Conoce a la psicóloga educativa Maribel Cardoze
Este mes, en encuentro con un terapeuta, conoceremos a Maribel Cardoze, psicóloga de planta y coordinadora del Departamento de Atención a la Diversidad en The Oxford School, una reconocida escuela bilingüe ubicada en la ciudad de Panamá.
La Licenciada Cardoze nos cuenta cómo fue que decidió estudiar psicología, su experiencia como estudiante durante la dictadura en Nicaragua, sus responsabilidades como psicóloga en una escuela, sus proyectos para estudiantes avanzados en psicología, su herramienta para manejar el estrés, entre otras cosas.
¿Por qué decidió estudiar psicología?
Bueno eso es algo que realmente en aquella época, te estoy hablando desde que yo estaba en la escuela, como tercer o cuarto año, sentía esa necesidad de querer ayudar a otro a que se ayude a él mismo, porque realmente el psicólogo, como yo lo percibo no es la persona que yo pago y el me hace las cosas que yo no puedo [al] sanarme emocionalmente o subsanarme en cuanto a nivel social, mi manejo y todo, no. Es la persona que me ayuda a mi a enseñarme cómo yo manejarme socialmente o cómo yo percibir mejor el mundo.
Si el psicólogo no enseña a que la persona sea autosuficiente o subsane sus necesidades emocionales o las que sea, no es psicólogo porque se queda trabado y toda una vida tu tienes a un paciente dependiente, entonces a mi me gustaba por eso, para enseñar a otros a que fueran mejores, a que se conocieran.
¿Dónde estudió?
En Nicaragua, en la Universidad Centroamericana.
¿Pública o privada?
No, privada. Y fue la época que yo estaba estudiando, la guerra. Yo estaba en segundo año de universidad cuando comenzó la guerra y al año siguiente iba para tercero y ya fue la guerra.
¿La guerra afectó el curso de los estudios?
Se pararon seis meses los estudios e hicieron cambios y reformas en la educación a nivel general y sobre todo la universitaria y los estudiantes crearon un programa, porque esto es algo que se ve en los países del ala comunista, que son comunista y no son comunistas, son de izquierda, ultra izquierda ¿no? Querían que los estudiantes que estaban en los últimos años, el de 5to le daba al de 4to, el de 4to le daba al de 3ero, [querían que ellos] fueran profesores, crearon un programa piloto de eso y nosotros en mi facultad de psicología, de humanidades, nos opusimos a que nos dieran [clases] estudiantes a estudiantes, queríamos mantener nuestra misma calidad de educación con nuestros profesores, yo tenía profesores del ala comunista que habían estudiado en Rusia y tenía profesores que habían estudiado en los Estados Unidos y ambos eran excelentes. Cada uno tenía su punto de vista, su visión pero eran brillantes en la enseñanza y lo que a uno le daban.
Y más un país que es comunista, pudo palpar la educación rusa…
Sí, la ascendencia rusa. Yo tenía un profesor, ambos eran primos yo siempre los recuerdo a ellos porque ellos fueron los que más me enseñaron. Todos eran excelentes, pero estos dos eran unas personas que para mi hicieron la diferencia porque uno era del bloque comunista y era de psicopatología, era doctor. El era excelentísimo, era un señor recto, nazi, era comunista, los comunistas son así (risas); y el otro era su primo hermano, pero era de derecha, se crió en los Estados Unidos, estudió y anduvo rodando por toda Europa y Estados Unidos y era también mi profesor de psicología general y era excelentísimo. Y él decía que para uno poder entender a una persona uno tenía que vivir experiencias. Entonces el decía que para conocer el tenía que vivir el mundo. Y se iba en su juventud a recorrer los Estados Unidos empezando por ahí y a [trabajar] de mesero, de jardinero, de lo que fuera, porque el necesitaba palpar al ser humano. Y esas son enseñanzas que a mi me quedaron y se grabaron mucho en mí.
Cuál fue la base teórica que recibió como formación, psicoanálisis, conductismo…
El psicoanálisis. El conductismo lo vine a [conocer] aquí, aquí parece que usan mucho el área conductista. En Nicaragua es psicoanálisis. El profesor se guiaba por el psicoanálisis, si. Esa era su línea.
