Sanja Milenkovic (1978) es una artista emergente Serbia que actualmente vive y trabaja entre Milán y París. Crea un discurso sustancialmente figurativo que habla de una particular condición humana: la multitud. El hombre dentro de la multitud: único e indistinguible.
Su sensibilidad se rebela en la capacidad de percibir esta condición y de traducirla en imágenes y colores intensos. Colores urbanos, a veces estridentes pero que se diluyen en el gris de la ciudad contemporánea.
Así habla Sanja de su trabajo:
“Mayormente me concentro en escenas cotidianas. Mis pinturas hablan de la condiciones humana -personas sumergidas en la multitud, donde la ciudad se hace necesaria para ellas para poder sobrevivir en nuestra idea de vida cotidiana.
Mis temas son las colas, el tráfico, gente cruzando calles, pero también me intereso por los espacios verdes y como estos se mezclan con las multitudes.
Estas escenas que pinto crean una especie de espectáculo teatral, al menos es lo que intento. Me interesa la diferencia entre la naturaleza y la arquitectura y cómo ambas continuamente van cambiando el paisaje urbano. Siempre pinto escuchando música.
Me ayuda a conectarme más rápido con la tela. Si la música es la adecuada, creo que puede darme más energía y más concentración en lo que estoy haciendo”.