
El setlistdel concierto fue un toma y daca en el que cada uno de los artistas atacó la parte principal de los temas presentes en el melódico y lírico Lluvia y truenos, pues ese el espíritu de su colaboración: una pura tormenta, en la que, eso sí, tuvo cabida la colaboración de Charlie Bautista,a mitad de la misma, lo que le permitió a Ricardo Lezón marcharse del escenario a fumarse un cigarrillo (según le dijo Ramón cuando éste de nuevo entró al escenario). Más allá de la pura anécdota, esa alternancia de versos y rimas, ecos de voces y sintonías, encandilaron a los asistentes al concierto que llenaron la planta baja de la sala Ochoymedio de Madrid, y que disfrutaron a pleno pulmón de cánticos entrecortados sobre las propias voces de sus dos ídolos. Fans que, arrebatados por el sentimiento profundo que les causaban las canciones de Ricardo y Ramón, se quedaron sin voz y, podríamos añadir, vacíos de furia que no de gloria, pues ésta se les escapaba por el brillo de los ojos al final del concierto.
Lluvia y truenos, La carta, Montañas, Malasombra, Barcos, Cuadratura del círculo, Gracia… fueron derribando las barreras de lo intangible, en un viaje de caravanas y suburbios, amor y desamor, fronteras y abismos que, eso sí, Ricardo y Ramón convirtieron en protuberancias de carne y hueso, como de carne y hueso son esos dos héroes anónimos (Ramón y Ricardo) que, igual que una tormenta, devastaron los sentidos de aquellos que acudieron a escucharles, convirtiendo la sala Ochoymedio en una naturaleza viva y única, en la que cada uno pudo implantar su propio animalario de los sentimientos.
Ángel Silvelo Gabriel.