Le queríamos preguntar también cómo llegó aquí, a The Oxford School. Cómo llegó a ser la psicóloga de planta de esta escuela.
Bueno, digo, eso fue también otro golpe de suerte. Dios siempre está en el camino de uno y uno aunque piense que no, Dios está cuidandolo siempre. Yo vine a Panamá por razones personales y yo supuestamente iba a estar nada más seis meses y ya llevo 25 años en Panamá. Tuve la suerte siempre de estar ligada al área de la educación. Vine a Panamá y empecé a trabajar, no me da vergüenza decirlo, porque yo había dicho eso en mi país: “Señor sácame de aquí y no importa si yo soy empleada o lo que sea…
¿Usted salió en el momento que estaba la dictadura?
Yo salí 10 años después. Yo viví toda la época del comunismo, yo viví todo lo que fue la contrarrevolución, yo viví todo lo que fueron las expropiaciones, los enjuiciamientos a las personas, los ajusticiamientos en las plazas públicas, yo viví todo eso. Que te quitaban tu dinero, que no podías salir del país, todo eso. Y tuve que salir por razones personales, de mi hijo. Estaba enfermo y allá no lo podían atender y tuve que venir acá por eso. Y cuando yo llegue acá estuve trabajando como les dije, yo necesitaba trabajar porque yo pensaba que venía por un tiempo, se acabó el dinero y había que quedarse pues acá atendiendo al hijo. Y trabajé de empleada, y yo le doy gracias a Dios porque uno aprende, aprende de todo, no es vergonzoso, al contrario, yo me siento muy agradecida por la vida. Y después de empleada trabajé en un preescolar y de ahí vine al Oxford por mi vecina, mi vecina, la hija es teacher Laura (vicedirectora). Ella no me conocía muy bien, nos conocíamos así, pero teacher Laura vivió en los EEUU y vino acá y empezó a trabajar en la escuela. Era una escuelita, yo no sabía ni a dónde [estaba] ni nada porque yo con ella casi no tenía mucha amistad, era con su mamá. Y entonces ella le dijo, no pero si Maribel es psicóloga, entonces me pidieron mi curriculum y yo se los di y ahí ya, se los dí y ya, está.
¿Había trabajado en educación en Nicaragua?
Yo en Nicaragua desde que estaba en la universidad, mis profesores me buscaban, una de ellas tenía un hijo, hipoacúsico y ella me pidió que si yo podía atenderle a su niño y se lo atendí por espacio de 3 años, fui su mentora. Y yo iba al colegio, hacia todas las cosas, iba a la casa también le enseñaba técnicas de estudio y todo y lo dejé ya grandecito y esa fue mi experiencia.
Y mi abuela tenía una escuela multigrado y en el verano yo me hacía cargo de la escuelita. Y esa plata era para mí. Yo feliz, contenta, porque me gustaba enseñar y porque tenía plata pues y tenía yo 12, 13 años y yo hacía esas cosas en el verano y es ahí donde también nace la parte de la inclinación a la educación. Siempre di clases de tutora, trabajando en un colegio, era la recepcionista del colegio, pero igual también yo daba clases por fuera de tutoría, iba a la universidad, o sea, de todo, de todo un poco ¿no?
El aprendizaje fue bueno, la vida fue buena, yo me siento que yo he tenido más experiencias o más oportunidades y he aprendido más cosas que muchas otras personas, porque no es fácil vivir en un país en guerra y después de una guerra una contra-revolución y salir adelante, allá las oportunidades se van reduciendo y los intereses de los jóvenes se iban minando, las personas se iban poniendo tan depresivas, porque no había que hacer. Es un círculo vicioso, ¿han leído 100 años de soledad? Bueno, Macondo, Nicaragua es un Macondo. El pueblo olvidado de Dios. Yo solo me recuerdo esa escena donde están narrando que está el viejo en su silla y que pasa la iguana a las 12 del día y el solazo, así, así. Habían días en que tu querías volar, salir huyendo, desesperado de la situación misma en Nicaragua que te limitaba, tu tenías aspiraciones, tú tenías cosas y te limitaba. Yo no se, Dios me sacó porque yo no se si yo me hubiera muerto de la depresión allá. Ya estaba en un punto crítico, crítico y digo yo decía, tantas personas buenas y tantas cosas que hay [para] hacer aquí ¡y no se puede! Porque no se puede, ¡no se puede! No porque no se quiera sino porque todo es limitante. No hay esto, no hay lo otro, te ponen obstáculos para acá, te ponen obstáculos para allá y las personas se fueron huyendo, la mayoría de los profesionales se fue huyendo y quedó eso vacío, Nicaragua es otra cosa…
Quedó un vacío intelectual en el país.
