentes, pero ambas brillantes y bien hiladas, tanto que conocemos los mismos hechos en ocasiones a través de las dos y somos capaces de darnos cuenta de la diferente carga emotiva que conllevan.
Ambas voces están narradas en primera persona, y aquí mis felicitaciones al autor porque me parece tremendamente complicado darle su personalidad a cada una de ellas. La de la niña nigeriana es una voz más reflexiva, muchas veces cargada de miedo, de dolor, de pérdida, de añoranza. Una voz que a mí me ha asestado en ocasiones puñaladas certeras y otras me ha hecho ver las miserias occidentales con otros ojos, y avergonzarme de tanto progreso destructivo, escondido por los gobiernos de estos llamados países del Primer mundo… ¿con qué derecho?
La historia va avanzando, hora en presente con las impresiones inmediatas de ambas narradoras, hora en pasado con recuerdos. Los capítulos alternos también hacen más llevadera la lectura, puesto que a la carga emotiva y reflexiva de la niña, le siguen las impresiones de la occidental, más comprensibles para nosotros, más cercanos a nuestra forma de pensar y a nuestros problemas diarios. Sin embargo me he sorprendido en ocasiones deseando oír hablar a esa niña, demasiado madura para su edad, con una mochila tan pesada a sus espaldas, con esa sensación de no haber abandonado su país, si no habérselo traído con ella.
La historia confluye en un momento determinado… y es entonces cuando somos capaces de darnos cuenta la forma en que nuestra educación nos puede hacer vivir de forma diferente un mismo hecho… Quizás esta última parte en la que confluye y el final es lo que más flojo me ha parecido, es como si el autor hubiera tenido una buena historia y en la recta final no hubiera sabido cómo encararla y para ello hubiera pensado más que un final literario en un final cinematográfico, cargado de mucha imagen gráfica y un fuerte dramatismo. Y ojo que no estoy diciendo que esperaba un final diferente, si no más matizado, cerrado… No sé si me explico bien, pero no sé hacerlo de otra forma en este momento.
Ambientación:
La historia en presente se desarrolla prácticamente en Inglaterra, con distintos saltos al pasado en Nigeria y un final sorprendente?, para mí sí esperaba un poco más de profundidad en el tema. Sin embargo sí que considero que ha puesto el punto sobre las íes en algunas cosas y puede llevarnos a pensar y mucho en ciertos temas de inmigración.
Me ha gustado sobre todo la forma en Litle Bee habla de su poblado de su país contraponiéndolo constantemente con el mundo que ahora conoce, como le tendría que explicar a las otras niñas todo lo que había visto y como ellas se sorprenderían y pensarían que les miente. Me ha gustado comprobar que ella tenía una visión de su país reducida a su aldea, y que no sabía que podían existir las ciudades, y por ende un futuro, para ella, porque para la gente de su país se vive el presente, el hoy, tan distinto a como se vive en Occidente siempre centrados en el mañana, tanto que se nos olvida vivir el día a día, de disfrutarlo como se merece.
También me ha sorprendido ver Nigeria a través de los ojos de los occidentales, el desconocimiento nos hace juzgar las cosas quizás demasiado a la ligera, a mi me gustaría hacer no el turismo de playa, si no adentrarme en las aldeas, poder disfrutar de esa ingenuidad que se destila de la primeras palabras de la niña, esa sensación de libertad, de ser feliz con lo poco que se tiene, de esas risas infantiles...
Personajes:

