Soy de esas personas a las que le gusta estar formada e informada sobre todo lo que concierne a su vida, y con los hijos no iba a ser menos.
Por tanto, cuando me quedé embarazada, por supuesto que me puse manos a la obra.
Leí muchos libros, revistas, entré en foros, iba a reuniones con la matrona. Hice todo lo que estaba en mi mano para estar preparada.
Además, llega un momento en el embarazo, que si estás trabajando te dan el "riesgo por embarazo", cosa de la que hablaré en un post, porque lo que me pasó a mí, casi me cuesta un disgusto.
Incluso si estás de baja por embarazo de riesgo o simplemente estás embarazada y eres primeriza, buscarás tiempo para informarte. Además de para hacer las típicas cosas de embarazadas que hacemos en la recta final, como es limpiar, ordenar la ropa, dejar el cuarto del bebé listo.
Por tanto, te dedicas a intentar estar preparada para lo nuevo que viene a tu vida. Para intentar ser una supermadre.
Una vez me dijo mi madre, que yo tenía mucha suerte porque ahora existía mucha información sobre lo que hay que hacer con un bebé, que en su tiempo tenían que apañárselas como podían.
Normalmente, acudían a sus madres, pero en su caso concreto, su madre estaba lejos, así que lo llevó todo sola. Y lo hizo como pudo, pero lo hizo bien.
Y ahí es donde está el quid de la question.
Por mucho que te informes, por mucho que leas, por muy preparada que creas que estés, en el momento que te dan a tu bebé en los brazos, todo queda en teoría y mucha palabrería.
Porque en el momento que te toca estar sola con aquella personita, tan dependiente, tan aparentemente débil, que sólo sabe comunicarse a través del llanto, que necesita de tí a todas horas. Te encuentras como si no supieras nada. Todo lo que has aprendido, en ese momento es papel mojado.
Realmente, lo que hace que todo vaya bien, es confiar en tí misma, en que ese bien llamado "instinto de madre", va a guiarte en todo.
Por supuesto, para ciertas cuestiones de salud, no hay que dudarlo ni un segundo y acudir a tu profesional de pediatría.
Pero para tu día a día con tu bebé, lo que mejor te servirá, es confiar en tí misma, en ese instinto con el que parece que venimos de fábrica.
Conocer sus necesidades, conocer su forma de comunicarse, conocer sus ritmos, conocer a tu bebé, para saber como actuar en cada momento.
Todo lo que hayamos podido leer, todos los artículos que hayamos consultado, todas las charlas que nos hayan dado, hablarán de cosas generales, de cómo son "la mayoría" de los bebés.
Quizás de técnicas básicas de cuidado como son el baño, preparar un biberón, cambiar pañales, y otras tantas cosas del día a día.
Pero cuestiones que están mas relacionadas con la personalidad o forma de ser de cada niño, como son el dormir, comer, calmar llanto, etc.
Al final, será tu instinto de madre, junto con el conocimiento de tu bebé, el que te diga cómo es la mejor manera de actuar en cada momento.
Y habrá cosas que no conseguiremos, por mucho tesón, interés y ganas que pongamos, y eso no significa que nuestro instinto de madre esté fallando.
Simplemente, hay cosas que no cambiaremos de nuestro bebé, o que jamás conseguiremos dominar, como el tema del sueño, como os hablo en mi post ¿Porqué mi bebé no duerme?.
Y lo mejor que podemos hacer, es tener paciencia porque casi todo en ellos son fases, que cambian y mejoran.
No podemos frustrarnos, y buscar recetas milagro, porque no existen, hay cosas que hay que pasar.
Y jamás pensar que lo estamos haciendo mal, porque las cosas sigan igual a pesar de nuestros esfuerzos.
Mientras tu bebé esté sano y feliz, significará que estás haciendo un trabajo que es muy difícil, pero aún así, estás haciendo bien.