Revista Libros
No son nube ni flor los que enamoran;eres tú, corazón, triste o dichoso...
(Ciudad de México, México, 1925 - Tel Aviv, Israel, 1974)Narradora y poeta mexicana, considerada en este segundo género la más importante del siglo XX en su país, México, y a nivel internacional, que formó parte del grupo de escritoras de la misma generación integrado por Enriqueta Ochoa, Dolores Castro, Thelma Nava, y Griselda Álvarez que, manejaban un yo poético predominante, cuyos temas fueron principalmente el amor, la muerte y el hombre.
Creció en el rancho familiar en Comitán (Chiapas), en la región maya del sur mexicano. Cuando tenía alrededor de siete o nueve años su hermano menor murió de apendicitis y pocos años después sus padres. Huérfana y con medios financieros limitados, y dueña de una nostalgia profunda pronto sintió la necesidad de expresarse, por lo que se convertiría en la primera mujer escritora de Chiapas.
Desamor
Me vio como se mira al través de un cristal
o del aire
o de nada.
Y entonces supe: yo no estaba allí
ni en ninguna otra parte
ni había estado nunca ni estaría.
Y fui como el que muere en la epidemia,
sin identificar, y es arrojado
a la fosa común.Posteriormente, en 1950, emigró a la Ciudad de México donde se graduó como maestra en Filosofía por la UNIVERSIDAD NACIONAL ATONOMA de MEXICO, se relacionó con Ernesto Cardenal, Dolores Castro, Jaime Sabines y Augusto Monterroso.En Madrid complementaría su formación con cursos de estética y estilística con una beca del Instituto de Cultura Hispánica. Fue profesora de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, así como de la Universidad de Wisconsin, la Universidad Estatal de Colorado y en la Universidad de Indiana. Como muchos otros, durante años fue columnista del Excélsior, Promotora del Instituto Chiapaneco de la Cultura y del Instituto Nacional Indigenista, así como secretaria del PENCLUB. Del 54 al 55 fue becada por la Fundación Rockefeller en el Centro Mexicano de Escritores.
Elegía
Nunca, como a tu lado, fui de piedra.
Y yo que me soñaba nube, agua,
aire sobre la hoja,
fuego de mil cambiantes llamaradas,
sólo supe yacer,
pesar, que es lo que sabe hacer la piedra
alrededor del cuello del ahogado.
Pese a su matrimonio con Ricardo Guerra, profesor de filosofía en 1958, y el nacimiento de su hijo, Gabriel, vivió siempre luchando contra la depresión por la infidelidad de su marido y los abortos involuntarios…
Trece años después se divorciaría para dedicarse, casi por completo a la defensa de los Derechos de las Mujeres, labor por la que es recordada como uno de los símbolos del feminismo latinoamericano, hasta que en 1971 fue nombrada embajadora en Israel, donde además de diplomática trabajó como catedrática en la Universidad Hebrea de Jerusalén.
Falleció al cabo de tres años, a la temprana edad de 49 años, víctima al parecer, de un extraño accidente doméstico: electrocutada por una lámpara cuando acudía a contestar el teléfono al salir de bañarse, el 7 de agosto de 1974.
Sus restos, como las de Eunice Odio, descansan en la Rotonda de las Personas Ilustres, a donde fueron repatriados el 9 de agosto de 1974.
Sobre su obra
De su poesía y forma de escribir podríamos hablar de una absoluta sinceridad para poner de manifiesto su vida interior de su experiencia vital: la depresión, los tranquilizantes y la sumisión a que se vio obligada desde la infancia por el hecho de ser mujer, la inadaptación del espíritu femenino en un mundo dominado por los hombres, las preocupaciones derivadas de la condición femenina, la experiencia del psicoanálisis y una melancolía meditabunda, son los constituyentes definitorios de su obra.
En mundo narrativo toma muchos elementos de la novela costumbrista. Las novelas Balún Canán (1957) y Oficio de tinieblas (1962) recrean con precisión la atmósfera social, tan mágica como religiosa, de Chiapas. El argumento de la segunda, una premonitoria rebelión indígena en el estado de Chiapas inspirada en un hecho real del siglo XIX, surgió de una toma de consciencia de la situación mísera del campesinado de esa región mexicana, y de su abandono a los caciques locales por parte del gobierno federal.
Apelación al solitario
Es necesario, a veces, encontrar compañía.
Amigo, no es posible ni nacer ni morir
sino con otro. Es bueno
que la amistad le quite
al trabajo esa cara de castigo
y a la alegría ese aire ilícito de robo.
¿Cómo podrías estar solo a la hora
completa, en que las cosas y tú hablan y hablan,
hasta el amanecer?
Escribió también volúmenes de cuentos situados en el mismo registro que revelan, en una dimensión social, la conciencia del mestizaje, y en una dimensión personal, la sensación de desamparo que surge tras la pérdida del amor. Sus ensayos fueron reunidos en la antología Mujer que sabe latín (1974), título inspirado en el refrán sexista: "mujer que sabe latín, ni encuentra marido ni tiene buen fin", que puede considerarse representativa de su vida, su obra y su visión de la realidad.
Premios y NominacionesBalún Canán. Premio Chiapas 1958Ciudad real. Premio Xavier Villaurrutia, 1961
Oficio de tinieblas. Premio Sor Juana Inés de la Cruz, 1962.
Premio Carlos Trouyet de Letras,1967Premio Elías Sourasky de Letras, 1972.
Obra publicada
Su obra ha sido incluida en diversas antologías y traducida a varios idiomas.
Poesía
Poesía no eres tú(1972). Antología
Cartas a Ricardo, aparecido póstumamente.
Lívida luz(1960)
Poemas: 1953-1955
El rescate del mundo, (1952)
Al pie de la letra, (1959)
Salomé y Judith, Jus, Voces Nuevas, 5, México, 1959.
Trayectoria del polvo(1948)
NovelasOficio de tinieblas (1962)Balún Canán (1957)
CuentosÁlbum de familia (1971)Los convidados de agosto (1974) Ciudad Real. Ficción.(1960)Ensayos
El uso de la palabra, Excelsior, Serie Crónicas, México, 1974; Editores Mexicanos Unidos, México, 1987.
Mujer que sabe latín (1974)
La novela mexicana contemporánea y su valor testimonial, Instituto Nacional de la Juventud, Cuadernos de la Juventud, México, 1966.
Teatro:
El eterno femenino, estrenada en 1976; Fondo de Cultura Económica, Popular, 144, México, 1975.