Hay blogs, imagenes, personas que te atraen! de repente! por sorpresa! Eso es lo que me pasó con Amor en Tokio, me conquistó su estética, sus fotos, su instagram, me encanta! No os pasa lo mismo?? Esperad a que se presente y lo entenderéis.
Sobre mí
¡Hola! Soy Sandra y vivo en Tenerife con mi chico, mi hijo y mi
perra. Soy historiadora del arte, aunque mi trabajo actual nada que tiene
que ver con ese mundo. Yo necesitaba desarrollar mi lado más creativo y
quizás por eso, hace justo un año, mi chico me regaló un blog. Al
principio no sabía muy bien que hacer con él, pero poco a poco lo he
convertido en mi refugio. AmorenTokio es un blog de recetas, pero también
de más cosas que pasan en mi cocina y en mi vida: lugares, películas,
DIY, colaboraciones con amigos...
La receta que os propongo
hoy, por ejemplo, son unos Filetes Rusos y viene inspirada por la última
serie que estoy viendo, The Americans: una pareja de agentes de la KGB
infiltrada en la sociedad americana bajo la apariencia de una familia
feliz ¿Alguien más enganchado a las series por aquí? Yo las veo todas y ésta os la recomiendo mucho. Es una serie de muchísima calidad que ha
pasado un poco desapercibida, pero que a mí me ha encantado.
En
honor a la verdad, este plato no es ruso ni nada. En Rusia, no han oído
hablar de estos filetes y pasa igual que con la ensaladilla. Es muy
probable que adaptásemos ese gentilicio porque nuestros filetes rusos se
parecen mucho a un famoso plato de carne especiada y aliñada llamado steak tartar, que sí es de origen ruso. Sea como sea, están buenísimos, así que manos a la obra y nos ponemos con la receta.
Filetes rusos
Ingredientes:
- 500g de carne picada de ternera.
- 1 diente de ajo picado.
- Perejil picado.
- 1 huevo.
- Pan rallado.
- Sal.
Preparación:
1.Ponemos
todos los ingredientes, menos el pan rallado, en un bol y lo mezclamos
bien. Añadimos una cucharada de pan rallado y volvemos a mezclar.
2. Comenzamos a formar bolas grandes que aplastamos y pasamos por pan rallado.
3. Freímos en aceite bien caliente a fuego medio para que se hagan bien por dentro.
Para
mí, el valor de esta receta está en el poder que tiene de llevarte
directamente a la infancia. En casa, son todo un éxito: a mis chicos les
encantan porque son muy carnívoros y a mí, que lo soy bastante menos,
me gustan porque me recuerdan a mi madre y me transportan a su cocina.
Esa es una de las maravillas que me enganchan de la comida: su poder de
llevarte a lugares y situaciones en las que fuiste feliz.
Mi
madre los solía servir con salsa de tomate caserita, pero los podéis
acompañar con lo que más os guste: patatas fritas, ensalada...
Espero que os animéis con la receta y muchas gracias Carmen por invitarme a tu blog, ha sido todo un placer.