Y es cierto que ya muchas voces reclaman que aunque no tengas familia, tienes derecho a vida privada, así que conciliar no tiene por qué ir asociado a familiar de forma indisoluble.
Tu vida no es todo trabajo y tienes derecho a atender a tu mascota (a veces, verdadera familia) o a encerrarte en tu casa, solo, bajo una manta con un libro. O lo que te dé la gana. Tienes derecho a conciliar contigo mismo. Y a desconectar, más aún en tiempos de confinamiento.
La familia no trabaja para la empresa. Punto.
Pero es cuando tienes familia o pareja cuando las empresas se olvidan de ellas. Conciliar en tercera persona significa que un jefe no puede disponer de tu tiempo personal, pero menos aún del de los terceros.
Cuando te obliga a trabajar por la noche o un festivo, le está robando tu presencia a otros a los que ni paga ni controla de ninguna manera. Inadmisible.
Ah, y esto aplica también para los autónomos y profesionales independientes, workoholics, que olvidan que se trabaja para vivir y no se vive para trabajar.
P.D. Sí, hay excepciones. Sí, hay momentos en un emprendedor (o emprendedora) que te faltan horas y probablemente el esfuerzo puntual lo hagas precisamente por tu familia. Pero seguro que sabes a lo que me refiero en general. Gracias.
P.D. 2 La Ley ya prohibe a las empresas enviar correos fuera de horas o llamar al teléfono particular, así como obliga al registro de horas extra incluso en el teletrabajo. Pero como tantas leyes...
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