cartera Ira
Hace poco conocí esta propuesta de la diseñadora peruana Vacide Erda Zimic, y su marca homónima, en la cual destacan accesorios muy coloridos, lúdicos y sustentables, hechos con mucho amor, baja tecnología y materiales reciclados o reusados.Encontré super interesante y originales sus productos, es por eso que quise ahondar en su vida y trabajo. Acá va el resultado:
De descendencia turca (de ahí su nombre tan poco común para nosotros) sus padres (padre turco, madre peruana) vivieron en Istambul por algunos años, luego decidieron vivir en Perú. Allí lamentablemente sus padres se separaron y ella se quedó con su madre, abuela y hermanas (su hermano no vivía con ellas) por lo que recuerda una infancia bastante feliz en un matriarcado total… ¡En una casa con puras mujeres! Fue ahí donde aprendió a coser, tejer, tejer a crochet, bordar… “En la casa había una costurera que iba todos los días de 9 de la mañana a 6 de la tarde y todas nos hacíamos nuestra ropa con ella, de los modelos que queríamos. Ibamos a comprar la tela y luego le pedías cómo querías tu vestido…”
Sin duda fue una infancia feliz y diferente, en donde estuvo en contacto con muchos materiales y técnicas que la ayudarían a ser la diseñadora que es hoy. “En el sótanos de la casa, mi abuelo tenía su taller de hobbies donde tenía máquinas de carpintería, mi mamá torneaba piezas ahí desde muy chica… hacían joyería en cobre y las pintaban con esmaltes, y también tenía para revelar fotos….había muchísimo para aprender, probar, experimentar, investigar…”
Y claro, cuando uno escucha su historia, entiende aún más sus obras, de dónde nace su amor por el reciclaje (todo sirve!!!) e incluso por qué su abuela de 87 años es la modelo de sus accesorios.
¿Tienes algún “producto estrella”? “Mmm, la cartera ira, el collar anémona, los prendedores pespin y dhalia, el collar ira… (FOTOS)
Casi todo lo de fieltro.” Y de hecho al revisar las múltiples menciones que tiene en diversas revistas, incluso en Vogue, efectivamente sus productos de fieltro (carteras, collares, prendedores) es lejos lo más destacado. Y fue de hecho esta línea la que me llevó a querer conocerla más.
Cabe destacar que sus accesorios trascienden su país. Menciona con orgullo (¡y cómo no!) que incluso se encuentran presentes en tiendas de museos comoel Moma (Museum of modern art) de Nueva York, Mad Museum of Arts and Design también en Nueva York, The Institute of Contemporary Art en Boston, The Textile Museum Shop de Washington, The Art Institute de Chicago, entre otros, además de exportar a países tan diversos como Kuwait, Canadá, Francia, Colombia, Luxemburgo, Argentina…y prontamente Chile.
Se ve que ha sido una vida exitosa….pero ¿has tenido algún obstáculo en tu camino? “Ahora, tengo 3 hijos y es muy difícil ser mamá y trabajar….He mudado parte de mi taller a mi casa para poder trabajar y estar en casa, pero igual es difícil. Tengo que llevarlos y traerlos de clases, hacer tareas, salir al parque… y los días se acaban muy rápido…..Mi mamá me ayuda mucho en el taller y con los niños y es por eso que puedo seguir haciendo cosas, ya que además de todo eso hay que entregar pedidos, cumplir fechas, contestar mails, todo en tiempos muy cortos…”
En su última exposición la vimos en algo un poco diferente (no fue una simple exposición de sus accesorios). Una puesta en escena original, sarcástica, diferente. Se trata de “cena”, la que representa “El horror cotidiano”, una muestra fotográfica que nace a partir de la exploración de lo mundano en lo cotidiano. Es un recorrido fotográfico por la carnicería del mercado, acompañados de su histriónica modelo (su abuela), quien luce sus ya conocidas joyas. Luego se muestra un festín con estas mismas vísceras compradas en el mercado.
¿Qué te llevó a hacer esta puesta en escena tan provocadora? “Esta última exposición que hice, la cena, se trata de la mesa de la casa de mi abuela servida con comida, y en la mesa están sentadas mi abuela y sus 5 hijas mujeres. La comida consta de partes de animales que todos comemos todos los días, pero los compramos en el supermercado empacados sin verlos en su real dimensión, sin darnos cuenta del terror que hay detrás de todo…una cabeza de chancho cortada, los pollos abiertos, el corazón de la vaca…y hacemos muchos platos con todo eso. Acá en Perú por ejemplo hacemos anticuchos del corazón de la vaca! Todo esto acompañado de los collares y accesorios como si fueran parte de la comida…..un collar como un chorro de sangre…etc. Crecer entre tantas mujeres no fue fácil, fue un matriarcado muy fuerte con mi abuela el centro de todo. Es por eso que en la exposición a ella le toca comerse el corazón!!! Esta muestra está ahorita en Brasil ahora en agosto. Estará como muestra individual en Sao Paulo.”
¿Cómo ves el futuro? “Tengo que esperar a que mis hijos crezcan un poco más y que vayan al colegio para tener más tiempo. Me divierto muchísimo haciendo mis cosas, pero quiero estar con mis hijos. Pienso que en un futuro cercano voy a tener más tiempo, ahora la mayor ya tiene 11 años y sale a las 4 de la tarde del colegio. Los otros dos si son chiquitos aún (de 4 y 3 años) y salen temprano del colegio.
Por suerte mi esposo me apoya muchísimo, de hecho ahora nos vamos a Estados Unidos a traer una máquina que quiero para hacer cosas nuevas! Y estoy comenzando con la nueva sesión de fotos con mi abuela de la colección nueva de invierno. En agosto tengo la muestra individual de “la cena” en Sao Paulo y en septiembre tengo una muestra colectiva de joyería contemporánea en Australia…Igual me gustaría hacer más! Si pudiera haría, cine, teatro, pintaría (estudié pintura en la universidad católica pero me salí en 3er año porque me aburría mucho en el proceso, la pintura no es inmediata)…ahora que tengo más años ya tengo más paciencia podría comenzar a pintar”-ríe.
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