Todos los intelectuales se fueron.
Y aquí en la Oxford ¿cómo inicio de psicóloga?
Yo vine directo de psicóloga, cuando el señor Malcolm [Griggs](director de la escuela) me entrevistó fue para el puesto de psicóloga porque querían ellos, en esa época pues ya se estaba estilando en las escuelas tener un psicólogo.
En qué año fue eso más o menos?
Hace 25 años, perdón, hace 23 años ya, 22, 23 años, una cosa así. Ya ya perdí la cuenta, yo tenía como 2 años creo, máximo 3 de estar acá en Panamá, cuando me llamaron acá en la escuela así que como 22 años.
Por ahí, 1990 por ahí, como 22 años de estar en la escuela. Me llamaron para la posición de psicóloga, porque como te digo, en esa época se comenzaba a estilar de que ya pues era como moda. Tu sabes que el mundo se mueve así por modas, el mundo no se mueve por una necesidad imperiosa, que hay que hacerlo porque así hay que hacerlo, sino por una moda, entonces si eso coincide con que hay que hacerlo pues la moda salió mejor, ¿verdad? Pero por eso fue que yo vine, ¿no? Ellos querían poner una psicóloga pero tampoco tenían como los recursos porque era una escuela empezando, iban a abrir un preescolar. Y no tenían tampoco los recursos económicos para pagar una psicóloga de planta y yo me ajusté a todo lo que ellos, pues, necesitaban y ellos se ajustaron a mi necesidad también.
¿En qué consistía su trabajo?
Yo venía a hacer evaluaciones de desarrollo a los niños pequeños, la prueba, era la de Gesell la que yo usaba. Se usaba esa prueba de desarrollo y era con los niños chiquitos porque se comenzó como un preescolar ¿no? Estábamos en Paitilla. Nos hemos mudado para diferentes lugares, y después la escuela fue creciendo, habían dos niños para 1er grado, tres para 2ndo, uno para 5to, para cuarto no había. Entonces se hicieron multigrados. En un solo salón un maestro atendía a todos los niños, eso es diversidad. O sea que la escuela de entrada empezó a trabajar la diversidad.
Si, es que es conocida esta escuela por la diversidad.
Entonces, después yo, con Malcolm, Laura, todos, con esta también visión de que hay que ayudar a todos y de que todos tienen derecho, pues la escuela se plantó como una escuela que trabaja la diversidad. Y además que es multicultural. Eso también abrió puertas ¿no? Que una escuela que no es de una sola cultura sino que hay muchas culturas porque es una escuela británica ¿no? Y por lo tanto permite el paso de extranjeros de diferentes nacionalidades [por] nuestras aulas.
Algo característico de lo educativo es que da la oportunidad de trabajar varios aspectos de la psicología.
Sí, sí. Sin querer uno, como esta era una escuela chiquita que no tenía mucho personas entonces pues Maribel [ha ayudado] un poco en el área de recursos humanos, Maribel ha ayudado un poco cuando alguien de personal estaba con un problema, una situación. Pues venían y les daba pues ahí su pequeña terapia o con solo escucharla a la persona ya eso es una terapia. La persona siente que se le acabó el problema o que lo puede resolver. Entonces, la parte de los niños, si tenían problemas en el área de lenguaje o esto, Maribel ayudaba un poco también. O sea que todo, lo abarque todo, y si es en el plan de estudio pues yo también estoy vigilando de que a ese niño se le hagan sus debidas adecuaciones. Si es un niño con discapacidades pues las adecuaciones tienen que ser más relevantes ¿no? Pero si es un niño con déficit de atención se le da pues adecuaciones no significativas, más tiempo, darle la tarea en pedacitos, el examen dáselo suelto, no se lo des clipsado, hazle las letras grandes, dale espacio y todas las cositas que se requieren, sencillas pero importantes.
