Con este libro aprendí a leer. Lo conservé durante muchos años, hasta que un día desapareció. Todavía recuerdo cómo era. En las primeras páginas contaba la historia de Micho y su familia, un cuento de unas 6 páginas que, cuando aprendí a leer, leía sin parar. Lo llevaba siempre conmigo. Me encantaban la historia y sus ilustraciones. Es éste el libro que leía una y otra vez en la butaca de mi tía. Una vez contada la historia, empezaban las lecciones para aprender a leer: las vocales, las primeras sílabas, las primeras palabras, las primeras frases. ¡Qué recuerdos!