Los personajes principales y dos voces narradoras están tremendamente bien perfilados, cada uno con lo que quiere transmitir, del físico de Little Bee apenas sabemos nada, ella se encarga de esconderlo, por miedo justificado, sin embargo conocemos la brillantez de sus pensamientos, la grandeza de su corazón, las bajezas de las que puede ser capaz, su gran capacidad de entrega, su sufrimiento, y eso nos lo transmite el personaje sin grandes descripciones, sale de su interior.
De Sarah conocemos su físico perfectamente, porque para ella es importante, sus orígenes porque su marido se los reprocha y ella ve que no puede cambiar ese hecho… Toda ella respira ímpetu e irreflexibilidad, es una mujer con una carrera brillante que se da cuenta que sin embargo esta vacía, poniendo su acento en cosas banales en lugar de las que realmente importan.
En un principio estas dos mujeres nada tienen en común, con un origen diferente, un bagaje cultural distinto y unas inquietudes completamente opuestas. Sus destinos colisionan en una playa nigeriana con resultado trágico para ambas, que tendrán que aprender a vivir con lo sucedido y sobre todo a sobrevivir día a día… en el caso de la niña.
El personaje que más me ha llegado al corazón ha sido Little Bee y como no el pequeño Charlie, es imposible no sentir cariño por ese niño de cuatro años, que piensa que es un superhéroe, y que echa de menos a su padre y protagoniza una escena de tanto calado.
Sin embargo me he sentido muy identificada con Sarah, quizás porque yo también soy muy impetuosa e irreflexiva, porque yo también hubiera actuado como ella en aquella playa, aunque me hubiera arrepentido mil veces y lo hubiera vuelto hacer sin pensar cien veces más, porque si piensas no puedes hacerlo… Quizás también porque mis padres hubieran preferido que hubiera estudiado Derecho y yo me decanté por el periodismo, con una visión tan bucólica o idealista como las que embargaban a Sarah en sus inicios. Puede que sea porque yo también me desencanté cuando mis castillos en el aire se revelaron imposibles, sin embargo yo jamás hubiera podido ser la Directora de una revista de corte tan banal como Nixie, ni hubiera encarado de la misma forma que ella la crisis de mi matrimonio… Iguales en algunas cosas y completamente diferente en otras Sarah ha supuesto un espejo en el que mirarme en demasiadas ocasiones y unas veces me ha gustado y otras no…
Sin embargo me gustaría romper una lanza por Andrew, un personaje al que el autor no redime hasta casi el final del libro. Mi forma de entender el periodismo se parece más a la de Andrew que a la de la revista de Sarah, era demasiado pesimista y quizás resaltaba sólo las realidades amargas pero quizás el público para el que escribía eso es lo que buscaba, a mi me gusta poner un poco de luz en las columnas de opinión. Me parece un personaje muy atormentado por una situación que le sobrepasó y que terminó muerto en vida y acosado por unos fantasmas que su mujer no supo, ni quiso ver… Se presenta como un ogro, un insensible, mal padre, mal esposo, y tremendamente egoísta, y pienso que el sufrimiento soportado por este personaje en silencio es muy grande… Le conocemos a través de otros ojos, y por ello quizás esa carga tan negativa hasta casi el final.
Y los otros dos personajes de más calado no me merece la pena destacarlos porque no me han aportado nada, para mi están de relleno, para dar a la situación una mayor veracidad, o una mayor consistencia. O incluso para precipitar ese final que podría haber estado más elaborado y reflexionado.
Impresiones:
Muchas y muy contradictorias, la lectura se me ha hecho en ocasiones pesada por lo mucho que me ha hecho pensar y reflexionar, me obligaba a cerrar el libro porque me veía pensando en las reflexiones de la niña y no avanzaba en la lectura, el momento en el que me encuentro no era el adecuado para acometer una lectura de este calado emocional, necesito algo ligero, que se lea sin pensar y sobre todo de forma ágil. Sin embargo con algunos peros esta lectura es muy recomendable, para confrontar los choques culturales, para comprobar que los países occidentales en aras al progreso encubren guerras que masacran a la población y que impiden que aquellos que se ven obligados a huir encuentren asilo en ningún país desarrollado.
No soy una mujer de lágrima fácil, pero el corazón lo he tenido encogido en un puño en muchas ocasiones, hay momentos en que la descripciones son tan buenas que la imagen pasa por tus ojos, y el dolor te embarga de la misma forma que lo hace con los personajes, incluso era capaz de cambiar las inflexiones de voz que tendrían los personajes, me he sentido en todo momento muy dentro de la novela, incluso en aquellas partes en que he creído que al autor se le ha ido un poco la trama, y que ha incluido demasiados elementos cinematográficos.
He echado de menos que hubiera profundizado un poco más en que se hubiera podido hacer para conseguir el asilo político, los pasos a dar, las dificultades por las que podría pasar Sarah… todo eso se borra de un plumazo con la escena de parque, la desaparición de Charlie y la poca reflexión de Sarah y Lawrence. También me ha resultado poco creíble que una mujer por irreflexiva que sea, ponga en peligro la vida de su hijo, yo creo que no hubiera sido capaz, y más con la experiencia anterior en el país. Sin embargo el final aunque no me ha gustado nada lo he visto muy realista, porque lo protagoniza un niño y ellos no piensan, actúan con el corazón en la mano….
Nunca un titulo fue tan tremendamente bueno, porque esta novela está escrita desde él y para tocarnos el nuestro. Me llama la atención que haya sido escrito por un hombre y haya sido capaz de captar en ocasiones tan bien la esencia de la mujer, y además de dotarla de dos vidas diferentes, completamente adaptadas al rol que representan.
No sé si me queda algo en el tintero, si habré sabido expresar todo lo que la novela me ha dado a mí y me ha quitado. Tengo el libro a pesar de no ser mío lleno de marcas, casi todas pertenecen a reflexiones de Little Bee, y también alguna hay de Sarah o de Charlie. Pero si algo llegó a mi corazón y explica mi fotografía, fue una afirmación de la niña que no he sido capaz de encontrar entre tanta nota. Y es que ella expone que en Occidente cuando pensamos en África vemos a una niña de piel negra, con los ojos amarillos y una sonrisa, con su vestidito rosa desvaído… Esa misma niña me mira todos los días desde finales de febrero, forma parte de un diploma que le dieron a mi hijo por participar en una carrera para recaudar fondos para la reconstrucción de Haití. Esa misma niña para mí se convirtió en Little Bee y comparte mis horas de estudio y la de mis hijos y creo que por mucho tiempo que pase hará que no olvide la novela, ni la realidad de aquellas personas que huyen de su país para salvar la vida.
Con el corazón en la mano. Chris Cleave. (Lectura conjunta)


No se si aprecia en la foto, pero casualidades la camiseta o vestidito es de un rosa muy clarito, desvaído claro y en las florecillas se aprecia un poco más ese color, ya se que la niña es haitiana, pero es de color y tiene una sonrisa pintada, y a mí eso me llegó al alma...


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