Sobre mí
¡Hola! Soy Sandra y vivo en Tenerife con mi chico, mi hijo y mi perra. Soy historiadora del arte, aunque mi trabajo actual nada que tiene que ver con ese mundo. Yo necesitaba desarrollar mi lado más creativo y quizás por eso, hace justo un año, mi chico me regaló un blog. Al principio no sabía muy bien que hacer con él, pero poco a poco lo he convertido en mi refugio. AmorenTokio es un blog de recetas, pero también de más cosas que pasan en mi cocina y en mi vida: lugares, películas, DIY, colaboraciones con amigos... La receta que os propongo hoy, por ejemplo, son unos Filetes Rusos y viene inspirada por la última serie que estoy viendo, The Americans: una pareja de agentes de la KGB infiltrada en la sociedad americana bajo la apariencia de una familia feliz ¿Alguien más enganchado a las series por aquí? Yo las veo todas y ésta os la recomiendo mucho. Es una serie de muchísima calidad que ha pasado un poco desapercibida, pero que a mí me ha encantado. En honor a la verdad, este plato no es ruso ni nada. En Rusia, no han oído hablar de estos filetes y pasa igual que con la ensaladilla. Es muy probable que adaptásemos ese gentilicio porque nuestros filetes rusos se parecen mucho a un famoso plato de carne especiada y aliñada llamado steak tartar, que sí es de origen ruso. Sea como sea, están buenísimos, así que manos a la obra y nos ponemos con la receta. Filetes rusos
Ingredientes: - 500g de carne picada de ternera. - 1 diente de ajo picado. - Perejil picado. - 1 huevo. - Pan rallado. - Sal.
Preparación:
1.Ponemos
todos los ingredientes, menos el pan rallado, en un bol y lo mezclamos
bien. Añadimos una cucharada de pan rallado y volvemos a mezclar.
2. Comenzamos a formar bolas grandes que aplastamos y pasamos por pan rallado.
3. Freímos en aceite bien caliente a fuego medio para que se hagan bien por dentro.
Para
mí, el valor de esta receta está en el poder que tiene de llevarte
directamente a la infancia. En casa, son todo un éxito: a mis chicos les
encantan porque son muy carnívoros y a mí, que lo soy bastante menos,
me gustan porque me recuerdan a mi madre y me transportan a su cocina.
Esa es una de las maravillas que me enganchan de la comida: su poder de
llevarte a lugares y situaciones en las que fuiste feliz.
Mi
madre los solía servir con salsa de tomate caserita, pero los podéis
acompañar con lo que más os guste: patatas fritas, ensalada...
Espero que os animéis con la receta y muchas gracias Carmen por invitarme a tu blog, ha sido todo un placer.
