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Pyrex esta de concurso y te invita a preparar tus recetas en formato de cuento de hadas o relato. Para participar pinchar aquí.
La Casita de MA y LI
Érase una vez dos ositos llamados Ma y Li, que vivían en una casita a las afueras de la ciudad.Un frío día de invierno empezó a diluviar y la casita se destruyó.Ma y Li estaban aterrorizados, porque no sabían donde iban a poder dormir esa noche.Rápidamente les vino a la cabeza de hacer con unos troncos y unas ramas una cabaña para poderse refugiar.Estuvieron unos días en la cabaña hasta que el tiempo mejoró y pudieron localizar a un albañil, para que les volviera a construir su pequeño hogar.A Ma y a Li les encantaba cocinar y pensaron que podían aprovechar la oportunidad y que el albañil les construyera la cocina con la que tantas noches habían podido soñar.La cocina tenía que tener un horno de leña, muchos armarios y utensilios de cocina, para poder elaborar todas sus recetas favoritas.Antes de tener la cocina ya pensaban en que receta preparar y que ingredientes iban a necesitar.
Los ingredientes que apuntaron en su bloc de notas era:
- ½ solomillo de cerdo (mejor utilizar congelado porque queda más tierno)- Bacon- Aceite de Oliva- Vino Blanco- 1 Cebolla grande- 1 Bote de surtido de setas en conserva- 1 Bote de Patatas cocidas- Sal y pimienta- Palillos- Fuente de cristal
El albañil se puso manos a la obra y en 4 días les terminó su hogar.Al día siguiente para celebrarlo invitaron al albañil a comer y se pusieron a elaborar su receta preferida que era un “Solomillo de cerdo al horno.”
Primero descongelaron el solomillo. Posteriormente lo salpimentaron. A continuación lo enrollaron con el bacon y lo cerraron con ayuda de unos palillos. Después lo pusieron en una fuente de cristal (Marca Pyrex) y trocearon la cebolla y la colocaron junto con el surtido de setas. Lo salaron y a continuación lo rociaron con vino blanco y por último pusieron un chorrito de aceite.Lo introducieron en el horno hasta que la cebolla estuvo bien blandita.
Por último colocaron las patatas para que se calentaran.Cortaron el solomillo a rodajas y con ayuda de una batidora trituraron la cebolla y las setas y elaboraron una deliciosa salsa que sirvieron por encima del solomillo y con la guarnición de las patatas.
Empezaron a comer y no dejaron nada en el plato. El albañil quedó saciado y contento, y les dijo que no les cobraría el horno si le invitaban otra vez a comer.