Y usted ahora en su momento de trabajo, qué utiliza.
Un poquito de todo. Depende de la persona y lo que le esta sucediendo. Entonces uno puede agarrar una fracción de esto, una fracción de lo otro, pero nunca un todo, eso es imposible.Ya los tiempos han cambiado y todo eso va mejorando.
Recién entró un niño e interrumpió y usted dijo que era parte del día a día.
Así mismo es.
Nos quiere contar más sobre su día a día…
Digo, el día a día aquí puede ser que yo tenga programado una reunión a las 7, pero antes de las 7 ya hay otras personas esperándome y es cierto que esta es una escuela, un lugar que uno se guía por horarios ¿no? Entramos a esta hora, salimos a esta hora, pero aquí también hay que tomar en cuenta que trabajamos con seres humanos, y a los seres humanos uno no les puede decir no te voy a atender o no estoy para ti hoy.
Cuéntenos más de su rol en la escuela.
Soy la coordinadora del Departamento de Atención a la Diversidad y entonces me toca a mi hacer evaluaciones. Hasta el momento, me toca hacer evaluaciones a todos, tanto al personal como a los niños que ingresan ¿no? Porque se estipuló que para ingresar el niño hay que conocer un poco su IQ (CI) y dependiendo de ahí uno puede establecer, si eres un buen evaluador tu te vas a dar cuenta que algo está pasando con ese niño y ya puedes llamar a los papás y hablar con ellos e ir sacando información y realmente llegas a un todo ¿no? Y si los papás no los están atendiendo entonces tu puedes hacer las referencias, porque aquí pues realmente no podemos.
Hacemos intervenciones en crisis pero tiene que haber referencias hacia afuera porque aquí adentro es muy muy difícil poder uno, porque el tiempo y el [lugar] no se prestan para ello. El ambiente no es para eso. Pero sí para detectar, para dar seguimiento y para estar ahí. Vigilante de que todo camine bien.
Como coordinadora de atención a la diversidad, ¿usted hace adecuaciones curriculares?
Sí, cuando van donde los especialistas, como te digo, ellos solamente dicen el diagnóstico y hay que hacer adecuaciones significativas o no significativas. Y si acaso te ponen toditas las adecuaciones, pero no te dicen: este estudiante que es una persona, que aunque tenga el mismo déficit o la misma condición del otro, no son iguales, cada uno tiene que personalizarse, no te la personalizan. Entonces yo a veces insisto, que la personalicen, porque si el papá está pagando tienen que hacer el trabajo completo.
¿Qué es lo que más le gusta de su trabajo?
Lo que más me gusta es ver los resultados, cuando uno ha pasado un tiempo luchando por algo y uno sabe que, tú como persona y como profesional te indica tu sexto sentido te dice que eso es así y tú insistes en que eso es así y vas por esa línea aunque otros digan que no y al final del camino como lo estabas haciendo te dieron resultados positivos, es ahí la satisfacción. Cuando tu ves a un estudiante esquizofrénico que ha hecho de todo dentro de la escuela graduarse en la universidad y traerte el diploma. Y coger una maestría y decirte “estoy en la maestría teacher” y venir y enseñarte todas las cosas que hace y no olvidarse nunca de uno. Eso es el mejor pago que uno puede tener.
El beneficio de saber que lo ayudó ¿no?
Así mismo es. Lo agarras chiquito, lo llevas a crecer hasta la universidad. Y no se olvida de uno.
¿Qué es lo más difícil, lo más desafiante, de su trabajo?
Lo más difícil que yo he encontrado es que no escojan, no seleccionen bien a las personas que van a ser los futuros psicólogos, los que nos van a reponer.
Y yo he experimentado aquí una serie de cosas impresionantes. Me llegó el año pasado un informe de una hoja de una magister, recién graduada, que daba pena. Dándonos diagnósticos y no había hecho más que una sola entrevista al niño. Y con eso se quedo todo para darme un diagnóstico y hacer una acusación de bullying y de acoso escolar y de todo a la escuela. No visitó las instalaciones, no [dijo con qué] evaluó al niño con que prueba, no nada. Y en una hoja, después de esa primera sesión, en una hoja llenó y puso que se entrevistó con fulano de tal y que en base a lo que le explicó ese fue el [diagnóstico]. Me quedé yo aterrada. Se lo llevé ahí a la dirección escolar a enseñarles. Miren. Esto es peligroso. Esto es altamente peligroso. Porque podemos poner a las personas en peligro legal, ya no solamente físico. Legal. Le estoy engañando y quitándole su plata a un ser humano dándole un diagnóstico, unas aseveraciones falsas.
