Con menos difícil paso
y remotos horizontes
hoy tiene el Tajo en sus montes
las deidades del Parnaso:
la lira de Garcilaso,
junto a su cristal luciente
halló de un laurel pendiente,
Tirso, y esta letra escrita:
Fénix en tí resucita,
canta y corona tu frente.
Digno fue de su decoro
el ingenio celestial
que canta con plecto igual,
tan grave, dulce y sonoro:
ya con sus arenas de oro
compiten lirios y flores.
Para guirnaldas mayores
a quien con milagros tales,
los ásperos cigarrales
convierte en selvas de amores.
Tirso de Molina. Cigarrales de Toledo (1621)