Cuando leemos la inscripción del templo de Apolo en Delfos “Conócete a ti mismo”, entendemos que lo tenemos que hacer como si fuéramos un todo; es decir, sin división entre cuerpo físico y mente.
Detalle de Dibujo de un texto de Vesalio (De humani corporis fabrice)
Permitiéndome un ejercicio analítico, me gustaría centrarte en esa parte llamada “mente” que muchas veces no deja de ser como el contrapuesto de cuerpo físico, sin tener muy claro a qué nos referimos cuando hablamos de ella.
Cuando estudiamos nuestra “mente” se abre todo un mundo de conocimiento, ideas y experiencias. Me gustaría detallar muy escuetamente siete beneficios que nos reporta el conocer esa parte llamada “mente”.
- Crecemos
Cuanto más conocimiento adquirimos sobre el funcionamiento de nuestra mente, más facetas vamos descubriendo, así como recursos, habilidades y un conjunto de potencialidades que nos hacen ir más allá de nuestros límites.
Cuando hacemos esto decimos que crecemos como personas, dejando de estar “estancados”; salimos de nuestra zona de confort.
- Adaptación
A lo largo de la historia de una persona, así como de la vida en general, tenemos que ir adaptándonos a circunstancias y medios cambiantes. Al conocer nuestra mente nos estamos dotando de unos descubrimientos y una flexibilidad que nos permite facilitar esa adaptación.
- Avance Científico
Como consecuencia del punto anterior y prueba de ello tenemos el actual avance científico que se ha desarrollado. Desde el momento en el que el ser humano empezó a tomar conciencia de sí mismo, inició una impresionante carrera de conocimientos, investigación y experimentación.
Actualmente desde el desarrollo de disciplinas centradas en la mente como la Psicología y la Psiquiatría, estamos siendo testigos de un gran avance en el conocimiento de la mente como por ejemplo los trabajos de las Inteligencias Múltiples de Gardner o sobre la Creatividad de De Bono (por poner dos ejemplos).
- Salud
Gracias a estos conocimientos obtenidos tanto de manera científica como introspectivamente, podemos hablar de oportunidades que aumentan la probabilidad de ganar en salud. Desde antiguamente y más popularmente hablando de oriente, siempre se ha hecho un gran hincapié en cuidar la mente.
Técnicas como la meditación, la relajación Progresiva de Jacobson o las oraciones religiosas han sido instrumentos que han ayudado a cuidar de la mente y por tanto de nuestra salud.
- Convivencia
Cuanto más conocimiento adquirimos acerca del funcionamiento de la mente, más probabilidades tenemos de poder convivir de manera pacífica con nuestros congéneres.
Personalmente, al conocer nuestros límites mentales y miedos por un lado y nuestras capacidades y potencialidades por otro, estamos abriendo la puerta al diálogo, aceptación y la comunicación.
- Confianza y Seguridad en nosotros mismos
La introspección nos lleva a un análisis, investigación y conocimiento de nuestro interior y sus componentes. Entre estos no solo se hayan los anteriormente comentados, sino también estaría la imaginación, la memoria, lo incosnciente…
Cuando más vayamos “viendo” lo que hay dentro de nosotros mismos, más conciencia tomaremos sobre quiénes somos y por tanto nos aportará seguridad acerca de nuestra identidad y por tanto, más confianza.
- Holístico
Aunque a día de hoy sigamos distinguiendo entre cuerpo físico y “mente”, el conocimiento de esta última nos lleva a darnos cuenta que es algo inseparable e interdependiente de aquel, es decir, hay un todo único (holístico).
No solo eso, en los últimos tiempos se está descubriendo el papel tan decisivo que puede llegar a tomar la mente sobre el cuerpo físico. En definitiva, ¿no somos acaso libres para hacer lo que elijamos con nuestro cuerpo dado?
Carlos Postigo
Artículo aparecido en MundoPsicólogos.com