Entonces yo, he aprendido en la vida, con la experiencia, que hay que decir las cosas, uno no se las debe de quedar calladas. A veces uno se enerva un poco y se le va el tono, pero uno tiene que aprender a moderarlo, pero nunca quedarse callado. Uno tiene que aprender a decir las cosas, entonces busqué la manera. Como la mamá era un poco ya allegada a uno porque tiene al niño desde pequeño acá le digo: “pero porque usted nunca ha dicho nada, mire que yo siempre ando [haciendo] seguimiento, conversando y haciendo una retrospectiva de todos los años escolares del chico y le digo: ¿sabe que? Yo estoy preocupada. Preocupada porque este es un diagnóstico bien serio y como es posible que aquí en la escuela nadie, nadie se haya percatado de lo que estaba sucediendo, que es algo que me llama mucho la atención y me preocupa el diagnóstico. Yo le hacía referencia al diagnóstico, me preocupa y fíjese que ella se dio cuenta en una sesión con el niño, no hubo necesidad de hacerle evaluaciones, no hubo ne[cesidad] y yo sacándole todo lo que no hizo la psicóloga, todo lo mal que había hecho pero poniéndoselo como positivo. Y la señora se quedó [pensando], “si verdad, ella no vino a la escuela”. No pero que interesante, le digo ¿no? Y tremendo, tremendo, porque así tienen que ser los profesionales ahora, darse cuenta de…Y la señora se dio cuenta que eso había sido una estupidez y no volvió a ir donde ella más nunca. No volvió. Pero no puedes tu, jugar de esa manera al psicólogo o al doctor, eso es muy delicado. En [las manos de] el médico está la vida de uno, tus órganos vitales. Con el psicólogo está la parte emocional y espiritual. Y no puede uno tocar eso, uno tiene que respetar eso. Y el día que uno lo toca, es como que se te muere un paciente.
Otra faceta que me ha permitido [mi trabajo]. Yo estoy queriendo hacer como un centro de orientación escolar, familiar y vocacional ¡mira tú! Mira tu qué cosa. Y quería que vinieran jóvenes que se están graduando para poner en práctica ellos su conocimiento y uno irlos guiando, moldeando, para que cuando vayan allá libremente a hacer sus cosas, vayan con más confianza y con mejores herramientas. Porque estás tirándote al mundo laboral y el mundo laboral es un monstruo.
Eso que ud está contando es muy interesante y se une con la otra pregunta [que queríamos hacerle]: ¿Qué le recomendaría a los chicos que están ya por recibirse o que están interesados en la parte educacional?
Cuando uno está en la universidad, uno muchas veces no tiene el interés que si me voy para acá. Es donde me salga un trabajo, y más en esta época ¿no? Pero sería bueno experimentar ya, laboralmente, como una pasantía en diferentes áreas. Y vivir el área educativa, porque a veces se pierden buenos profesionales en el área educativa, buenos psicólogos educativos, por haber seguido a un área que no les satisfacía y no crecieron en esa área ¿no? Y poderles permitir que vayan a un hospital psiquiátrico, y que estén por ahí como dos, tres meses, se les asigna su caso y ellos van a ser los responsables de monitorear ese caso y hacer todo lo que tienen que hacer.
Aquí se ha centrado más la atención en ciertas área, como laboral. Hay dos áreas que se han olvidado, se han quedado rezagadas, que son la clínica y la educativa. No le están dando tanto esfuerzo, tanto entrenamiento…
Hay una persona que está tratando de rescatar eso en la Universidad Nacional, es el Magister Fabio Benthancourt que es otra eminencia en psicología. Y él está, es formador de formadores y el catedrático también de la universidad y tiene no se si es un diplomado o una maestría en psicología clínica. Y ellos manejan el conductismo por el área conductista, ¿no? Se van por esa línea, es un hombre muy sereno, muy ecuánime y yo a veces le mando, cuando necesito que me serene a un niño y se lo manda él, a un adolescente, porque el trabaja bien con adolescentes. Todo eso tiene que tener uno como la perspicacia o la pericia para poder decir este profesional que es psicólogo también como yo, esta bueno para este niño o esta bueno para esta mamá. Tiene uno que tener ese sentido, esa agudeza de poder discernir, no? Y yo ya tengo clasificado quienes mando acá, quien les mando allá. Ya mi mente ya…
Sabe quién es más compatible con cada profesional.
