Que reír hace bien al alma y al espíritu es algo sabido desde hace siglos. Que también hace bien al cuerpo es algo conocido, pero no muy difundido entre el público masivo. La risoterapia es un método alternativo formalizado hace solo algunas décadas que propone terapias a base de risa como cura para una gran variedad de afecciones. Los métodos de risoterapia ya tienen un buen éxito en todo el mundo, a tal punto que los ministerios de cultura y de salud de diferentes países los han integrado de manera formal.
Entre los beneficios que se le atribuyen a la risoterapia se cuenta la capacidad para mejorar el sistema inmunológico de manera global (complementándolo con otras terapias demostró aportar recuperaciones mucho más rápidas). La risoterapia alarga la vida, calma el asma, incrementa la capacidad muscular y fortalece todos los músculos del tórax. Asimismo, tiene notables efectos positivos sobre todo el organismo, predisponiendo a la persona que ríe y a los que los rodean a estados anímicos alegres.
Las indicaciones para aprovechar las ventajas de la risoterapia son muy sencillas. Para hacer un ejercicio de risoterapia, en primer lugar hay que encontrar un lugar cómodo, cerrar los ojos e inhalar de forma profunda. Después tenemos que imaginarnos que todos nuestros pensamientos negativos son transferidos a un persona de fantasía (no importa cuál). Seguidamente nos ubicaremos en una situación de comedia que nos resulte particularmente graciosa y encarnaremos a uno de los personas, riendo de forma natural por un tiempo prolongado.
Las sesiones de risoterapia pueden ser muy breves (con 2 ó 3 minutos es suficiente) pero, en todos los casos, sería bueno repetirlas varias veces al día. Una vez nos sintamos cómodos con este método en forma individual podemos probar ejercicios de a dos o en grupos de varias personas.