Sí porque uno tiene que buscar los caracteres también y la manera de ser. Por ejemplo si tengo un papá aquí que es un papá intransigente, que es un papá que no colabora con la mamá ni con el hijo y esta siendo tosco, yo, con los ojos cerrados lo mando para donde el Dr. Rollo. Porque el Dr. Rollo me va a ayudar a que eso se mejore. Después los papás les dan las gracias al Dr. y me lo vienen a decir a mi. Usted nos mandó allá pero gracias a usted que estamos bien.
Y un libro que ha leído últimamente, o que se acuerde, que le recomendaría a una persona que está interesada en trabajar en un ámbito educativo.
El último libro que leí no era nada de psicología pura, pero era un libro [que] lo leí el año pasado, era “Camino a la sanación” era de este, Deepak Chopra, el hindú, que es muy bueno porque eso ayuda a uno, a medida que los años pasan uno va aprendiendo muchas cosas y cosas que antes las hacía mal empieza a mejorarlas. Y eso me refiere a la parte de uno mismo como ser humano para con uno mismo ¿no? Entonces uno tiene que darse tiempos y espacios y tomar las cosas con sabiduría y con verdad, porque es mejor tomarlo así que a la ligera, porque a la ligera no te trae nada bueno, te trae desesperación. Ese libro me lo dio mi doctora y ella es china, de origen chino y ustedes saben que estas culturas, hindú, chino, tiene su mística y a mi me gusta la mística de ellos. Me gusta la mística de ellos y su manera y su visión que tienen del mundo. Es muy relajante. Tienen unas visiones muy filosóficas si tu te pones a ver o a leer cosas orientales tu vas a sacar mucha sabiduría. O si te pones a hablar con una persona mayor sobre todo china, de origen chino, tu vas a conocer mucha sabiduría. Y hay mucho respeto hacia ellos, el respeto que nosotros como occidentales hemos perdido.
A los mayores
A los mayores en esta cultura se les respeta y lo que el mayor dice, eso se hace. Porque lo dice, no porque sea mayor sino por la sabiduría de la experiencia de los años, entonces esas culturas son ricas.
Como última pregunta ¿cómo usted en su vida diaria, afronta el estrés o la ansiedad, qué estrategias utiliza o qué herramientas ha aprendido que son más eficaces?
Como pues te dije últimamente, de unos años para acá, pero más fuertemente el año pasado, uno aprende de las experiencias de la vida. A medida que uno va madurando uno va aprendiendo a detenerse y a ser un poco sabio. No sabio, uno nunca es sabio, un poquito. Y, el año pasado ese libro que leí, me enseñó mucho y yo he aprendido ahora que hay que tomar las cosas suaves. Si ustedes hubieran venido en otro momento que estuviera en mejores condiciones la oficina con todas las instalaciones, hubieran encontrado en mi computadora música relajante, hay bellezas, donde tu no necesariamente tienes que estar puesto allí, tú los dejas fluir y tú sientes que el día es diferente, hagan la prueba. Comenzando en la mañana, pongan eso aunque sea 10 minutos y quedense así en estática y disfruten esos 10 minutos y ustedes van a ver que el día se resuelve mejor que cuando uno esta metido en el problema mismo y uno anda sofocado. Yo aquí, si me vieran en otros momentos, yo hubiera estado aquí, me hubieran encontrado molesta, porque soy sumamente exigente, sumamente competitiva conmigo misma. Y me gusta la perfección, yo se que perfecta no voy a ser nunca, pero me gusta la perfección eso es un defecto que yo tengo, mío, yo nací así.
Le agradecemos a la Lic. Maribel Cardoze por el tiempo que nos prestó para la entrevista, por la buena disposición y por aportarnos un poco sobre su experiencia trabajando como psicóloga en una escuela.